El enigma de Fulcanelli

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El enigma de Fulcanelli

Notapor Evil_Khalid » Dom Jul 18, 2004 3:53 am

Fulcanelli escribió dos libros muy famosos: "El misterio de las catedrales"y "Las moradas filosofales".

Los manuscritos fueron entregados por este misterioso personaje a su discípulo Canseliet. Estos dos manuscritos fueron publicados, no así otro titulado “Finis Gloriae Mundi” que también le fue entregado a Canseliet.

Han pasado varios siglos y aún el misterio persiste respecto a quién se ocultaba tras este seudónimo. De él se ignoran todos los datos biográficos, el nombre, estado civil, su condición, el día y lugar de nacimiento... Todo es muy misterioso...

La entidad que se llamó Fulcanelli en estos momentos no está encarnada. Es un ser del plano 5º, subnivel 7º, grado que incluso tenía cuando encarnó en el siglo XVI.

Tenía una sabiduría tremenda, había estudiado mucho el poder del pensamiento. Su decodificador mental funcionaba al 100 % de su eficacia. Podía incluso hacer foco sobre algunos objetos para influir sobre ellos. Yo no llamaría a esto poder, sino más bien don. Fulcanelli tenía muchos dones. Investigaba sobre el alargamiento de la vida humana haciendo foco sobre sus células.

No tenía algún conocimiento sobre el genoma porque en el siglo XVI se ignoraba el tema. Pero Fulcanelli sí sabía que modificando algunos patrones de su organismo físico las personas podían llegar a sanar sus enfermedades.

Él se las arregló para atender a algunos enfermos, obviamente sin permitir que esto trascendiera, y llegó a sanar con su don mental a quienes tenían problemas físicos reales.
La verdadera Alquimia fue desfigurada por leyendas provenientes de Bretaña. Bretaña hablaba de la Piedra filosofal, de la transformación del plomo en oro y todas esas cosas.

El plomo se puede transformar en oro a través de transmutar sus moléculas. No hablaban de transformar, por ejemplo, el hierro en oro, el cobre en oro, sino el plomo en oro...uya que el oro y el plomo tienen un peso específico muy parecido.

Científicamente sí se ha logrado transformar el plomo en oro...se ha logrado a través de la radiación, pero el proceso es tan costoso que no tiene ninguna utilidad económica.

Hace siglos atrás, hablar de transformar el plomo en oro, aun siendo dos materiales muy similares en peso atómico, era algo casi impensable.

Los alquimistas eran personas de una tremenda intuición. En esa época no existían los conocimientos químicos que hay ahora, no se sabía nada de la tabla periódica de elementos, ni de todas esas cosas.

Pero la verdadera Alquimia, la de Fulcanelli y otros, no era la de la transformación de los metales en oro, sino la de la transformación espiritual.

Es la Alquimia de los magos, de los verdaderos magos espirituales, de transformar el espíritu del Error en un espíritu de Luz.

Se ha hablado que Fulcanelli podría ser el mismo Canseliet...pero no lo era Canseliet ya que éste era su discípulo. Hubo muchas personas que fueron también espíritus de Luz que acompañaron y colaboraron con Fulcanelli, en esa vida y en otras anteriores.

Tras el nombre Fulcanelli se ocultaba un ser encarnado que lo único que buscaba era el transmutar a las almas.

Lo que es cierto es que Canseliet era su discípulo y que Fulcanelli le entregó los manuscritos...pero los manuscritos originales se perdieron.

Los libros El misterio de las catedrales y Las moradas filosofales que muchos hemos leído son manuscritos apócrifos.

En esa época el papel no era de buena calidad y las páginas se pusieron amarillas. Además, no había medios para conservarlos como los hay ahora. Diversos autores que a través del tiempo estudiaron los originales para pasarlos en limpio fueron transformándolos a su gusto..

Los originales simplemente los tiraron; lo poco que ha llegado hasta esta época se encuentra desvirtuado por las interpolaciones.

Fulcanelli era un personaje muy conocido, pero prefirió guardar el anonimato porque en esa época la Alquimia estaba considerada como charlatanería.

Fulcanelli necesitaba conservar su prestigio en razón de la altísima función que tenía y si hubiera dado a conocer sus estudios se hubiera seguramente granjeado muchos enemigos y su misión se le hubiera dificultado o resultado imposible.

Tras el nombre Fulcanelli se ocultaba la personalidad más relevante del siglo XVI, e incluso su nombre figura entre los 100 personajes más importantes del segundo milenio. Una de sus frases pasó a la historia: “París bien vale una misa”. Murió asesinado por un fanático al final de la primera década del siglo XVII.

En el prólogo de Canseliet a la obra de Fulcanelli “El misterio de las catedrales”, en uno de sus párrafos, dice: “Hace ya tiempo que el autor de este libro no está entre nosotros... deploro, ¡ay!, que desapareciera tan pronto... Mi maestro... desapareció al sonar la hora fatídica, cuando se produjo la Señal. ¿Y quién se atrevería a sustraerse a la Ley? Yo mismo, a pesar del desgarro de una separación dolorosa, pero inevitable...”.

Esas palabras se refieren exactamente a la trágica muerte de Fulcanelli.
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Notapor Evil_Khalid » Dom Jul 18, 2004 3:58 am

La razón de que se haya hecho tanto misterio sobre la Alquimia, que en definitiva no es más que la búsqueda de una transformación espiritual; es porque en el reino de Bretaña, en aquella época, para proteger a esos grandes sabios, porque hubo más de uno, desvirtuaron toda la historia, e incluso los escritores que han corregido algunos manuscritos han dicho que la Alquimia era la transmutación de los elementos porque eso atrapaba mucho más.

A nadie o a muy pocos les interesaba en esa época transformar su alma. En cambio si les interesaba cualquier cosa que significa transformar los metales en oro.

Hay algunas catedrales que, en algunos momentos determinados, fueron habitados por monjes. Estos edificios tenían puertas corredizas disimuladas que daban a pasadizos secretos, que a su vez daban a habitaciones donde guardaban sus documentos y libros más preciados.

En esa época era común tener habitaciones escondidas porque las comarcas estaban siempre en guerra unas con otras, y ésa era la única forma de proteger las posesiones más preciadas.

Las estructuras de las catedrales no tenían ningún poder. En esa época no tenían los conocimientos necesarios para hacer algo así. Lo que ocurre es que Fulcanelli también era un arquitecto brillante y diseñó dos o tres cámaras en algunas catedrales con poderes similares a los de las Pirámides de Egipto para atraer energía del espacio.

Las Pirámides de Egipto eran enormes máquinas teletransportadoras, pero también eran canalizadoras de energía.

Las cámaras construidas por Fulcanelli tenían cualidades especiales. Y estas cualidades especiales eran en realidad lo que daba pie al misterio de las catedrales.

El misterio de las catedrales no tenía ninguna relación con sus estructuras exteriores.
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El enigma de Fulcanelli

Notapor Evil_Khalid » Dom Jul 18, 2004 4:14 am

Fulcanelli murió en 1610, sin embargo en la edición de "El misterio de las catedrales", de la editorial española Plaza y Janés, con fecha de impresión de 1969; 1925 aparece como la fecha en que Fulcanelli termina de escribir el libro.

El verdadero Fulcanelli fue el rey de Francia Enrique IV, (1553-1610). El verdadero Eugène Canseliet nació en 1567 y falleció en 1624. Fulcanelli-Enrique IV, le entregó los manuscritos a Canseliet en 1596, cuando éste contaba 29 años. Ésta es la verdadera historia.

El falso Fulcanelli se llamaba en verdad Patrick Kirpatrick, y fue a éste a quien entrevistó Jacques Bergier, quien dudó de que en verdad fuera Fulcanelli.

Bergier fue embaucado por esta persona, es decir que él actuó de buena fe, creyendo en la posibilidad de haberse entrevistado con Fulcanelli.

El falso Eugène Canseliet se llamaba en realidad Jean-Pierre Leonard. Cuando se presentó como Eugéne Canseliet a los editores que hicieron la primera edición francesa, ellos le creyeron (los editores no se preocupan en averiguar quiénes son en realidad los verdaderos autores, porque cualquiera puede escribir con seudónimo y nadie obliga a ningún autor a revelar su verdadero nombre).

Y el falso Canseliet, obviamente, le puso al prólogo una fecha falsa: 1925. Aclaro que el prólogo, fue hecho por el verdadero Canseliet.

Patrick Kirkpatrick y Jean-Pierre Léonard simplemente vieron la oportunidad de ganar dinero haciéndose pasar por Fulcanelli y Canseliet.

Su conducta ha sido ignominiosa, porque han inducido a error a mucha gente y desde el punto de vista ético han impedido que se conozca quién fue el verdadero Fulcanelli y la razón de que debiera ocultarse tras un seudónimo.
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El enigma de Fulcanelli

Notapor Evil_Khalid » Dom Jul 18, 2004 4:33 am

Cuando en los siglos XIV, XV, se hablaba de alquimistas, se pensaba ingenuamente en la transmutación de elementos. Grandes espiritualistas, no confundir con espiritistas, de la época, como Fulcanelli, sabían que la verdadera transmutación estaba en el alma, pero trabajaron sobre elementos porque ingenuamente pensaban que a través de la mezcla de determinados elementos, trabajando con pequeñas porciones de mercurio, con plantas, pero en muy pequeñas cantidades para evitar el envenenamiento, quizás una gota en un litro..

Eso al ingerirlo no operaba acumulativamente y a la larga el organismo podría resentirse, al final podía hacer el mismo efecto de envenenamiento del arsénico.

Fulcanelli también llegó a ingerir esas sustancias. Obviamente ninguno logró nada...pero lo hacían creyendo de buena fe que podía dar algún resultado.

En el siglo XIX y XX, cuando se habla de Alquimia, todavía se sigue creyendo que se trata de la transformación de los metales en oro, o en la búsqueda de la Piedra Filosofal, que no existe.

Pero Fulcanelli II y Canseliet II, es decir, los falsos Fulcanelli y Canseliet, sabían la verdad. Y ahí está el fraude de ellos, porque seguían escribiendo libros de este tenor nada más que por intereses comerciales. Había una total mala voluntad en ellos.

Los antiguos alquimistas eran sinceros en la búsqueda porque creían de buena fe en la posibilidad de la transmutación de los metales en oro, y los falsos, como Fulcanelli II y Canseliet II, no actuaban de buena fé porque sabiendo la verdad, lo único que buscaban era el rédito comercial mediante el engaño.

Los antiguos alquimistas lo hacían con todas las ganas, pensando que ingiriendo cierto tipo de metales, en pequeñas proporciones, claro está, podían obtener resultados.

En realidad, tan errados no estaban, porque hay hierbas con las que se pueden obtener algunos resultados y ya las usaban los chamanes de Perú, por ejemplo, por la misma época, a cien años de la colonización e incluso antes. También trabajaban con hierbas los aztecas, los mayas...

Incluso en la actualidad, pero esto ya es otra cosa, hay escuelas donde se trabaja con sales y metales para ingerir. Los preparados, que consisten en colocar los metales en agua destilada durante 24 horas, después los venden, como venden las llamadas Flores de Bach, en la creencia de que después esos metales van a transmutar. A veces se ponen piedras de amatistas o de cuarzo citrino en agua, en un vaso, y la gente luego se lo toma.
Todo esto lo promovió la mala fe con que actuaron Fulcanelli II y Canseliet II. Todas estas escuelas actuales fueron programadas a comienzos del siglo XX. Es decir que en estos momentos hay una gran herencia, negativa por supuesto, de esos falsos alquimistas.
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El enigma de Fulcanelli

Notapor Evil_Khalid » Dom Jul 18, 2004 4:36 am

Mas allá de los efectos que buscaban obtener los alquimistas ingiriendo metales, lo que buscaban verdaderamente los alquimistas antiguos, como Fulcanelli, era la elevación del espíritu desde los planos del Error a los planos de Luz.

Ellos buscaban esa elevación erróneamente por los métodos ya señalados, con los cuales era imposible una elevación espiritual.

La única forma de elevarse espiritualmente en esas épocas era siendo místico, como Juan de la Cruz, que llegó a descubrir la Nada, el Vacío Total, y se llegó a contactar con Dios.

El error de Fulcanelli, por llamarlo de alguna manera, fue pensar que ingiriendo metales, en pequeñas proporciones, podría elevar el organismo físico y como consecuencia también lo espiritual.
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Re: El enigma de Fulcanelli

Notapor pillox2 » Mar Nov 03, 2009 4:21 pm

Para Evil!

Estaba buscando un asunto por la red y me encontre con esto.
Propagar las enseñanzas es fantastico.
Apropiarse de la información de una WEB, calcarla sin citar la fuente, denota mucho ego, intuyo que en tu caso es ego por vacio.
Harias bien en remitir a tus posibles lectores a la fuente, es decir al "GRUPO ELRON DE ORIENTACION Y SERVICIO"
¡No cuesta nada y queda de lujo!
Ey! de buen rollo!

http://www.grupoelron.org/
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Re: El enigma de Fulcanelli

Notapor lupa » Mar Nov 03, 2009 7:54 pm

el grupo elron???? :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :aplauso: :ok:
Para mis amigos q andan por caminos errados,4consejos4:
No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir.
Árbol que crece "doblao" jamás su tronco endereza.
El que vive de ilusiones muere de desengaños.
"El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero... de los demás". Margaret Thatcher
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