Moderador: Arkantos
Los lemúridos son primates, lejanos parientes nuestros que sobreviven en Madagascar y las Comores. Sus ojos saltones y grandes orejas les dan un aspecto fantasmal (los “lemures” eran los fantasmas romanos), que puede haber influido para que alguien les inventara un continente a su medida.
Lemuria nació de una de esas típicas hipótesis ad hoc que suelen escapar a las refutaciones empíricas, y llegan a convertirse en una suerte de teorías.
Los geólogos del siglo XIX habían descubierto formaciones similares en África y en la India. Neumayer, y más tarde Haeckel, se propusieron explicar el enigma de la difusión de los lemúridos en ambas áreas. No se les ocurrió nada mejor que postular un continente perdido que había servido de puente entre India y África, y lo llamaron Lemuria.
La hipótesis se volvió simplemente superflua con la aparición de la teoría de la deriva continental. Todos los continentes habían estado unidos alguna vez en la llamada Pangea, y las migraciones de especies se habían producido antes de que el mar se ensanchara demasiado. Aunque al comienzo la teoría de Wegener fue menospreciada, más tarde acabó siendo standard, y ha sido corroborada con mediciones satelitales.
De este modo, la migración de los lemúridos se explicaba sin necesidad de postular tierras perdidas.
Pero la mítica Lemuria resistió, especialmente después que la teósofa Mme. Blavatsky la incorporó a su Doctrina Secreta, en el marco de un reciclaje general de continentes perdidos. Allí también estaban la Atlántida, Hiperbórea en el Ártico y Mu en el Pacífico.
En cuanto a Hiperbórea, nunca llegó a tener demasiada popularidad, salvo entre los nazis, pero acabó siendo la patria de Conan, el forzudo personaje de Robert Howard que encarnaría Schwarzenegger.
Enriquecido por los discípulos de Blavatsky, el mito de los continentes perdidos pasó a integrar el repertorio esotérico.
Los ariosofistas austríacos enseñaron, siguiendo a la teosofía, que la raza aria descendía de los atlantes. Los esoteristas nazis vacilaron entre Atlántida e Hiperbórea, hasta que la cuestión se complicó con la propaganda bélica. Apareció entonces el británico Lewis Spence, quien sostuvo patrióticamente que los verdaderos descendientes de los atlantes no eran los alemanes sino los escoceses.
Otros hubo que buscaron a los atlantes entre los egipcios, los vascos, los canarios, los mayas o los polinesios. Todo esto sin llegar a la gran desprolijidad de libros como La Novena Profecía, cuyos personajes se lo pasan buscando ruinas mayas en Perú (¡!)
Mu
En los textos esotéricos, Lemuria suele confundirse con otro continente perdido llamado Mu, que nació de un error de traducción.
En 1864, el abate Brasseur estaba intentando traducir un códice maya usando un “alfabeto” compilado por el conquistador Diego de Landa.
Ahora bien, la escritura maya era algo similar a la japonesa o la egipcia, ya que usaba idiogramas que también tenían valor fonético: por lo tanto carecía de alfabeto. Lo que el español había encontrado era un conjunto de símbolos que, leídos en voz alta, sonaban como las letras del alfabeto latino.
Brasseur entendió que el códice narraba una catástrofe volcánica que había destruido un continente entero. Su nombre se expresaba en dos símbolos que correspondían a las letras “M” y “U”. Nacía Mu.
Apenas cuatro años después salió a escena James Churchward, un coronel británico destacado en la India, quien escribió una decena de libros sobre Mu. Tras convertir a Mu en la Atlántida del Pacífico, el inglés le atribuyó una antigüedad que oscilaba entre los 25.000 y los 200.000 años (¡!).
Churchward decía haber descubierto en las bóvedas de un templo hindú toda una biblioteca de tablillas escritas en una lengua desconocida. En ellas había logrado descifrar toda la historia, la ciencia y la filosofía de Mu.
Ahora Mu desplazaba la Atlántida como origen de todas las civilizaciones conocidas, desde la egipcia hasta la maya, incluyendo también a los atlantes. En la sabiduría de Mu se habían originado tanto la Biblia como los principios de la masonería. Sus habitantes habían ido tan lejos como para hacer revelaciones acerca de Jesucristo, que recién iba a nacer muchos milenios después.
Mu tampoco se rindió. Los libros de Churchward se siguen reeditando y ofreciendo en Internet. En algunas páginas de “turismo energético”, Lemuria y Mu aparecen encarnando “el espíritu de Hawai”.
http://digital.el-esceptico.org/leer.ph ... =42&tema=8
Lacade escribió:¿Y la Hidra de Lerna de donde es originaria?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 3 invitados