La Naturaleza ha creado en la tierra todo lo que el hombre necesita para sobrevivir y más. El ser humano no sólo se nutre de esa creación, sino que, además, tiene la oportunidad de disfrutar de ella. En la obra perfecta del Universo existen espacios de energía positiva y espacios de energía negativa que equilibran a los anteriores. Esos lugares, en muchos casos, han surgido espontáneamente y, en otros, los fue templando el hombre con sus pensamientos y acciones. A continuación señalaremos los principales núcleos de vibraciones positivas y los focos más importantes de emanaciones negativas de la Tierra.
Ciudad de Mexico (Mexico)
Las densas concentraciones de smog que cubren el cielo de la capital mexicana son, quizás, una de las razones principales de la negatividad que ataca esta ciudad o, a la inversa, puede decirse que la gran contaminación ambiental es la representación visible de las malas vibraciones que emanan de esa ciudad.
Además, las civilizaciones maya y azteca ofrecían sacrificios humanos y éstos, junto con algunas creencias muy perjudiciales para la evolución de la raza humana, han determinado los focos de energía negativa que se ciernen sobre las tierras aztecas.
Nueva York (Estados Unidos)
La gran manzana, como la llaman sus habitantes, es un ejemplo de la gran acción perjudicial del ser humano. Las vibraciones de esta megaciudad, centro de las imposiciones de la moda e importante fuente de la actividad cultural, son muy malas, debido a las enormes concentraciones de violencia y locura de la mayoría de sus habitantes.
Matterhorn (Suiza e Italia)
El monte Cervino, también llamado Matterhorn, situado entre Italia y Suiza, es una manifestación natural de energía positiva. Sus emanaciones de energía pura son muy estímulantes para alcanzar un estado espiritual elevado. Como contrapartida de este centro energético, en los mismos Alpes suizos se alza el Mont Blanc, pico que representa -por su constitución vibratoria- la vanidad y el egoísmo de la sociedad europea.
Ayers Rock (Australia)
Existe un tipo de formación natural llamada swayambhú que emite vibraciones energéticas muy puras, que es lo mismo que decir, beneficiosas. Una de estas manifestaciones se encuentra en la región australiana central de Uluru y el llamada la gran piedra roja de Ayers Rock. Sin duda, es uno de los lugares más positivos del Planeta ya que proporciona fortaleza, gozo y sabiduría.
El Triangulo de Las Bermudas
En este triángulo marino también llamado del Diablo han desaparecido más de 100 barcos y aviones, "como si se los hubiese tragado" el Océano. Los nativos de Bermudas aseguran que las almas de los esclavos que -por siglos- habitaron la región se refugiaron en ese lugar para vengarse de las nuevas encarnaciones de quíenes los sometieron. De más está aclarar que, las emanaciones energéticas de este centro son dañinas.
Ganapatipule (India)
En el Sur de la India existe una localidad costera llamada Ganapatipule. En ese lugar, una colina se extiende por la playa y va a dar al mar semejando al cuerpo de un elefante echado cuyas patas traseras se pierden en el agua, en tanto que el lomo, la cabeza y la trompa se asientan en la tierra. Esta curiosa formacion (swayambhú, en la terminología sánscrita) posee unas vibraciones tan elevadas que muchos barcos que navegaban por la zona -se asegura- se han acercado a la costa atraídos por el envolvente bienestar que de allí proviene.
Las Piramides de Egipto (Egipto)
Este atractivo centro turístico, vestigio de la antigua civilización que habitaba el Alto Nilo, emana pésimas vibraciones energéticas, debido que allí se encuentran los restos de los faraones de mayor rango. La cultura egipcia rendía culto a los muertos a un nivel tan extremo, que casi ocupaba más tiempo en las ceremonias destinadas a éstos que en atender a los vivos. Ese podría ser el motivo de las energías nefastas que despiden las tumbas de los reyes egipcios.
Montes Himalaya
La cadena del Himalaya toda y en especial el monte Kailash poseen elevadísimas vibraciones energéticas, quizás producto de la influencia de los maestros espirituales que, por siglos, se han refugiado en esa regíon para meditar y permanecer a salvo de la actividad "mundana".