Este grupo se constituyó tras la reelección de Clinton como una base para asaltar la casa blanca y devolver el poder a la derecha americana, y en su declaración de principios se puede leer más o menos esto:
Declaración de principios.
3 de Junio de 1997
La política exterior y de defensa americana va a la deriva. Los conservadores han criticado las incoherentes políticas de la administración Clinton. Incluso han resistido los impulsos aislacionistas desde sus propias filas. Pero los conservadores no han avanzado con confianza una visión estratégica del papel de América en el mundo. No han establecido unos principios generales para la política exterior americana. Han permitido que diferencias sobre las tácticas eclipsen un acuerdo potencial en objetivos estratégicos. Y no han luchado por un presupuesto en materia de defensa que mantendría la seguridad Americana y potenciaría los intereses americanos en el nuevo siglo.
Tenemos que cambiar esto. Tenemos que apoyar esta causa y la recuperación del liderazgo mundial americano.
Ahora que el siglo XX se termina, los Estados Unidos se mantienen como la potencia preponderante del mundo. Habiendo liderado a occidente a la victoria en la guerra fría, América se enfrenta a una oportunidad y un reto: ¿Tienen los Estados Unidos la visión suficiente para aumentar los logros de las últimas décadas? ¿Tienen los Estados Unidos la resolución suficiente para moldear un nuevo siglo favorable a los intereses americanos?
Estamos en peligro de malgastar la oportunidad y fallar en el desafío. Estamos viviendo del capital -las inversiones armamentísticas y los logros en política exterior- logrado en las anteriores administraciones. Los recortes en política exterior y gasto militar, el desatender las herramientas del gobierno, y un liderazgo inconsistente están haciendo cada vez más difícil mantener la influencia americana en el mundo. Y la promesa de beneficios comerciales en el corto plazo amenaza con destruir planteamientos estratégicos. Como consecuencia, estamos comprometiendo la capacidad de la nación de resolver las actuales amenazas y de ocuparnos de los grandes desafíos que nos deparará el futuro.
Parece que nos hayamos olvidado de los principios esenciales del éxito de la administración Reagan: un ejército fuerte y dispuesto para hacer frente a desafíos presentes y futuros, una política exterior que promueva audaz y útilmente los principios americanos en el exterior, y un liderazgo nacional que acepte las responsabilidades globales de los Estados Unidos.
Por supuesto, los Estados Unidos deben ser prudentes en el ejercicio de ese poder. Pero no podemos evitar las responsabilidades de ese liderazgo global y los costes asociados a su ejercicio. America tiene un papel vital en el mantenimiento de la paz y la seguridad en Europa, Asia y Oriente medio. Si eludimos nuestras responsabilidades, estamos aceptando desafíos a nuestros intereses fundamentales. La historia del siglo XX debería habernos enseñado la importancia de moldear las circunstancias antes de que las crisis se produzcan, y resolver las amenazas antes de que se vuelvan calamitosas. La historia de este siglo debería habernos enseñado a abrazar la causa del liderazgo americano.
Nuestro objetivo es recordar a los americanos estas lecciones y dibujar sus consecuencias para hoy. Aquí hay cuatro de esas consecuencias:
-Debemos incrementar significativamente nuestro gasto militar si queremos desempeñar nuestras responsabilidades hoy y modernizar nuestras fuerzas armadas para el futuro.
-Debemos estrechar nuestros lazos con nuestros aliados democráticos y desafiar a los regímenes hostiles a nuestros intereses y valores.
-Debemos promover el libre comercio en el extranjero.
-Debemos aceptar nuestra responsabilidad del papel único de América en el mundo preservando y extendiendo un orden internacional favorable a nuestra seguridad, prosperidad y principios.
Posiblemente una política reaganizada de fuerza militar y claridad moral no esté de moda hoy en día. Pero es necesaria si los Estados Unidos quieren seguir la senda del éxito del siglo pasado y asegurar nuestra seguridad y nuestra grandeza en el siglo venidero.
Firmado:
Elliott Abrams
Gary Bauer
William J. Bennett
Jeb Bush
Dick Cheney
Eliot A. Cohen
Midge Decter
Paula Dobriansky
Steve Forbes
Aaron Friedberg
Francis Fukuyama
Frank Gaffney
Fred C. Ikle
Donald Kagan
Zalmay Khalilzad
I. Lewis Libby
Norman Podhoretz
Dan Quayle
Peter W. Rodman
Stephen P. Rosen
Henry S. Rowen
Donald Rumsfeld
Vin Weber
George Weigel
Paul Wolfowitz
Sí, habéis leído bien. Tratan de imponer la hegemonía mundial de los Estados Unidos estrechando lazos con sus aliados y derrocando regímenes hostiles por la fuerza.
Entre los muchos informes que podemos encontra en su página web http://www.newamericancentury.org tratan asuntos geopolíticos de todo el mundo, justifican sus guerras y se adivinan futuras aventuras militares (prepárense Siria, Iran y Corea del Norte) bajo el paraguas del deber moral que tienen los Estados Unidos para mantener su liderazgo mundial.
Y esto no pasaría de ser una broma pesada de mal gusto si no fuese por el nombre de los firmantes de esta declaración, todos ellos personas influyentes en la administración de Bush II, desde el vicepresidente hasta los asesores personales del emperador.
Cuando menos da que pensar.
PD: He mantenido a propósito la palabra América en la traducción con el único fin de picar un poco a todos los compañeros de este foro que tienen la desgracia de compartir tierra firme con los Amos del mundo.