por andyz » Vie Feb 06, 2004 10:58 am
Este tema lo toque en otro post muy al pasar, pero creo que es muy interesante. Ahora lo arme para ustedes:
EL CEMENTO DE LOS DIOSES
En el Congreso de Egiptología de Grenoble (1.979), se presentó un estudio de 20 muestras de bloques procedentes de la Gran Pirámide. En este informe los bloques de piedra se presentaban un nivel de humedad superior al de las piedras naturales, junto con una desigual distribución de esa misma humedad en el interior de cada bloque, siendo la homogeneidad totalmente diferente, lo que indicaba un origen distinto a cada uno de ellos.
El profesor J. Davidovits y el Dr. Morris, en diferentes análisis químicos y microscópicos, detectaron la presencia en el interior de algunos bloques de fibras textiles, uñas y algún que otro pelo procedente de los operarios que supuestamente los fabricaron. De todo esto se deduce que los antiguos egipcios pudieron poseer fórmulas químicas para el ablandamiento de las rocas o de algún otro proceso para la elaboración y fabricación en moldes a pie de obra de los bloques de piedra. Esta posibilidad facilitaría la construcción sin problemas de corte, traslado y ubicación de grandes mastodontes pétreos, así como el tallado y el trabajo artesanal en los distintos tipos de roca.
La famosa Estela del Hambre, situada en las proximidades de Asuán, en la Isla de Sehel, sería una de las pistas que avalan la teoría del ablandamiento y construcción artificial de piedra que apuntan algunos investigadores, como el propio Davidovits, pues en esta estela y siempre según ellos, se puede leer una extensa relación de productos y sustancias que el Dios Khnum dio al Faraón Zoser para que pudiese fabricar bloques para su templo.
¿Es un exceso de imaginación tener en cuenta la teoría del reblandecimiento de la piedra?. Tal vez sí, tal vez no, pero no menos lo es el suponer que todo el trabajo que nos han legado los egipcios y que generación tras generación ha maravillado al mundo moderno, es producto de primitivas herramientas que en la mayoría de los casos no han demostrado experimentalmente su valía, y cuya utilidad tan sólo se le supone teóricamente.
UNA INDUSTRIA LÍTICA
Gracias a algunos relieves como el de la Tumba de Mareruka correspondiente a la IV Dinastía, los arqueólogos han podido averiguar cuál era el proceso en la elaboración de vasos, fuentes, platos y otros elementos domésticos más que rodeaban la vida cotidiana de los antiguos egipcios. El problema surgió cuando se intentó comprobar sobre el terreno la capacidad de las herramientas egipcias para el tallado y vaciado de estos objetos.
Se supone que empleaban un taladro de cobre en forma de tubo, sujeto fuertemente a un palo de madera y con algún tipo de abrasivo en su interior, y al otro extremo dos bolsas de cuero llenas de arena, para contrarrestar con su peso el giro del taladro sobre el elemento a perforar. Y así se iniciaba un largo y lento proceso, hasta conseguir el vaciado del futuro vaso o fuente. Un proceso tan lento que da que pensar, pues si con pequeños vasos de piedra caliza no superiores a los 15 centímetros la labor de vaciado duraba casi 5 horas, pulido y tallado aparte (15 horas más), en rocas como la diorita se empleaban 75 horas solo para el vaciado y más de 300 para su completa finalización, y no hablemos ya de vasos y copas de mayor tamaño.
Pero queriendo aún complicar más todas estas circunstancias, lo que no se explica nadie es el vaciado de los llamados vasos panzudos, muy estrechos por la boca y más anchos a media altura. ¿Cómo lograron su vaciado si el taladro no podía entrar por su boca?, y muchos de ellos realizados en diorita y granito, en la época del Imperio Antiguo (2.700 a.C.-2.040 a.C.), como los miles y miles extraídos de la Necrópolis de Sakkara, que inundan las vitrinas del Museo Egipcio de El Cairo. Ni siquiera en la Epoca Tardía Saíta (712 a.C.-332 a.C.), sus reputados artesanos se atrevieron a trabajar la diorita. Y como guinda final a tan suculento pastel de incógnitas, sólo añadir que algunos de los vasos encontrados estaban pulidos y rematados ¡antes incluso de haber sido vaciados!, lo que demuestra que el proceso de vaciado era algo que no preocupaba en exceso a estos maestros artesanos, pues ante nuestro asombro podemos ver que no les causaba gran esfuerzo proceder a su vaciado sin dañar los dibujos e inscripciones que en ellos aparecían.
El misterio de los maestros de la piedra continúa, del mismo modo que tantas otras incógnitas que rodean el antiguo Egipto.
Andyz-Enki=An-Ki=Cielo-Tierra!