El Origen de las supersticiones

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El Origen de las supersticiones

Notapor Genesis_Khan » Jue Ene 26, 2006 9:59 am

Una superstición es, ya se sabe, una creencia contraria al razón, una falsa fe q no posee cualidad alguna para que opere el efecto que se aguarde de ella. Las hay de todas clases: tecnológicas –cada invento genera su propia superstición-, religiosas, como los amuletos, o simplemente prácticas, cuando se utiliza para conseguir efectos determinados u obtener ventajas de otras personas, también para descalificarlas.
Las hay universales q trascienden los lugares donde se originaros y son conocidas o aceptadas en todo el mundo; locales que solo se profesan en un país o en una región determinada, y , por fin, las personales, elaboradas por un individuo o por un grupo reducido de individuos, para utilización restringida. El etnólogo y antropólogo norteamericano Marvin Harris, un experto en supersticiones antiguas, reconoce que son tan difíciles de desterrar como de explicar. Enumera, sin embargo, algunas cuya universalidad las hace, en el mejor de los casos, curiosas.

El temor a cruzarse con un gato negro es una de ellas. El color negro –o la ausencia de color para decirlo en términos exactos-, es el que se le atribuye al Diablo y a sus acólitos. En la baja Edad Media se creía que Lucifer podía encarnarse en un gato negro; también las ancianas solitarias tildadas de brujas solían estar rodeadas de este animal, y si alguno de ellos era negro , se podía dar por asegurado que era una bruja con pacto demoníaco. Cruzarse con una animal de estas descripciones era tener un mal encuentro del cual nada bueno podría surgir. Por supuesto q el inocente animal no provocaba situación alguna, ni positiva ni negativa, pero quien estaba ya persuadido de q algo nefasto le ocurriría, se predisponía a sufrir accidentes, o a atribuir haberse cruzado con un gato cualquier acontecimiento poco fortuito q sobreviniera .
Un sentido diferente tenía el hecho de considerar a los gatos –de cualquier color- como sagrados, superstición que se practicó en el Antiguo Egipto auspiciada por los sacerdotes y faraones hasta el siglo III antes de Cristo, y q perduró al menos hasta el siglo V después de la Cruz. Ocurría q Egipto dependía fundamentalmente para la alimentación de sus habitantes de las cosechas de trigo que se obtenían cada año en las riberas de Nilo. El cereal se cosechaba y almacenaba, y la clase dirigente lo administraba . Y ocurre que había ratas y ratones q comían el trigo, por lo cual se auspicio la presencia de gatos que perseguían a los roedores. Como parte de la población podía tentarse y comer los gatos, se difundió que la especie era de origen divino y por lo tanto intocables. La ignorante población de la época aceptó la cuestión sin discutirlo y Egipto tuvo bien cuidadas sus cosechas, Por supuesto que circulaba la versión de q aquel q se atreviera a molestar o matar a un gato, le ocurrirían cosas terribles.


LA COSTUMBRE DE TOCAR MADERA, LA SAL Y LA NAVIDAD

Derramar sal y pensar q trae mala suerte taimen es una superstición arcaica, proviene de la época en q la sal era escasa y cara, tanto q se la utilizaba como moneda de pago, de ahí proviene la palabra “sal-ario”. De modo q derramarla no era mala suerte, si no algo impropio como tirar el dinero. Para los q ignoraban la utilidad de la sal como divisa comercial y condimento, debían ser persuadidos de algún modo de q había q manipularla con precaución. Los demonios siempre ansioso de propiedades y de vidas codiciaban la sal. Entonces, cuando se recibía una partida, había que arrojar hacia atrás tres cantidades de sal sobre el hombro izquierdo, sin mirar. Se suponía q un demonio estaría allí recogiendo los granos, por lo q no se debía mirar . Esto en un principio se utilizó como antídoto contra la mala suerte, se pensaba q de esa manera se evitaba q el demonio se apresurara a llegar hasta donde el descuidado se hallaba para apoderarse de la sal derramada y de paso, de la persona.

Tocar madera es buscar la buena suerte. En los árboles, se estima, vivían espíritus positivos. La madera prestaba mucha utilidad y siempre tuvo buen “prensa”; se la acariciaba para contagiarse algo de bienestar q podían proporcionar los espíritu. De paso, se contrarrestaba la probable intromisión de un demonio con la intromisión de un espíritu benévolo.
Otra superstición , dictada por el temor, sobrevivió a los tiempos, y el del modo de conjugar los demonios del frío y la oscuridad. Nació en una época no determinada de la Edad Antigua en Europa del Norte, y su práctica se realizaba en el solsticio hiemal, es decir a fines de diciembre.
En esa época, la posición de la tierra hace que el sol brille más tiempo en el hemisferio austral, y hay algunos días en los cuales la oscuridad reina durante 20 hs o mas. Aún hoy, en Europa del Norte se llama “la hora del Lobo” al lapso q va, en invierno, desde la puesta al nuevo renacer del sol. En la edad Antigua los lobos asolaban las poblaciones, sobre todo cuando el frío disminuía la cantidad de sus presas, y debían arrimarse a las poblaciones en busca de animales domésticos, o cabras q vivían en cautiverio. Por supuesto también atacaban al hombre.”No es difícil reconstruir la escena – dice Marvin Harris -. Si uno intentaba taladrar con su mirada la oscuridad, solo veía una sombra negra y dos ojos rojos ¿Qué era?¿Un lobo?¿Un demonio?¿Qué diferencia había si ambos significaban la muerte y el miedo? Entonces, poco a poco, los hombres comenzaron a organizarse. Iluminaban con antorchas los pinos u otros árboles cercanos a las poblaciones. Encendían fogatas y producían con metales o maderas el ruido más intenso de que eran capaces. Ambas cosas alejaban a lobos y demonios. Eran realmente efectivas. Con el conocimiento de la pólvora , que se utilizó primero para hacer ruidos, y luego con fines militares, se tuvo un nuevo elemento para combatir demonios. Todavía hoy, aunque con un sentido diferente, a fines de diciembre se colocan luces en los árboles y se hacen estallar cohetes; también, como en esa época, se complementa el ritual con abundantes libaciones y con una comida.

EL FATÍDICO NÚMERO 13

El miedo al 13 proviene de una vieja fórmula cabalística, y no de la Última Cena, según Harris. “Quienes afirman q eran trece a la mesa, y quien repita ese numero de comensales se arriesga a sufrir una desgracia, como aconteció simplemente ignoraban la Cábalas Babilónica, la misma q aprendieron y desarrollaron los judíos durante el cautiverio. El trece era y es un número primo; también el q se sutiliza para invocar a Moloch, el demonio, en las prácticas cabalísticas”
La explicación con todo, no elimina el hecho de q muchas personas se sientan inquietas si comparten su comida con otras doce, y que en el Hemisferio Sur el martes 13 –en el Norte es el viernes 13, como en toda película yankee- sean considerados dias nefastos. La razón, según Harris, es la q él apunta ; por q el miedo boreal elige el viernes ye el autral escoge el martes es harina de otro costal: simplemente q las ejecuciones se realizaban en el viernes en el Norte y los días martes en el Sur.

VERDUGOS ,LECHUZAS Y AMULETOS

Colocar el pan al revés, con las muecas hacia abajo, es un temor q nació en la Baja Edad Media. En esa época, por disposición real, al verdugo –deleznable oficio q algunos cumplían con placer- no se le servía el mismo tipo de pan al resto de las personas. Solo tenía derecho aun pan liso, sin cortes ni muescas. Entonces la conclusión era sencilla : poner en la mesa una pan del lado liso era llamar al verdugo para q participe en la comida para luego convocar con agrado para realizar su trabajo.
El grito de la lechuza o el búho, se dice, anuncia la muerte y popularmente está conectada con los misterios y la brujería. La verdad es cristalina: este tipo de aves nocturnas busca sitios tranquilos para anidar, entonces ¿Hay algo más pacifico y silencioso q un cementerio? Además el hecho de que case en plena noche y sus ojos tengan una disposición frontal –no a los costados como otros animales- hizo temer de este animal en tiempos que la electricidad no surcaba los campos. También se la relacionó con la sabiduría y los misterios –la matemática fue un misterio en otras épocas por q el acceso a ese tipo de conocimiento no era común- ya q desde Grecia se le atribuía esta ave a la diosa Atenea.
Ningún amuleto, ya q fueron mencionados al principio- causó jamas bienestar o mal alguno, salvo que fueran sólidos y grandes y se golpeara con él la cabeza de alguien podrían atribuírsele una cierta protección. Los hay para todo tipo de ocasiones: para ser amado, poderosos, para llamar al dinero, contra el “mal de ojo”, contra la envidia... en fin. Pero, ¿para qué los amuletos? Para ayudarse o elevar la autoestima o las capacidades q en realidad están dentro nuestro no en una piedra cristalina o un escapulario, es más se estima q algunos aprovechados han vendido alrededor de 7 toneladas en astillas de la cruz de Cristo, hay reliquias de santos q se vendieron en, justamente, relicarios por millones, haciendo suponer q ese santo tenía el esqueleto del tamaño de un argentinosaurus xD.

LO INCUESTIONABLE ES QUE “NO HAY Q SER SUPERSTICIOSO POR Q TRAE MALA SUERTE” xD xD xD
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Genesis_Khan
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