por Evil_Khalid » Dom Jul 11, 2004 4:19 am
De los que están en contacto con el ser humano hay cuatro que son más conocidos: los arcángeles serafines Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel. Existe una jerarquía angelical que está formada por nueve cualidades: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Potencias, Virtudes, Principados, Arcángeles y Ángeles.
Cada cualidad está conducida por un Príncipe, al cual acompañan ocho ángeles. El Príncipe de los Serafines es Metatrón, que en hebreo significa “Rey de los Ángeles”. Otra traducción sería “El que ocupa el trono vecino al trono de Dios”.
Su energía es tan sutil que roza la energía de los elohim o dioses menores. Aún estando en el 6º nivel de vibración supraenergética, tiene el don de comunicarse en forma periódica con las Energías Divinas del 7º nivel. Dirige con amor a la mayoría de los seres espirituales, siempre en beneficio de todos los espíritus en evolución. Muchos investigadores lo confunden con Kether, el Primer Sephirah.
El príncipe de los Querubines es Raziel, que en hebreo significa “Secreto de Dios”. Esta entidad de amor orienta espiritualmente a todas las criaturas que se sienten desamparadas.
El príncipe de los Tronos es Tsaphkiel, que en hebreo quiere decir “Ángel de la noche”. Otra denominación es Auriel. Éste ángel ayuda a los seres encarnados a encontrar su camino espiritual.
El príncipe de las Dominaciones es Tsadkiel, del hebreo “Fuego de Dios”. Su función es ayudar a aquellos seres que se encuentran faltos de ánimo para emprender una tarea altruista. También se lo conoce como Uriel, el Arcángel de la Salvación.
Fue quien condujo a Téraj, a su hijo Abraham y a su nuera Saray fuera de la ciudad de Ur, hacia Jarán, en Canaán. Uriel se ocupa de ayudar a las personas a organizar su vida, tanto laboral como afectiva.
El príncipe de las potencias es Camal, que en el idioma hebreo es “Socorro y fuerza de Dios”. Influencia en los espíritus en evolución para que, a través de la unión con otros seres, encuentren la fuerza para salir adelante.
El Príncipe de las Virtudes es Raphael, o sea, “El Ángel que Cura”. También se escribe Rafael. Está a cargo de remediar los males espirituales, armonizando con su amor a cada ser que se sienta abatido.
En el Libro de Tobías se lo describe como un ángel misericordioso, que cura a Tobit, padre de Tobías; libera a Sarra del influjo maléfico de Asmodeo, un espíritu del error, y la entrega como mujer al joven Tobías, de quien es fiel compañero de viaje en la ruta a Ragués de Media. Rafael actúa también sobre los problemas psicosomáticos.
El príncipe de los Principados es Haniel, que en hebreo quiere decir “Gloria o gracia de Dios”. Este ángel trata de orientar a todos los espíritus del error. También apuntala en la parte afectiva a los seres encarnados en el plano físico.
El príncipe de los Arcángeles es Miguel, del hebreo Micael, que significa “Quién es como Dios”. Cuando la evolución espiritual recién comenzaba, este ángel era el paladín en la lucha contra el mal.
Actualmente, es el arcángel de la Paz. Al invocarlo, se le pide que trabaje por la armonía y la confraternidad entre todos los seres encarnados. Algunos estudiosos de la Cábala lo llegaron a confundir con Metatrón.
El príncipe de los Ángeles es Gabriel, del hebreo Gebher y su traducción es “La humanidad de Dios”. Su misión es recordarle a todos los seres vivos que El Padre los ama y que jamás van a estar desamparados.
Cuando se lo invoca se le debe pedir por la unión de todos los hombres y que equilibre las emociones de aquellos que son muy impulsivos. Los mahometanos sostienen que Gabriel le dictó el Corán a Mahoma. En la Biblia está escrito que el amado Gabriel le anunció a María el nacimiento del Maestro Jesús.
Hay que destacar la labor de Rehael, el Séptimo Ángel de las Potencias. Su tarea es proteger a los seres encarnados que están en Misión, de todas las influencias negativas que entorpezcan dicha misión, sea de sanación espiritual o de difusión de la Palabra Divina.
Al hablar de las entidades angélicas es de suma importancia destacar el rol de Luzbel, cuyo nombre significa “Portador de la Luz”. Tiene un papel preponderante en la evolución espiritual de los seres encarnados, puesto que Dios lo eligió para tentar al ser humano y así fortalecer su resolución espiritual. Lo acompañaron 72 ángeles voluntarios, a los que se les borró la memoria por Misericordia Divina y de esa manera fue como se formaron los llamados Demonios.
Luzbel mantuvo su memoria intacta y fue viendo a través de los milenios cómo los hombres sucumbían a las tentaciones, haciendo casi infinito su sufrimiento. Pero lo soportaba por su incondicional amor a Dios.
Luzbel es conocido como Lucifer, el Príncipe de los demonios. La tradición dejó de verlo como lo que en realidad es, una entidad de Luz que ayuda a crecer espiritualmente al ser encarnado, para considerarlo como un ser maligno que corrompe el espíritu.
Hay que tener una gran fortaleza interior para vencer a las tentaciones y sobreponerse al lastre del ego. El Maestro Jesús salió airoso de la prueba y Luzbel vivió una gran satisfacción por ello, aunque a muchos todavía les cueste entender esa emoción.
Dios es La Sabiduría y no todos los seres pueden llegar a entender Su discernimiento.
Uno de los ángeles más importantes y que muy pocos tienen en cuenta es el Ángel de la Tierra. Así como la Tierra tiene un Logos Planetario, también tiene un Ángel que la protege, junto con todos los seres que la habitan. Es como un Ángel de la Guarda, pero a nivel planetario. Su nombre es Geanel y está en la cualidad de los Tronos.