RESULTADOS DE UN EXPERIMENTO DE TAROT

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RESULTADOS DE UN EXPERIMENTO DE TAROT

Notapor Venus Imperial » Vie Jun 30, 2006 8:51 pm

Este experimento, como ya saben muchos de ustedes, fue iniciado a fines del año 2003. Su objetivo era determinar, con un cierto grado de seriedad, si el popular concepto de hacer "tarot a distancia", más allá de alguna referencia circunstancial, anecdótica y previsiblemente optimista que algún estudioso o estudiosa del Tarot se adjudicare, podía tener visos de credibilidad. A los efectos prácticos fue mi esposa Claudia Sione quien se sometió a las exigencias del mismo (y a quien le agradecemos, en nombre de todo el equipo de "Al Filo de la Realidad", lo que es por su parte una demostración de honestidad intelectual: en efecto, dado que ella misma es una tarotista profesional, comprendía perfectamente que un resultado asaz negativo, aunque no se relacionara con su capacidad de lectura personal en la consulta, podía vulnerar su credibilidad. Fue empero su propia inquietud de conocimiento lo que la llevó a enfrentar el riesgo, actitud que queremos resaltar), y la propuesta fue que cualquiera de nuestros lectores nos hiciera llegar solamente su nombre y apellido completos, fecha de nacimiento, y tipificación del problema (familiar, económico, etc.). La descripción del mismo, así como sus antecedentes y proyecciones futuras, corría por cuenta de nuestra sujeto, y ése era precisamente el objeto del experimento.

He referido en otras ocasiones la presunción que el conocimiento cierto de hechos a través del Tarot bien puede explicarse porque las figuras del mismo, de profunda simbología, despiertan mecanismos arquetípicos del inconsciente del sujeto, donde anida –aunque lo ignore- su Potencialidad Parapsicológica. Tal como explicamos en nuestros cursos de Parapsicología, todo ser humano tiene, en forma latente o manifiesta, la capacidad de producir eventos parapsicológicos, y en aquellos cuyos Mecanismos de Defensa yoicos se encuentran tan férreamente estructurados que inhiben volitivamente esta manifestación, la misma puede ser "disparada" por ciertos mecanismos reactivos. No es el menor de ellos la excitación a nivel inconsciente bajo la observación de figuras cuya naturaleza y simbología, por asociación, se corresponden y despiertan esas potencialidades dormidas.

Así, fenómenos como la interacción telepática entre tarotista y consultante, precogniciones, retrocogniciones, clarividencia y hasta una probable psicokinesis en el acto de barajado de las cartas, serían los responsables de la información accesada. Esto era bastante probable en la consulta tête a tête, mas, ¿ocurriría lo mismo cuando el consultante se encuentra a centenares o miles de kilómetros, cuando es un perfecto desconocido, cuando ni siquiera existe la circunstancia fortuita e involuntaria de "dar pie" con algún comentario introductorio?.

Avanzando un poco más, planteamos la hipótesis de concebir al ser humano como un "punto de conciencia en algún lugar del continuo espacio – temporal". Un continuo que es una línea que comienza en un lugar y un momento; el del nacimiento. Y aquí, sin extendernos en interesantes reflexiones casi filosóficas, importa señalar que tomamos como punto de partida el nacimiento y no la concepción del individuo, en tanto y en cuanto se es individuo cuando se independiza el feto de la madre; con el corte del cordón umbilical, el primer vagido y la primera bocanada de aire. Resulta quizás hasta cruel decirlo así, pero, hasta ese momento, el bebé en el vientre materno, al no ser un ser independiente y autofuncional, es ciertamente un ser parasitario.




El experimento


Se recibió un total de 523 consultas. De ellas y en un principio, se anularon –a los efectos del experimento- 131, por no reunir los requisitos solicitados, ya sea que faltaba alguno de los datos pedidos –en cuyo caso se volvían a solicitar al remitente, por única vez- ya sea porque quien consultaba se explayaba en la descripción de su problema. Esto, que trasuntaba a las claras la necesidad de orientación del sujeto (e, indirectamente, una inesperada muestra de confianza hacia nosotros, toda vez que podía interpretarse como el deseo expreso de encontrarnos en una posición ventajosa para darles una solución) empero era "ruido de información", pues vulneraba, precisamente, lo que se deseaba averiguar, esto es, si apenas conociendo datos filiatorios del sujeto era posible acceder a algún tipo de información sobre la problemática del mismo. Esta categoría, obviamente, incluye también las direcciones de correo inválidas.

Cuarenta y siete (47) consultas no fueron respondidas –pese a estar tipificadas correctamente- pues al tiempo de dar por finalizado el experimento y el agotamiento –un tema por sí mismo- que sufriera la tarotista significó de alguna manera un "bloqueo" que sólo podía llevar a una escalada de resultados negativos. Personalmente decidí suspender la prueba aquí, pues tal previsible escalada no respondía a las exigencias del experimento las cuales eran, simplemente, chequear si es posible el "tarot a distancia", y no medir la capacidad de resistencia de un sujeto de experimento o –lo que no dejaría de ser interesante para otra ocasión- mensurar cuál es el número de consultas repetitivas que un sujeto puede enfrentar con cierto grado de exactitud antes que el estrés resultante perturbe su percepción.


De forma tal que se trabajó sobre 345 consultas. A lo largo de varios meses, se remitió a cada uno de estos consultantes el resultado del trabajo de Claudia. Doscientas veinte nueve (229) personas (el 66,37 %) no respondieron. Primera pregunta: ¿cómo interpretar esto?. ¿Cómo que el resultado fue negativo?. No pensamos así. Se pidió en todos los casos una opinión del consultante, aún –o especialmente- en el caso que tanto la descripción del problema como de los antecedentes no concordara con la realidad. De manera tal que el supuesto temor de desilusionar o malquistar a la tarotista respondiéndole negativamente no era uno de los temores legítimos de los consultantes. Acostumbrados a trabajar en Internet, donde las encuestas a grupos cerrados por motivos de interés común suelen tener un 10 % (o menos) de respuestas, asociamos este punto al mismo fenómeno: desinterés por el experimento (y sí por satisfacer sólo su individual curiosidad), fugacidad de la información que se recibe por la Web y cierta dosis de poca educación.


Veamos ahora el 33,63 % restante, es decir, quienes sí respondieron. Aquí los números son muy interesantes. Sobre un total, entonces, de 116 testimonios, a estar de las propias manifestaciones de los interesados, fueron absolutamente negativos 11 casos (9,49 %), regulares –con aciertos y desaciertos más o menos proporcionados- otros 12 casos (un 10,34 %) mientras que en otros 93 consultantes (el 80,17 %) se reconoció como absolutamente positivo. Siendo demasiado exigentes, algunos críticos podrían considerar a esas 229 personas que no acusaron recibo como parte del segmento "absolutamente negativo", con lo cual sobre un universo, entonces, de 345 episodios, 240 serían negativos (un 69,45 %), regulares los 3 ya mencionados (un 0,86 %) y positivos sólo 93 (es decir, un 26,95 %). Empero, presentamos esta opción a la interpretación de los resultados sólo para ser fieles a la objetividad y abiertos a todas las interpretaciones posibles, si bien prima en nuestro enfoque la convicción que tales 229 no merecen ser incluidos en el análisis, toda vez que a quienes solicitaron participar se les aclaró que era condición sine qua non del experimento referenciar su opinión sobre el mismo.


Paralelamente a la realización del experimento a distancia, y como cartabón comparativo, empleamos como "muestras – testigo" a consultantes que en el ámbito de su atención personalizada Claudia recibió durante esos días. En este caso, nos basamos en una muestra comparativa de sesenta (60) sujetos, a los cuales se interrogó a posteriori de su primera entrevista con la tarotista. No gratuitamente Claudia Sione se ha ganado su prestigio: 54 consultantes definieron esa entrevista como "altamente positiva" ( 90 %), 5 como "regular, con contenido certeros, probables, posibles y errados en partes iguales" ( 8,33%) y sólo 1 como "insatisfactorio" ( 1,67 %).


De todo lo que antecede, especialmente de la comparación de este 90 % en las entrevistas personalizadas con el 80,17 % de las consultas a distancia concluimos que, en manos de personas adecuadamente calificadas, la consulta de Tarot a distancia es perfectamente viable en términos de percepción extrasensorial. Esto queda demostrado, aún cuando la tarotista interviniente sólo tenía información basal sobre el individuo y su problemática. Sin duda, en el marco de una consulta a distancia donde no se tamiza fríamente la relación dentro de un contexto experimental y donde el flujo de información es más abierto y recíproco, todo hace suponer que el índice de efectividad bien puede aproximarse al de la consulta personalizada.
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