Moderador: Arkantos
Por otra parte, y por parte del mismo autor--Coppens es un crack–--tiene también un artículo sobre la presencia de “grises” en el folklore hebreo: http://www.philipcoppens.com/watchers.html
Aunque por otro lado, la forma descaradamente sensacionalista en como es reportado en los medios hace pensar que puede haber algo real detrás del video. Se necesita más análisis. A mi no me convence.
Pues será un crack y todo lo que tu quieras, pero yo no veo que hable de grises en el folklore hebreo.
Fowler’s book created some interest. Gregory Little was most impressed and made a study of the Book of Enoch, in light of Andreasson’s revelation. He identified that the Book of Enoch noted that there were angels both at the gates of Heaven and Hell – mimicking the Egyptian neters, who also guard the gates of Heaven and Hell in the Egyptian Afterlife. Little noted that the guardians of Sheol – hell – were described as angels “grey of colour, small as children, with a shape that is somewhat similar to the human form.” Little observed that this description was not present in the Slavic edition of the Book (the most commonly used), but was present in the Hebrew version.
Gregory Little fue el más impresionado e hizo un estudio del Libro de Enoc, a la luz de la revelación de Andreasson. Señaló que en el Libro de Enoc, observó que había dos ángeles en las puertas del Cielo y el Infierno - imitando a los Neters egipcios, que también guardan las puertas del Cielo y el Infierno en el Egipto después de la muerte. Little señaló que los guardianes de Sheol - el infierno - fueron descritos como ángeles "de color gris, como los niños pequeños, con una forma que es algo similar a la forma humana." Little señaló que esta descripción no estaba presente en la edición eslava del Libro (el más utilizado), pero estuvo presente en la versión en hebreo.
liria_azaila escribió:Vamos por partes.
Hay tres versiones del Librode Enoch, una en etíope, (versión eslava) que es la más utilizada por que es la más antigua y de donde parten otras dos del siglo V después de Cristo, traducciones en hebreo y griego.
Algún fragmento también de este libro se encontró en Quram.
Evidentemente en la versión etiópica no existe tal descripción de esos seres grises, pero lo más gracioso es que en la versión hebrea tampoco (LIbro tercero de Enoch).
Es decir que Little observó lo que no hay en el libro de Enoch.
La cosa es tan simple como leer ese Tercer libro de Enoch hebreo y comprobarlo.
A pesar de que se supone que debe de ser una recopilación de relatos hebreos anteriores a Cristo, no hay constancia de ello y unos colocan como autores a varios autores hebreos del siglo I.
Aún con todo y con eso, este libro no refleja nada del folklore hebreo.
Coppens es un crack, pero Little es un embustero.
decirte que creo que el libro del que habla Little se halla en el primer libro de Enoch, no en el tercero--concretamente los capítulos XVII a XXVI.
y como tú dices aparecen fragmentos de este mismo libro en hebreo y griego medieval en Qumram
También dices que evidentemente no hay presencia de ese pasaje en la versión etíope. Me gustaría saber en qué te basas para hacer esa afirmación. También dices que Little es un embustero, sin--creo--haber leído esos fragmentos en arameo.
El clan de los "arrebatados"
Otro "arrebatado" y personaje enigmático y misterioso donde los haya es Enoch, cuyo nombre, en hebreo, significa "iniciado". Según cuenta el Génesis, Enoch "no murió, sino que fue arrebatado y llevado a los cielos en un carro de fuego". Poco más se dice de él en la Biblia, pero contamos con un sorprendente apócrifo, El libro de Enoch, en el que se relatan los viajes del enigmático personaje a bordo de esos misteriosos carros de fuego.
En ese texto se narra, por ejemplo, como entró en contacto con misteriosos seres celestiales: "(...) se me aparecieron dos hombres de gran estatura; sus rostros brillaban como el Sol y sus ojos eran como antorchas". Y le dijeron: "Hoy mismo estarás con nosotros en los cielos". El relato de sus viajes celestiales resulta sorprendente: "Condujéronme entonces a los cielos. Entré hasta detenerme frente a un muro, que parecía hecho de sillares de cristal, y estaba rodeado de lenguas de fuego (...) Me vi ante un gran palacio de cristal labrado, con suelo embaldosado de placas de vidrio, y el piso era también de cristal". Y aún añade otras extrañas pistas sobre sus travesías: "Después de aquellos días transcurridos en un lugar donde se me permitió ver lo que está oculto, después de haber sido arrebatado por un remolino y conducido hacia el Poniente (...)"
Tras el último de aquellos viajes, Enoch no volvió. Al igual que Elías, fue "arrebatado" para siempre. Sólo que no fueron los únicos. En otro apócrifo llamado La Ascensión de Isaías se cuenta cómo este profeta también subió a los cielos en un sospechoso "trance", acompañado de varios ángeles que le invitaron a vestirse con sus ropajes y cómo a bordo de aquella "nave" visitó los siete cielos. Y también en el Segundo Libro de Baruc se cuenta algo similar: "Una fuerza – puede leerse – me levantó y me colocó sobre el muro de Jerusalén".
Y en cuanto al video, lo que más me fascina es el tiempo que estuvo esperando el de la cámara para filmar un alien apareciendo por la ventana
¿Sabía que iba a aparecer o filmaba la ventana por vicio?
Sea del siglo que sea, es de un siglo en donde la aeronáutica no existía, y eso ya tiene bastante mérito si se considera que puede ser el posible relato de una abducción sucedida en la antigüedad.
Lo dice en la noticia de la cual está puesto el enlace en la descripción en YouTube. La cámara estaba allí para grabar a unos chicos espiones que miraban/acosaban a las hijas del dueño de la casa...
Further research brought Little across a Jewish encyclopaedia. It stated that the Fallen Angels that shown Mankind how to “call upon” other angels from heaven. It involved a technique which allowed Mankind to make angels materialise. The technique was a ritual chanting, which had to occur at certain times and places to be effective.
Otro "arrebatado" y persoaje enigmático y misterioso donde los haya es Enoch, cuyo nombre, en hebreo, significa "iniciado". Según cuenta el Génesis, Enoch "no murió, sino que fue arrebatado y llevado a los cielos en un carro de fuego". Poco más se dice de él en la Biblia, pero contamos con un sorprendente apócrifo, El libro de Enoch, en el que se relatan los viajes del enigmático personaje a bordo de esos misteriosos carros de fuego.
Capítulo 70
1 Y sucedió después esto: que su nombre fue elevado en vida, arriba hacia este Hijo del Hombre y hacia el Señor de los espíritus, lejos de los que viven en la tierra;
2 y fue elevado sobre el carro del espíritu y el nombre desapareció de entre ellos.
(...)
1 Y ocurrió entonces que mi espíritu fue trasladado y ascendió a los cielos y vi a los hijos de Dios. Ellos caminaban sobre llamas de fuego, sus ropas eran blancas y su cara resplandecía como el cristal.
En ese texto se narra, por ejemplo, como entró en contacto con misteriosos seres celestiales: "(...) se me aparecieron dos hombres de gran estatura; sus rostros brillaban como el Sol y sus ojos eran como antorchas". Y le dijeron: "Hoy mismo estarás con nosotros en los cielos". El relato de sus viajes celestiales resulta sorprendente: "Condujéronme entonces a los cielos. Entré hasta detenerme frente a un muro, que parecía hecho de sillares de cristal, y estaba rodeado de lenguas de fuego (...) Me vi ante un gran palacio de cristal labrado, con suelo embaldosado de placas de vidrio, y el piso era también de cristal". Y aún añade otras extrañas pistas sobre sus travesías: "Después de aquellos días transcurridos en un lugar donde se me permitió ver lo que está oculto, después de haber sido arrebatado por un remolino y conducido hacia el Poniente (...)"
Tras el último de aquellos viajes, Enoch no volvió. Al igual que Elías, fue "arrebatado" para siempre. Sólo que no fueron los únicos. En otro apócrifo llamado La Ascensión de Isaías se cuenta cómo este profeta también subió a los cielos en un sospechoso "trance", acompañado de varios ángeles que le invitaron a vestirse con sus ropajes y cómo a bordo de aquella "nave" visitó los siete cielos. Y también en el Segundo Libro de Baruc se cuenta algo similar: "Una fuerza – puede leerse – me levantó y me colocó sobre el muro de Jerusalén".
3 Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían, y cuando pregunté sobre esto,
14 El ángel me dijo: "Este sitio es el final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la prisión de las estrellas y de los poderes del cielo.
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