Eso es MENTIRA. Los detalles del análisis, resalto nombres y laboratorios que hicieron los análisis:
Primero, el examen del metal ... ...
Sabes de sobra que cuando el análisis se efectuó en EE.UU. dió unas proporciones normales, nada de otro mundo y nada de componentes desconocidos.
Otra mentira tuya: http://aliendnaparadigm.blogspot.com/20 ... ction.html
Quizás otros laboratorios sean reacios a meterse en el tema por las implicaciones del mismo, pero oye, no es que cualidad es mejor que cantidad, deja de contradecirte!
El analisis lo realizó el mismo ufologo en un laboratorio inventado por él. Ufologo, contactado, testigo y analizador, todo en uno, pero nadie hasta ahora ha podido constatar la existencia de ese cabello.
Todas son pruebas concluyentes, o me vas a decir que si varios astronautas dicen haber visto OVNIs que realizaron movimientos que denotaban una inteligencia detrás allí afuera en el espacio, no es una prueba concluyente... Por favor.
Sabes de sobra que las palabras de los astronautas o están sacadas de contexto o nunca las dijeron.
Y de estos tres temas ya expuse como, donde y porqué.
El cubo de Gurlt, prueba casi concluyente
Ante la misteriosa procedencia de dicho objeto se hicieron una
serie de pruebas cuyos resultados aumentaban el enigma; El cubo de 8 kg, cuyas dimensiones eran perfectas: 67 mm x 67 mm x 47 mm, resultaba ser una aleación de acero especial que contenía Níquel y muy poco Azufre. Esta composición química no podría haberse producido naturalmente, lo cual indicaba de debía haber sido construida por “alguien”.
Esta si que es buena...
El cubo este se hizo conocido por el libro "El Retorno de los Brujos" del "investigador" Jacques Bergier, quien no siempre fue muy cuidadoso en sus métodos para presentar evidencias o demostraciones de sus controvertidas teorías sobre supuestos extraterrestres en la historia antigua o supercivilizaciones antediluvianas desaparecidas.
Pero Gurit en la publicación "Planete" explicó cosas muy distintas a lo que se dice del tema y el tema parece llevar otros derroteros que los amantes de lo misterioso omiten de todo grado:
Fue un empleado de la fundición Braun e Hijos, de Schöndorf, cercana a Vöcklabruck, quien encontró en el otoño de aquel año, entre los trozos de carbón para las calderas, un fragmento con un objeto rectangular adherido a la misma. Los trozos provenían de las minas de lignito de Wolfsegg. El hijo del propietario Braun, a cargo de la compañía, llevó el objeto hasta el Museo Heimathaus de Vöcklabruck, desde donde pasó a manos del Ingeniero en Minas y profesor de la Universidad de Bonn, Doctor Gurlt, quien presentó sus observaciones sobre el objeto durante la Conferencia de la Sociedad de Historia Natural de Bonn, en 1886.
Según lo que se dice hasta ahora, el cubo tenía una forma "exactamente" de paralelepípedo, parecido a un dado de 6.7 x 6,7 x 4,7 centímetros.
Su peso era de 785 gramos, y no 8 kilogramos, como aseguran ingenuamente algunas fuentes basándose en un error de traducción del texto (parecen no deducir que un objeto del tamaño de una caja de fósforos pueda pesar tanto). Al contrario de lo aseverado por el escritor judeo-francés, la verdad es el paralelepípedo era bastante impreciso y su forma resultaba cercana a lo irregular más que a la perfección geométrica. Sus bordes lucían suavizados (no "ligeramente" como miente Bergier en "Los Extraterrestres en la Historia", sino muy redondeados, casi haciéndole perder su geometría) y una estría o fisura profunda lo recoría más o menos por el centro.
El primer análisis químico habría arrojado resultados aún más polémicos: una aleación de acero imposible de encontrar en la naturaleza, tanto menos por rastros de níquel, carbono y azufre que se dijo contenía, y que llevaron al Doctor Gurlt a proponer inicialmente, que el cubo sería un meteorito fundido durante su ingreso a la tierra y que acabó con esa forma por razones desconocidas. Sin embargo, esta hipótesis también se descartó. Para hacer más extravangante al objeto, se observaron en él algunas marcas con características de inscripciones que jamás pudieron ser reconocidas ni traducidas.
La presencia de un objeto cuya forma no parecía natural en un estrato carbónico del terciario, de 60 millones de años, ha sido desde entonces terreno fértil para todo tipo de especulaciones y teorías extrañas sobre su origen. Tras las publicaciones del Doctor Gurlt, otras personas también habrían estudiado el cubo, concluyendo que su composición no podía ser natural, ya sea terrestre o extraterrestre.
Sin poder arrancarle más información a la pieza, Bergier dice que el Doctor Gurlt la donó al Museo de Ciencias de Salzburgo, donde siguió siendo estudiado. Sin embargo, en 1910 el cubo habría desaparecido "misteriosamente" y sin explicación desde las colecciones del museo, permaneciendo extraviado hasta nuestros días, sesanción acrecentada por la casi inexistencia de fotografías del mismo. Todavía hay quienes intentan obtener alguna explicación al respecto por parte de la dirección del museo, pero las respuestas obtenidas son frustrantes para quienes continúan creyendo en la fábula de este extraño objeto, aun cuando permitan seguir alentando las teorías fantásticas sobre conspiraciones y "campañas de silencio" contra el mismo.
Nunca encontrarán la respuesta allí, sin embargo, porque el museo que albergó a la pieza no es el de Salzburgo, sino el de Salisbury, en el Reino Unido, hasta donde llegó tras pasar por el Oberosterreichisches Landesmuseum de Linz, centro donde fue exhibido al público entre 1950 y 1958 quedando de él un molde del objeto dentro de las colecciones de este último museo. La confusión de las ciudades parece ser otro error más de Bergier y
fue demostrada por uno de sus propios seguidores literarios, el escritor Peter Kolosimo.
Entre 1967 y 1968, el "cubo", que más bien parecía un ladrillo gastado, regresó a Austria para ser examinado en el Museo de Historia Natural de Viena. El procedimiento de microanálisis catódico demostró que no existían en su composición níquel, cobalto, cromo ni azufre, además de ser de origen terrestre y no material de un meteorito. Se determinó, sin embargo, que tampoco era de pirita, como algunos sostenían.
Para mayor decepción de los creyentes en el misterio del cubo, los científicos Gero Kurat y Rudolf Grill, del Museo de Historia Natural y de la Sociedad Geológica de Viena respectivamente, concluyeron por entonces que el objeto era un trozo de metal conformado principalmente por hierro bajo en magnesio, pero similar a cierto tipo de piezas que eran usadas como pesas o muescas para el lastre de anclado de viejas maquinarias propias de la extracción minera. Resultaría obvio, entonces, deducir cómo llegó desde la mina de carbón hasta la fundición de los Braun. Posteriormente, Hubert Mattlianer determinó hacia 1973, que el objeto y su composición se ajustaban al tipo de intrumentos y técnicas usados con este propósito en aquella época.
Y es que sigo diciendo que te crees cualquier cosa.