Pequeña reseña
El libro trata sobre un grupo de cientificos que tienen un campamento de investigacion en medio de una selva, despues ellos empiezan a observar ovnis sobrevolando cerca de ellos y deciden hacer señales luminosas y sonoras para llamar su atención, despues de varios esfuerzos sin resultados, un día sucede lo tan esperado para ellos y tienen contacto fisico con los tripulantes de la nave (marcianos). Tiempo despues, ya habiendo interactuado en varias ocaciones con ellos son invitados algunos de los cientificos a tomar un largo viaje a conocer el planeta rojo y a sus habitantes.
Segun el autor esto es un relato veridico, la verdad yo la primera vez que lo lei me parecio real, aunque aun ahora tengo cierta creencia en este suceso.
PROLOGO
Querido lector:
Usted seguro se extrañará: primero del titulo de este libro. Al acceder a la solicitud de reedición, me veo en la obligación de consignar algunas declaraciones.
Hasta ahora me he limitado a señalar que este relato es la cristalización de una fantasía novelesca, de ciencia ficción, pero hoy puedo afirmar que en esta narración no se relata nada ficticio y rectifico mis declaraciones en el sentido de lo que aquí relatado no es mas que una condensación, un resumen, una pálida imagen de un acontecimiento histórico, cuya realidad proyecta consecuencias desconcertantes.
Considero muy necesario enfatizar sobre la veracidad del presente relato.
El fin que persigo no es el de que usted me crea, sería una insensatez esperarlo y soy el primero en reconocerlo. Usted opinará lo que más le convenga y naturalmente, lo que alcance el límite de su discernimiento.
Puede tomar este relato como novela divertida, como narración de una bella ilusión; en fin, como mejor le plazca. Pero antes de definir su opinión examine con sinceridad y cordura estas cuestiones:
¿ Se atrevería usted a asegurar que entre los millones de astros, con sus respectivos miles de millones de planetas diseminados en infinidad de galaxias, sóolo nuestro planeta, que es uno de los más insignificantes, es el único habitado por seres racionales ?
Y si no es el único habitado,, ¿ se atrevería usted a jurar que los habitantes de este pobre planeta somos los más adelantados del Universo ?
En este nuestro planeta-manicomio, lo que llamamos adelanto científico está en relación con el dinero disponible. ¿ Cree usted que el talento y la ciencia se puedan calibrar sólo con dinero ?
¿ Esta usted convencido que todos los científicos de la Tierra se han agrupado al servicio de dos naciones ? ¿ Y cree que las pagan esos servicios sean las naciones más cuerdas ?
¿ Cómo califica usted a un pueblo que puede derrochar miles de millones de dólares para explorar el espacio y no puede gastar algunos para robustecer los diques de ríos, con el fin de salvar a sus ciudades de desastrosas inundaciones ?
¿ Será verdaderamente sabio un gobierno que desangra a su pueblo con el mismo utópico objeto y no puede ni siquiera producir el trigo para el pan que el mismo pueblo necesita ?
¿ Y que opinaría usted si llegara a comprobar que estas insensateces no persiguen otro in que una barata y vulgar competencia publicitaria ?
Si usted está conforme con estas comedias seudo-científicas no debe molestarse para leer una sola página de este libro; y si son muchos los que piensan como usted, yo me declaro avergonzado de sentirme inquilino de un planeta que va revistiendo cada día más el carácter de manicomio.
Pero, por fortuna, no es así.
Son muchos los sabios que pueblan la Tierra.
Son muchos los sabios que no venden a ideologías políticas.
Son muchos los sabios que no se prestan a la teatralidad.
Son muchos los sabios que no se venden por un sueldo.
Son muchos los sabios que dedican sus esfuerzos para el bien de la humanidad, que desechan las infames estacadas de las fronteras; que tienen corazón suficiente para albergar sentimientos para todos, y no sólo para los reclusos de las separos que han crucificado al Dios universal para instalar los ídolos de barro de patrias mezquinas, que han impuesto como ley el odio hacia el vecino y como deber, su asesinato.
Son muchos los sabios que ven en la guerra el estigma infamante, que hace el habitante de la Tierra el ser más repugnante entre los seres que habitan los miles de millones de planetas de nuestro maravilloso Universo.
Y, por fortuna, estos sabios son mucho más doctos; y sus esfuerzos han sido compensados abundantemente por la ciencia, por la naturaleza y por Dios.
Hay un cúmulo tan grande de pruebas que respaldan mi rotunda afirmación, que creo del todo superfluo presentar ulteriores demostraciones.
Estos buenos amigos del género humano han confirmado ya sus éxitos con un lugar tal de pruebas que son más que suficientes para convencer al más ciego de los ciegos. Claro está que jamás podrán convencer al que usa ojos para no ver.
No hay rincón de la Tierra que no haya recibido la demostración de un poderío de insospechados alcances, prenda patente de que todos en la Tierra están locos; de que los cuerdos cuentan ya con protección poderosa.
Siga la ciencia venal jugando sus macabras comedias, pero puede estar segura de que alguien le marcará el alto.
La humanidad cuenta ya con fuerzas superiores para su protección; y son fuerzas, querido lector, capaces de poner en cintura los desmanes de cualquier loco.
Afortunadamente también este poder está protegido con el máximo secreto, secreto inviolable.
Esta es la potencia más desconcertante, desconcertante para los enemigos de la paz, absoluta garantía para los amigos de la humanidad.
Cuando usted vea uno de estos fenómenos cruzar por los cielos, salude al mejor de sus amigos.
Y aquí me veo precisado a formular una declaración más.
El problema más serio para nuestros científicos es el resplandor que estas vertiginosas máquinas no pueden disimular y que revela la portentosa energía de que van dotadas. Pero este problema ya se está en camino de resolverse; y es posible que al llegar a sus manos este libro, estos ángeles protectores puedan visitar todos os rincones de la Tierra, ya completamente inobservados y capaces de descargar el más tremendo castigo sobre los que pretenden forjar una nueva guerra.
ACLARACION
Sean han hecho posibles los maravillosos adelantos científicos que aquí se describen, merced al sacrificio personal de numerosos intelectuales que sólo a ello han dedicado sus esfuerzos. Se deben en gran parte sus logros al aporte económico de personas rectas y sanas que en esta forma han dado al bien de la humanidad el tributo más grande que registran los siglos. Reseñamos entre ellas al maestro e iniciador Guillermo Marconi que con los principios científicos sobre los que nos basamos, asignó un fuerte legado.
Dos ex reyes ya difuntos, un ex rey, vivo aún, dos reyes gobernantes, un ex presidente de América Latina, tres magnates de la industria americana, cuatro ingleses, el fundador de la República Italiana, dos magnates árabes del petróleo y varios acaudalados sudamericanos.
La forma maravillosa con que se ha guardado el secreto ha contribuido más que nada al éxito. En homenaje a estas personas hacemos las revelaciones siguientes: para rendirles justicia e influir a la enervada humanidad la esperanza que tanto necesita.
Rendimos, asimismo, gracias sinceras al gobierno y pueblo que han permitido la organización de nuestra institución, amparándola y escudándola.
¡ ATENCION, LECTORES !
Los últimos cinco años de la vida de Marconi fueron los de su más intensa investigación científica.
Esa investigación se concentraba sobre el estudio de la energía solar. Esas fueron también las investigaciones más rigurosamente guardadas en secreto.
Sus discípulos guardaron la reserva y organizaron intensa y sistemáticamente las investigaciones. Si los resultados de esas investigaciones, logrados hasta hoy, fueran detalladamente conocidos, la importancia de las armas atómicas sería reducidísima.
¿ Nunca se han hecho estas preguntas ?
“ ¿ Quiénes fueron los más allegados discípulos de Marconi ? ”
“ ¿ Dónde están ? “
Principios axiomáticos de Marconi que merecen estudiarse
“ Las mismas leyes que gobiernan la armonía entre el Sol y sus planetas son las que rigen las relaciones entre el núcleo y los componentes del átomo. “
“ El átomo es parte de una célula o una molécula, ésta es parte de un cuerpo. La Vía Láctea no es mas que una molécula en la inmensa grandiosidad de un cuerpo celeste; el Sistema Solar es uno de sus átomos. “
“ Sabe mucho más del átomo el astrónomo que conoce las relaciones del Sistema Solar, que el físico. “
“ Puede obtenerse más energía de un rayo de sol que de todos los átomos de la materia. “
“ A donde llega un rayo de sol puede llegar el hombre. “
“ La desintegración del átomo es una locura científica y sus consecuencias catastróficas. “
“ La naturaleza es como Dios que se complace en revelarse a quien la busca con amor. “
“ Si hay algo, que sí es realmente imposible, es poder negar a Dios. “
ADVERTENCIA
Prevenimos a nuestros lectores que en este relato nos vemos precisados a hacer ciertas reticencias, a las que nos obligan secretos que aún creemos prematuro revelar.
Se harán en este libro revelaciones que podríamos calificar de sensacionales y las hacemos por la convicción de que podrán deducirse de ellas consecuencias útiles.
Otro fin que se persigue es de inducir a la reflexión a alnas potencias y particularmente a algunos sabios que encauzan sus recursos, energías y conocimientos por un derrotero que tan sólo puede conducir a nuestro planeta a un seguro desastre.
El Universo encierra tantas maravillas, un recurso tan ilimitado de energías que para el escrutador sin prejuicios, las sorpresas de cada instante son abrumadoras. Al comenzar la reseña de los acontecimientos que aquí relatamos queremos ante todo rendir homenaje al Ser supremo, autor del Universo.
Es imposible, es absurdo lograr un progreso cierto, en el campo de la ciencia, sin reconocer la unidad en el Universo y analogía en todo cuanto existe. El simple hecho de existir nos hace en algo semejantes a todos y a todo, miembros de la comunidad maravillosa que es el Universo. Hay analogía entre el grano de polvo y el astro más grande del espacio; entre el ser dotado del más rudimentario hálito de vida y el hombre.
Son tan perfectas, tan exactas, tan inmutables las leyes que rigen este imperio de maravillas que su gobernante no puede tener parangón con nada de esa materia, por bella, por grande, por perfecta que sea.
A ese Supremo gobernante, que todo cuanto tiene inteligencia nombra “Dios”, el incondicional tributo de nuestro humilde reconocimiento.
UN POCO DE HISTORIA
Un grupo de personas, profundamente adentradas en los secretos de las ciencias físicas, reunidas en un lugar secreto de una selva sudamericana, forman una comunidad, dedicada únicamente a la investigación científica. Libres de todo compromiso con gobiernos o potencias, disponen sin embargo de un respaldo económico ilimitado que ha permitido un avance sin obstáculos con el logro de resultados asombrosos y prácticos que se participarán a la humanidad poco a poco, en la medida que esto convenga.
Tras larga deliberación se acordó entre todos dar a conocer en este libro la existencia de esta institución científica, sus fines, sus principios y algunos de sus logros para alivio de la humanidad contra la tensión nerviosa y el espanto producidos por los que se dedican, no a la reconstrucción sino a la desintegración de la naturaleza y lo que es peor, para fines exclusivamente destructores.
Enviamos una seria advertencia a ciertos gobiernos que agotan las energías de sus pueblos con el fin único de aumentar el poder de destrucción y aniquilamiento. Tenemos medios incomparablemente superiores, medios sencillísimos, que no requieren grandes contingentes humanos ni complicados procedimientos, por los cuales, sin embargo, podemos inutilizar sus intentos y si así lo quisiéramos, infligirles daños horrendos.
La armonía del espacio, la maravillosa gravitación universal de los astros son regidas por una energía inmensa, controlada por leyes sapientísimas. El estudio profundo de ellas nos ha permitido conocer algo de dichas fuerzas universales y aprovecharlas para nuestros fines.
Una prueba de ello son las apariciones de ciertos aparatos misteriosos observados ya por algunos en distintas partes del cielo, cuyo reconocimiento sin embargo no hemos permitido. Jugamos en el cielo con esas máquinas y hemos ya establecido contacto con otros mundos.
Esas apariciones son mensajes de paz, pero, lo recalcamos, podrían ser terribles castigos para los enemigos de la humanidad. El odio y la venganza tienen separados a los hombres y los mantienen en amenaza constante. Dos núcleos de investigación, uno en oriente y otro en occidente, marchan en ruinosa competencia proyectando sobre la Tierra la sombra macabra de la muerte. Dos opuestas ideologías desorientan las inteligencias, pero la Tierra será de los pacificos y nosotros somos sus aliados.
Servirá de alivio a los hombres de buena voluntad el saber que entre esos dos nubarrones se interpone este rayo de esperanza, que no busca el aniquilamiento sino la reconstrucción, la comunicación con la infinidad de seres que habitan otros planetas del sistema solar y los planetas de otros mundos; y esto es ya un hecho consumado.
Noventa y ocho hombres, provenientes de seis naciones europeas, son los que forman esta institución de sabios que dedican cuanto pueden y saben en provecho de la humanidad, con la juramentada decisión de encaminar sus descubrimientos exclusivamente al bien.
Tres principios básicos dan unión a esta comunidad:
1.- Una sola religión: Dios, infinito y sapientísimo arquitecto del Universo.
2.- Una sola patria: La Tierra.
3.- Un solo fin: Hacer nuestros aliados a los habitantes de otros planetas del
Sistema solar.
El maestro, el guía científico de este movimiento es Guillermo Marconi, cuyas investigaciones, la mayor parte desconocidas, han marcado el derrotero que hasta aquí hemos seguido.
Marconi, con sus descubrimientos, unió a todos los habitantes de la Tierra y prefirió la muerte antes que divulgar asombrosos hallazgos científicos que en esos momentos históricos habrían sido instrumentos de destrucción. Pero Marconi tuvo amigos íntimos, copartícipes de sus trabajos, de sus teorías y proyectos; y los sueños del maestro se están cristalizando.
Quien esto escribe tuvo el honor de visitar a Marconi en Génova, en su barco estudio, poco después de haber él iluminado desde allí la ciudad de Sydney. Me acompañaban en esa visita cuatro estudiosos alemanes. Nuestro objeto era obtener explicaciones del maestro de cómo podía dominarse la corriente eléctrica hasta dirigirla alrededor de la Tierra y hacerla detenerse en un punto determinado. Marconi afirmó desconocer propiamente lo que es la electricidad en sí, pero que podían comprobarse efectos que denunciaban mucha analogía entre todos los astros, un equilibrio tan perfecto; y particularmente creía, que lo que nosotros conocemos por electricidad, parecía no ser más que una chispa de la energía solar, rústicamente aprisionada por nosotros y siendo el Sol el centro irradiador de la misma, bien podía ser esa energía un vehículo para cualquier punto del espacio dominado por él mismo.
Estas ideas, confirmadas por ulteriores estudiosos y experimentos de Marconi fueron la base sobre la cual cimentamos nuestras investigaciones. Si esta energía que nosotros llamamos eléctrica, señorea el Universo difundiendo vida, luz y calor, ¿Por qué no podría aprovechársela como medio transmisor? ¿No podría guiarse cualquier vehículo como se dirigen las ondas sonoras en la radio? De ser esto posible el hombre podría llegar a donde quiera que llegue un rayo de Sol.
Convencidos de tener entre nosotros un vasto panorama que explorar, nos dedicamos a una ardua labor de investigación sobre la energía solar y sobre su posible aprovechamiento.
Intercambiando nuestras observaciones, fue aumentando el número de investigadores adhiriéndose a nuestras teorías eminentes aficionados. Los últimos asombros descubrimientos de Marconi confirmaron más y más nuestra fe en la teoría. La muerte del maestro y la Segunda Guerra Mundial cimentaron nuestros propósitos.
Convencidos que los habitantes de otros mundos están distantes pero no separados de nosotros, nos entregamos a la obsesionante tarea de convertir en vehículo la energía solar y tratar de comunicarnos con los seres distantes. Descartamos por tanto como errónea y peligrosa la desintegración del átomo, por parecernos además absurdo poder salir del alcance de la Tierra con las solas fuerzas terrestres.
Integrosé una sociedad, resolvimos organizarnos en un verdadero instituto. Nuestras ideas hallaron rápida aceptación y abundaron los medios materiales que permitieron levantar la grandiosa obra con los resultados que veremos.
Surgió rápidamente una verdadera ciudad científica, oculta en el corazón de la selva y con sus instalaciones casi todas subterráneas. Los trabajos impulsados con celeridad, dieron en el campo de la investigación resultados inesperados. De esos resultados, aquí, parsimoniosamente narraremos algunos.
El único fin de estas revelaciones es el de tranquilizar a la humanidad y disminuir el pánico provocado por ciertas apariciones, como los llamados platillos voladores y otros fenómenos.
Se ha tenido hasta ahora en máximo secreto y en su parte esencial, seguirá guardándose esta labor para evitar los abusos que de ello podrían derivarse.
LA ENERGIA SOLAR
Ya en el año de 1946 teníamos construido un poderoso receptor o colector de energía solar.
La energía eléctrica es una serie de vibraciones, lo que constituye la existencia, vida y movimiento de toda la materia. Esa vibración general tiene un centro de emanación; esa fuente de nuestro sistema emana del Sol.
Nosotros logramos obtener esa energía indirectamente, provocando la irritación de la materia, que acumula así y devuelve las moléculas del misterioso fluido que llamamos electricidad. Obtenemos así la energía solar por reflejo de la materia. ¿No podríamos obtener la misma energía directamente de la fuente, sin la excitación de la materia?
La existencia es movimiento. Todo cuanto existe, vibra: las moléculas y las células en los cuerpos y los átomos en la molécula; y cuanta energía encierra un átomo de la materia ya lo sabemos. Las moléculas de un rayo de Sol aprisionan más energía que todos los átomos de la materia. ¿No podríamos acumular esa energía de un modo tan sencillo como lo hace una nube, por ejemplo? ¿No lograremos con esa energía neutralizar la energía qué libera una reacción atómica? Se puede y próximamente los experimentadores de la bomba átomica tendrán una buena sorpresa, pues estamos preparados para convertir sus reacciones en el juego más inofensivo.
Toda energía molecular produce además un determinado número de vibraciones. Los metales, los metaloides, gases, líquidos y toda célula tienen su reacción peculiar y pueden ser afectados por distinta manifestación del misterioso fluido eléctrico. Pueden afectarse e inclusive destruirse, el sistema óseo, muscular, cartilaginoso, el compuesto medular y la masa encefálica. ¿Qué podría significar una descarga que afectara, por ejemplo, los cerebros de una concentración de soldados?
Todo esto está comprobado, confirmado por numerosos experimentos. Esta institución tiene ya en sus manos una fuerza de potencia insospechada con la cual podrían causarse desastrosos efectos como podría neutralizarse un cataclismo atónico.
El primer paso se encaminó a lograr, no la producción, sino la captación y concentración de energía solar. Luego el estudio de sus diversas manifestaciones para determinar sus aplicaciones.
Ya en el año de 1946, como dijimos, se tenía preparado ese poderoso colector y condensador de energía solar. Un aparato de suma sencillez. Esta máquina, además de acumular energía, la convierte en fuerza impulsora de sí misma. Puede inclusive desencadenar sobre cualquier objetivo una reacción mucho más poderosa que la que descargan las nubes con el rayo.
Seguía el problema de control y dirección del prodigioso aparato. Su gobierno a control remoto era ya cosa resuelta. Al parecer, más difícil era conseguir su control sin influencia externa; y este problema quedó al fin solucionado a satisfacción.
Se logró así una poderosa unidad, con alimentación continua de energía, no alterada en ningún lugar del espacio por influencias externas; unidad que concentra el mismo tiempo una potencia tremenda de acción externa.
En cuanto a velocidad no existen problemas mayores: Admite la velocidad que pueda resistir la robustez de su construcción. La forma esférica es más efectiva para la acumulación de energía, para su dirección, movimiento y resistencia son preferibles la forma fusiforme y la de disco.
LAS NAVES
Ya en 1952 se realizaron con éxito excursiones sobre todos los mares y continentes de la Tierra. La nave, que así la llamaremos, construida de una aleación especialísima, apta para resistir cualquier presión y velocidad, está formada de dos cámaras completamente aisladas entre sí. La exterior es separada de la interior por un vacío absoluto. La interior constituye la cabina con todos los instrumentos y comodidades necesarias, acondicionamiento de aire, presión, etc. El vacío entre las dos cámaras constituye un enorme acumulador de energía, la cual es captada por la superficie externa cuya efectividad se hace más eficiente debido a su forma completamente esférica.
Las dos cámaras van unidas sólidamente entre sí por soportes de vidrio, que constituyen otras tantas ventanillas, permitiendo desde el interior una visión perfecta para todas partes. Los dos puntos opuestos de la esfera, digamos norte y sur, terminan en dos torrecillas salientes dotadas de sendas y turbinas accionadas por electricidad, las cuales suministran el movimiento impulsor por cualquier dirección, que puede variarse instantáneamente. En el interior del eje, que atraviesa como diámetro la esfera y une las dos turbinas, está el periscopio que culmina en dos poderosísimos lentes, como remate de las torrecillas.
Los otros dos puntos, digamos este y oeste, están dotados de dos antenas magnéticas salientes que gobiernan su dirección lateral por un control que, neutralizando una u otra antena, inclina instantáneamente la nave del lado opuesto. La visibilidad desde el interior es perfecta, en la superficie de navegación por las numerosas mirillas externas y a grandes profundidades por los lentes del potente periscopio.
La cámara interna del aparato puede iluminarse al arbitrio. La parte externa se presenta con brillante luminosidad durante el día; en l noche toma un color rojizo a carga moderada y marcada brillantez al entrar la nave en actividad.
Un dispositivo especial permite aplicar cámaras fotográficas en el eje del periscopio. Hasta aquí la descripción que podemos permitirnos de la nave, que constituye el modelo ideal para viajes ultraterrestres.
Para mayores proporciones al aparato reclama una forma fusiforme, más resistente si bien un poco más lenta en movimiento. Para tamaño gigante es preferible la forma de disco; el primer disco construido y aún en servicio, mide 36 metros de diámetro horizontal y 11 de diámetro vertical.
La seguridad de navegación es completa por la liviandad del aparato y la falta de máquinas vibratorias. Acciona silenciosamente, fuera de un ligero zumbido al comenzar a accionar las turbinas, el cual desaparece en absoluto en alta velocidad por superar la barrera dl sonido. En regiones ultra atmosféricas trabaja por simple imantación energética y esto es lo que constituye la maravilla del aparato.
Cualquier posición o inclinación que tome la parte exterior de la nave no altera la posición de la cabina interior que siempre permanece horizontal.
El movimiento de estos aparatos no puede propiamente llamarse vuelo, de modo que al hablar de ello diremos que se trasladan o trasportan.
Son numerosísimos los viajes que se han efectuado por todas las latitudes y longitudes, viajes de prueba y de reconocimiento; en algunos de estos viajes las naves fueron observadas desde tierra. Podemos decir que tenemos escudriñada la Tierra y sobre todo ciertos territorios. Conocemos las principales instalaciones del mundo, particularmente las eléctricas atómicas, pues aún a grandes distancias son delatadas por sensibilísimos aparatos magnéticos de las naves, guardando en nuestro poder asombrosos documentos fotográficos.
Nuestras naves interplanetarias, perfeccionadas por los técnicos marcianos y
que efectuaron el viaje a Marte el 12 de Octubre de 1956.
A.- Turbinas de elevación. B.- Lentes de periscopio. C.- Turbinas de traslación
LA ESPERADA VISITA
Ya desde 1950 teníamos certeza de ser visitados por aparatos de algún otro planeta y deduciendo de nuestros progresos, llegamos a la absoluta certeza de ellos. La Tierra era sometida a un examen por habitantes de otro mundo y todo demostraba que sus intenciones eran amistosas, pero al mismo tiempo parecían no atreverse a tomar contacto y había para ellos serios motivos.
Resolvimos pues llamar su atención. Sus naves debían ser muy semejantes a las proyectadas por nosotros; lo indicaba su modo de proceder. Al notar sus apariciones iniciamos el lanzamiento de poderosas señales luminosas y sonoras de onda corta. No tuvimos respuesta al principio pero teníamos la certeza de no haber sido escuchados y vistos, pues las extrañas naves repetían sus visitas.
A fines de 1955 recibimos señales ciertas de respuesta. Dispusimos en nuestro pequeño campo de pruebas toda clase de señales para invitar a un aterrizaje. El 16 de diciembre del mismo año, a las cinco de la tarde con inmensa alegría nuestra, una formación de cinco aparatos hizo su aparición sobre nosotros y casi inmediatamente el primero de la formación hizo contacto con la tierra mientras los otros cuatro volvieron a elevarse, manteniéndose a poca distancia e igual altura.
La máquina que emanaba un brillo fosforescente, fue opacándose rápidamente y en breves instantes se trocó en un color indefinido tendiente a marrón claro.
Lo primero que saltó a nuestra vista fue que la extraña máquina, completamente esférica, no era de superficie lisa, sino toda erizada de puntas, de unas seis pulgadas de largo, de un metal brillantísimo; además no estaba provista de turbinas como las nuestras, sino que una banda ecuatorial de superficie lisa y de unos 60 centímetros de ancho que podía girar en ambos sentidos.
La esfera mediría unos 6.50 metros de diámetro. Otra sorpresa grande para nosotros y fue impresión unánime, la certeza de que esos aparatos visitantes disponían de una base en la Tierra. ¿En qué parte? No podíamos tener la menos sospecha, ni era del caso indagarlo por el momento, pero cada vez que aparecían no venían de otro mundo y la base desde luego debía estar bien equipada.
Prestamente nos acercamos al aparato y abriéndose una puertecilla lateral descendieron por ella cuatro personas que nos saludaron con inclinación de la cabeza y dieron paso inmediatamente al último de ellos que saltó a la vista ser el jefe.
Nuestra primera impresión fue la de hallarnos ante personas superiores a nosotros. Su estatura era un poco superior a la mediana nuestra; medirían un metro y ochenta y cinco centímetros.
El color de la piel, blanco pronunciadamente rosado, pelo corto de un rubio claro y ojos de un celeste claro, sin ninguna señal de barba en el rostro, con un traje que daba la impresión de se de una sola pieza y algo semejante a un overall de hule, que los protegía de los pies a la cabeza, inclusive las manos terminando sus mangas en forma de guantes. No llevaban zapatos, el mismo traje terminaba en forma de botas con una capa más gruesa bajo los pies. Una especie de cofia adherida al mismo traje y del mismo material les cubría la cabezas que descubrieron inmediatamente dejando caer para atrás las cofias. Pies y manos resaltaban mas pequeños y finos en proporción a los nuestros. La frente espaciosa y más alta que la nuestra. El aspecto general, hermoso e imponente
El primer contacto relevó inmediatamente amistad y simpatía por ambas partes. Les invitamos a pasar a uno de nuestros estudios, equipado el objeto con toda clase de mapas celestes en particular del sistema planetario solar, inclusive un globo de Marte.
La dificultad de comunicación quedo resuelta en parte por un sorprendente aparato que reflejando las ondas eléctricas provocadas por nuestros cerebros les revelaba nuestras ideas que acompañadas por indicaciones en mapas y globos eran bastantes sencillas.
¿Provenían del planeta Marte?
¿Habían venido otras veces?
¿Estaba totalmente poblado el planeta Marte?
¿Convendrían en establecer contacto con nosotros?
¿Podrían indicarnos la construcción de sus aparatos?
¿Por qué fuerza eran impulsados?
Sus respuestas fueron rápidas y a pesar de ser transmitidas solo por señales pudimos entenderla bien. Otra sorpresa, si bien no la expresaron era que resultaba claro por su modo de hacer las señales, no ser la primera vez que se relacionaban con nuestros semejantes.
Venían de Marte que ellos llaman “Loga”. Habían venido varias veces y trazaron en el mapa del Sistema Solar la trayectoria seguida para llegar a la Tierra (llamada por ellos “Dogue”) pasando y haciendo escala en la luna (“Minu”) en donde ellos tenían bases.
Su planeta que de aquí en adelante llamaremos también nosotros Loga, estaba más habitado que la Tierra.
Respecto a nuestros globos representando a Loga, resultó claro parecerles una puerilidad. Deseaban realmente y estaban dispuestos a darnos cuanta información quisiéramos respecto del suyo.
Estaban prontos a darnos cuantos detalles quisiéramos de sus naves y deseaban vividamente conocer las nuestras. Ellos se valían únicamente de la energía solar.
Estábamos satisfechos, su máquina receptora de ondas cerebrales les revelaba nuestra sinceridad, el deseo vehemente de relaciones amistosas y el fin único de servir al pacífico mejoramiento de los habitantes de nuestro planeta.
Ofrecimos luego un refrigerio, que aceptaron gustosos. Nos invitaron seguidamente a inspeccionar su nave cuya sencillez y comodidad nos asombró. La cámara del personal ocupaba apenas una cuarta parte del volumen total del aparato.
Había mucha semejanza con algunas de las nuestras, exceptuando quizá la mayor sencillez en sus controles. En lugar de turbinas para el arranque inicial, estaba dotado de la banda giratoria ecuatorial que le permitía tomar impulso vertical suavemente.
Acto seguido los llevamos a nuestro estudio taller para que examinaran nuestro último aparato, con el cual estábamos dispuestos a corresponder la visita. Mostraron vivo interés en todos los detalles.
Expresaron satisfacción y manifestaron ser posible la realización de nuestro viaje. Trataron de hacernos algunas indicaciones de reformas. Aprovechamos entonces para invitarlos a quedarse con nosotros a lo cual contestaron con una franca aceptación, asegurándonos que regresarían para ello.
Los acompañamos a su nave a la cual entraron con una última señal clara de “Hasta luego”. Cerróse herméticamente la puerta. El aparato comenzó a iluminarse exteriormente y se elevó. Inmediatamente se unieron en formación los otros cuatro y se alejaron rápidamente.
La entrevista había tenido más éxito del que podíamos esperar. Habría colaboración y entendimiento. Nos dimos a la tarea de preparar un sistema especial de señales luminosas y sonoras para lograrlo mejor. Por lo demás no debía ser difícil coordinar una lengua para mutua comprensión oral.
Por las pocas palabras que entre sí se habían cruzado podíamos deducir que su lenguaje era desprovisto de consonantes ásperas, guturales y vocales nasales o aspiradas, pudiéndose encuadrar fácilmente en nuestro grupo de idiomas neolatinos y especialmente italiano y español, o sea, consonante y vocales de pronunciación clara y líquida, hachas más suave por sus dentaduras de piezas más pequeñas y unidas que el común de las nuestras.
SEGUNDA VISITA
Nuestro objeto en este libro no es el de detenernos en detalles de nuestros estudios y trabajos sino de relatar nuestras relaciones con los habitantes de Marte.
Nuestros colegas de Marte habían demostrado sincera voluntad de cooperación y nos dimos a la inmediata tarea de realizar los últimos preparativos para traspasar la órbita de nuestras barreras terrestres.
Las naves no presentaban problemas respecto a la velocidad y dirección. Los problemas que hoy debían resolverse eran los relativos a la resistencia al recalentamiento por el roce inevitable con los elementos atmosféricos y estratosféricos.
En ambos sentidos habíamos dado pasos muy avanzados. Respecto a lo primero se planeó una nave de triple coraza con dos cámaras aisladoras de vacío absoluto. El segundo problema lo resolvería un elemento que debería ser conductor perfecto de la electricidad al mismo tiempo que dotado de extraordinaria resistencia al calor.
Se logró para la coraza externa una aleación que podía resistir 6,000 grados de calor en circunstancias corrientes y que cargado de electricidad se convertiría de una resistencia sin límites, convirtiéndose casi en energía sólida, que al aumentar la velocidad aumentaría al mismo tiempo el poder de concentración energética.
Las puntas de que estaba erizada la nave marciana nos encaminaron a la solución de varios problemas. Exactamente en mes después de la primera, recibimos la segunda visita de los mensajeros de Marte que esta vez se presentaron con seis máquinas, cinco de las cuales eran iguales a las primeras y la última de proporciones mucho mayores y en forma de disco o trompo muy achatado.
Podríamos dividir este aparato en cinco secciones. La central de diámetro mayor, dos secciones, superior e inferior a la centra que formaban una unidad compacta y sólida y las dos secciones, la extrema superior y la extrema inferior, móviles o sea giratorias, como dos turbinas pudiendo girar ambas en el mismo sentido o en sentido opuesto; dotando así a la nave de impulso de ascensión o de descenso.
En los cuatro extremos opuestos de la banda central estaban dispuestas cuatro turbinas de proporciones inferiores a las primeras dos, al accionar las cuales la enorme nave tomaría la dirección deseada.
La gigantesca nave era seductora y desde luego demostraba ser de una enorme potencia. Su diámetro máximo mediría unos sesenta metros, su altura máxima en cambio tendría unos dieciocho metros.
Descendieron tres personas de cada una de las primeras cinco naves, quienes acudieron a rodear el disco. En seguida abriéndose dos compuertas por las cuales descendieron veintiocho hombres. El jefe que nos visitara la primera vez, acompañado por otros dos, adelántose hacia nosotros, nos brindó amable reverencia que nosotros emocionados imitamos atreviéndonos a ofrecer un efusivo apretón de manos que fue cordialmente correspondido. Nos guió seguidamente el enorme disco, indicándonos un abundante equipo destinado a nuestro campamento, a donde podría ser depositado. Señalando el lugar y con la ayuda de nuestros hombres se procedió al desembarque. Desocupada la nave e invitados por ellos practicamos una inspección en su interior. Saltaba a la vista la formidable robustez de su construcción, hecha sin embargo con materiales livianísimos.
No nos entretuvimos en esa inspección, pues la nave iba a permanecer allí con sus tripulantes que comprendían mecánicos, dos médicos, tres físicos, dos astrónomos, especialistas en ciencias políticas y religiosas, dos expertos en alimentación y tres técnicos que se dedicarían exclusivamente a la interpretación y adaptación del idioma.
En nuestro campamento se hablaban 22 idiomas, ninguno de ellos sin embargo resultaba de utilidad práctica para el caso, pues, a pesar de que el idioma de los visitantes tenía en fonética bastante semejanza con las lenguas neolatinas, ninguna semejanza prestaba en lo demás. Quien esto escribe por poseer el dominio de 6 idiomas, integró la comisión que se encargaría de la interpretación y de establecer una posible coordinación de lenguaje para mutua facilidad de entendimiento.
Depositados equipos y equipajes, todo el personal visitante se reunió en dos grupos, 15 personas a la izquierda y 28 a la derecha del jefe, quien hizo la presentación de los segundos que permanecerían entre nosotros y refiriéndose a su planeta hizo entrega a nuestro jefe de un documento.
Extrajo de un rollo de oro finísimo una hoja, de treinta por treinta centímetros de brillante metal blanco del espesor de un papel nuestro corriente; la hoja metálica llevaba grabada en relieve con letras de oro, una inscripción encabezada a manera de escudo por un grabado, también en relieve, representando el Sistema Planetario Solar. Dos meses después teníamos la traducción exacta del contenido.
LOGA
Hermano universal del espacio inmenso
Rinde homenaje y amistad a
DOGUE
En el deseo vehemente de unir a los seres todos,
Que viven en un solo espíritu, en el espíritu infinito
para la gloria y paz eternas.
La firma la constituía un sello grabado en relieve, representando un globo de Marte; el cual signo era exclusivo privilegio del jefe supremo. Se nos enviaba pues un mensaje especial en nombre de todos los habitantes del planeta, del cual se desprendían fantásticos conceptos.
¿Vivirían en perfecta unión, en hermandad universal los habitantes de Marte y de los otros mundos?
¿Serían dirigidos o gobernados por un solo jefe?
¿Serían todos guiados por un solo principio religioso?
¿No existen discriminaciones de razas?
¿No existen en las cartografías de Marte las insulsas líneas llamadas fronteras, que marcan e imponen el odio entre sus habitantes?
Si esto fuera así: ¡Qué papel más triste desempeñaría la Tierra en el consorcio de los mundos! ¡Qué negro su panorama! ¿No sería nuestro planeta un salvaje rebelde en la armonía universal? Advertimos categóricamente que todos nosotros, dedicados sinceramente a la investigación estamos hondamente imbuidos de la idea de la divinidad y del principio religioso universal. Las abrumadoras reflexiones a las que nos inducía todo cuanto estaba ocurriendo, confirmaron más y más nuestros sentimientos.
Terminando el breve acto, el personal que iba a permanecer en tierra correspondió al jefe y a sus acompañantes el saludo, levantando recto el brazo derecho hacia arriba, pasándolo luego hacia el frente vertical al cuerpo, para tornarlo paralelo al mismo hacia abajo.
Interpretamos el saludo como señalamiento al astro de procedencia, juramento de fidelidad y obediencia incondicional. El mismo saludo nos dirigió el jefe a nosotros, secundando por todos ellos y nosotros instintivamente, a una, lo correspondimos. Se encaminaron luego a sus naves abordándolas inmediatamente. El jefe, que abordó por último su nave, nos saludó nuevamente y ocupó su puesto. Los aparatos se elevaron uno por uno y desaparecieron a grande altura dirigiéndose hacia occidente.
No regresarían a Marte, estábamos seguros, sino a su campamento terrestre: ¿A que parte de la Tierra? No lo sabíamos aún.
Los marcianos que quedaron, se dirigieron a su disco pues pasarían a bordo las primeras noches y parte del día para su ambientación y adaptación. A los cuatro días ocuparon definitivamente el edificio a ellos destinado y previamente acondicionado.
El objeto obvio de su visita era una mutua comunicación y el intercambio mutuo de conocimientos científicos, técnicos y culturales.
Cada comisión se dio inmediatamente a su tarea con el mayor ahínco, siendo las más ardua, al principio, la que tuve el honor de presidir y dedicada al lenguaje.
Diez días más tarde ya poseía nuestra comisión una idea clara del nuevo idioma y sus principales acepciones. Guiados por un programa bien definido nos circunscribimos a los esencialmente necesarios para el mutuo entendimiento en el desarrollo del mismo programa que era bien preciso.
Objetivos primordiales:
1.- Adaptar nuestros aparatos para el viaje proyectado.
2.- Intercambio de los conocimientos geográficos de ambos planetas.
3.- Intercambio de conocimientos cosmográficos del Sistema Solar.
4.- Estudio de la constitución física del cuerpo humano para su adaptación en los medios planetarios.
Seguire transcribiendo el libro y publicando aqui las sucesivas partes hasta que acompleten la historia.
In Lakesh.