Sirenas???

Mitos, leyendas y ritos de todas partes del mundo.

Moderador: Arkantos

Notapor NECORA » Mié Dic 24, 2003 7:19 am

Te refieres a que la ola tenía forma de ser humano, como en la película de la Momia la tormenta de arena dibuja la cara.

No sé, para realizar tal acto se requiere de mucho poder energético. Y si tal poder lo poseen las sirenas me surge una duda al instante; ¿para que entonces tratan de engañar a los marineros con sus cantos con el fin de llevarles a un lugar determinado si con su poder podrían hacerlo sin problemas ? La diferencia es que con la primera manera (cantos) algún humano se les puede escapar, con la segunda ... no escapa nadie.
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Notapor Dante » Mié Dic 24, 2003 9:45 am

Mmmmm, tal vez tenga algo que ver con los hombres-pez de sirio?no podria ser que fueran mujeres de alli? lo digo porque vi un dvd de J.J.Benitez que hablaba de sirio y de como llegaron al Pais Dogon al suroeste de Mali, hace miles de años, por los siglos XI y XII, entonces hombres-pez y "sirenas" podria ser que tuvieran algo en comun? Tal vez me equivoque pero era una idea que me habia venido a la cabeza.
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Notapor Vanis » Mié Dic 24, 2003 4:47 pm

Muy bueno el reporte y vale la pena investigar esto, gracias Arkantos que esto puede traer algo!
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Notapor NECORA » Mié Dic 24, 2003 7:18 pm

Bueno, los Dogon efectivamente hacen referencia a un ser que-pez, pero también dicen que cobraba forma humana al salir del agua. Supongo yo que a lo que se referían los Dogones era a algún tipo de traje o vestimenta que llevaban estos seres. Una vez fuera del liquido elemento se quitaban el traje y para los Dogones muy posiblemente esto fuera representado como una transformación, pues también supongo, que ellos jamás habían visto a un submarinista, o a alguien que pudiera llevar aletas en los pies.

Del mismo modo ellos también les representan con los ojos de color rojo y luminosos ...
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Notapor Gabriel Garcia » Jue Dic 25, 2003 11:47 am

Hombres peces de los dogon.
Dios Ea (Enki) sumerio: "el que tiene su morada en las aguas".
Oannes babilónico descrito por Beroso.
"Tú que tienes tu morada en las aguas" (Libro de Reyes, Antiguo Testamento).

Y supongo que habrá un sinfín más...
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Notapor Arkantos » Jue Dic 25, 2003 2:36 pm

Observaron como casi siempre terminamos llegando al mismo lugar?...
Necesitas adquirir buen karma? Haz CLIC AQUI!
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Notapor NECORA » Vie Dic 26, 2003 9:46 pm

Tengo al Sitchin hasta en la sopa . En la cena de nochebuena en en lugar de decir "chin, chin" al brindar con las copas dije Sitchin-sitchin ...

... Creo que esto va a ser algo obsesivo ...
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Los Elementales

Notapor Evil_Khalid » Sab Dic 27, 2003 10:37 pm

Los Elementales

"Me ha asombrado saber que hay personas que nunca han visto un gnomo. No puedo dejar de sentir pena por ellos.
Estoy seguro de que deben tener algún defecto en la vista".


Axel Munthe

Al comienzo era la singularidad, era la nada y era el Todo. Había terminado un Ciclo y el Absoluto no se encontraba manifestado. Luego, en un nanosegundo, se manifestó a través de diversas creaciones. Hubo un Big bang donde comenzó nuevamente el espacio-tiempo para dar cabida al universo físico y a los supra universos espirituales.

La Esencia Cósmica crea entonces a los elohim o dioses menores, que son los que continúan la tarea creadora en los distintos universos. Deriva la tarea principal a 72 elohim.

Los elohim crean entonces a los distintos seres angélicos (serafines, querubines, tronos, dominaciones, potestades, virtudes, principados, arcángeles y ángeles), a los elementales de la naturaleza (gnomos, sílfides, salamandras, ondinas, hadas, ninfas, trasgos, sátiros, faunos, peris, vestiglos, sirenas, etc.) y a los espíritus, que encarnan en el plano físico para comenzar su evolución.

Como hay distintos niveles de vibración, el ser humano no puede ver, normalmente, a los seres espirituales ni a los elementales de la naturaleza.

Obviamente, cuanto mayor es la categoría espiritual, mayores son las pruebas a superar.


(Este es un fragmento del libro "EL CIELO RESPONDE", pero en esta nota deseo ocuparme en profundidad de los Elementales de la naturaleza).

Aunque son temas diferentes, así como hay testigos que han visualizado OVNIs, también hay gente que ha visto distintos tipos de elementales. Generalmente vieron hadas, gnomos y duendes.

Personalmente conocí a una señora que dijo haber escuchado un zumbido estando semidormida y, al abrir los ojos, encontrarse con un hadita minúscula que le tiraba un polvito dorado en el brazo.

Como estaba cerca, me llegué hasta su casa y le pedí que me facilite una lupa para que le mire el brazo. Grande fue mi sorpresa al notar un brillo dorado sobre su piel, similar al del maquillaje.

Al observar los detalles en la lupa, pude apreciar que las partículas eran como lingotes de oro en miniatura. Instantes más tarde, al tratar de ver los lingotitos de nuevo vi que se habían evanescido, como si nunca hubieran estado en el plano físico.

En otra oportunidad, un paciente me acercó una foto que se sacó en un lugar campestre y a un costado se podía apreciar la figura de un pequeño duende, pero la imagen no estaba muy nítida.

Quiero dejar en claro que el mundo de los elementales de la naturaleza es tan real como el de los ángeles y los espíritus. Sucede que en el primer caso, la mitología y la tradición de cada pueblo en particular, fue desvirtuando el tema, haciéndolo más fantasioso que verídico.

De todas maneras voy a dar un pequeño repaso al detalle de cada uno de estos interesantes seres, sin el ánimo de pretender que este modesto compendio se transforme en una enciclopedia mitológica.

Jorge Raúl Olguín.

Historia:

Aunque estos seres muy poco se dejan ver, ya en su libro Sobre la Naturaleza, decía Anaxágora, el filósofo griego del siglo V aC., que había habitantes inteligentes similares a nosotros, moradores de mundos paralelos al que conocemos pero con las mismas características: ríos, viviendas, comidas, ciudades completas, etc. Y no solo se citan en este libro, son muchos los textos antiguos donde se menciona de una u otra forma a estos pequeños seres.

La Cábala, habla del geniecillo que vive bajo tierra y ayuda al rey Salomón en la construcción del Templo de Jerusalén. Pero de una forma más decidida, es el Talmud, “una compilación de comentarios sobre la ley mosaica” en el cual se lee que tanto animales como plantas están habitados por estas diminutas criaturas. Por 1040-1105 el ilustre comentador de la Biblia y el Talmud, Rabí Shlomo ben Yitzjak mejor conocido por su nombre abreviado Rashi, le dio al conocido gnomo Shamir la forma similar a la culebra.

Okuninushi, uno de las deidades del Shinto japonés, tras muchas peripecias en su vida, describe a un dios que montado sobre la corteza de árbol navega sobre la cresta de una ola y viene en su ayuda. Es un enano llamado Sukuna-bikona, el cual cabe en la palma de su mano, cuyo poder es tal, que entre ambos deciden construir el mundo para bien de la humanidad, dedicándose primordialmente a erradicar las enfermedades.

En la mitología del Sudán, los kurumba hablan de del “genio del agua” y del “genio de la tierra”, semejante a Domfé, nomo de los dogones.

Nativos de las costas de Guinea, y como parte integrante de la cultura yoruba, aparecen los duendes güijes.

Las mil y una noches, los cuentos de hadas, Blanca Nieves y los siete enanitos, relatos que nos muestran invisibles seres feéricos, o gente minúscula.

Y así, bajo innumerables nomenclaturas, relatos y anotaciones mitológicas, aparece un contexto que se maneja en dimensiones diferentes a la que fácilmente el hombre puede notar. Realidades de existencias diferentes, pero no menos ciertas a veces explicadas como espejismos. Inaccesibles por invisibles mas jamás irreales: ¡nos acompañan siempre!

Intangibles a nuestros ojos tridimensionales, las hadas también forman también parte de la gente menuda. Diferentes a la que imaginariamente se ha creado, conservan su forma promovidas por el visionario Walt Disney, quien evito que cayeran en el olvido. Amantes de los arroyos, etéricas, voladoras e idílicas, ostentan capacidades extraordinarias, se deslizan por el viento creando pequeños remolinos. Con el transcurrir de los tiempos cada grupo de estos seres se dedicó a diversas actividades: unas cuidan los ríos, otras protegen las plantas, y se dice que algunas minimizan los efectos de los terremotos.

Relativamente moderno, ya que data del siglo XVI, y además tan sólo abarca a unos pocos seres de la naturaleza, el término gnomo refiere aquellos que la gente suele confundir con duendes. Pero fue el alquimista Paracelso, quien a mediados del siglo XVI creó en su Tratado sobre los elementales la palabra gnomo, dándole forma al concepto que señala a estos seres. Son muchas las variedades de ellos, pero a casi todos se les reconoce por ser representados como minúsculos ancianos de luengas barbas.

Los Elementales:

Los Espíritus de la Naturaleza tienen por cuerpos formas de energía y no son estrictamente físicos o materiales en la versión común del término, aunque la energía es también una forma de materia y viceversa, y a diario nos muestra sus efectos en el plano más denso de acción.

El hecho de que la llamada "electricidad" sea energía y normalmente invisible, no quita que al correr por la superficie de un cable metálico produzca fenómenos materiales traducidos en movimiento de pesadas piezas de una máquina, que a la vez mueve o traslada toneladas de materia. Y todos conocemos los fenómenos meteorológicos que se traducen en rayos y relámpagos, centellas y "luces de San Telmo".

Por otra parte, la existencia de estados vibratorios intermedios entre la energía invisible y la materia visible, hace que según se rebasan estas fronteras, de "arriba" a "abajo", la posibilidad de observación humana de los elementales se potencie, aún sin proponérselo.

Pero normalmente los Elementales tienen su parte más densa o "cuerpo" en el Plano Energético, pudiendo en condiciones favorables ya citadas, reflejarse hasta cierta corporeidad en las zonas etéricas que son mezcla y enlace entre lo que podemos llamar energía - cuya característica es la carencia de forma perceptible por nuestros sentidos - y la materia - cuyas características nos son evidentes y fácilmente registrables.

De ello podemos colegir que los Elementales tienen como propiedad una vibración mucho más "veloz" que la nuestra, siendo sus formas más inestables y dinámicas. Cuando esas formas se lentifican es cuando se corporizan y su visión se vuelve más fácil, bien por factores naturales que mencionamos anteriormente, o bien porque la persona haga "foco", dejando su vista neutra y así pueda verlos.

Si dejamos la mente "abierta", pueden percibir cualquier síntoma de agresividad y eso produce en ellos cierta inestabilidad en el plano físico y los ahuyenta hacia sus "refugios" energéticos y a los juegos ópticos propios de su extraordinario poder para disimularse en los mismos elementos en que habitan.

Sirenas: Innumerables son los habitantes de las aguas, especies animales y vegetales aún desconocidas, y lo mismo ocurre con seres feéricos y legendarios. Las sirenas son, entre ellos, los más conocidos. Les siguen en popularidad las ondinas y las ninfas.

Quizás algunos hayan oído hablar de las mujeres-foca, de las hadas lavanderas o de las náyades.

Las sirenas eran el equivalente a las ninfas pero en el mar pues residían en la zona de Sicilia cerca del cabo Pelore. Sus padres fueron Calíope y el río Aquelao, según unas versiones y Forcis o Gea, según otras. El número exacto de ellas no está totalmente claro, hay quien afirma que eran tres, pero también se dice que fueron cinco e, incluso ocho.

El cuerpo de las sirenas, a pesar de que vivían en los océanos y de lo que tradicionalmente se ha representado, estaba formado por un cuerpo de ave y un rostro de mujer, por lo tanto, no tenían aletas, sino alas.

Las sirenas detentaban una voz de inmensa dulzura y musicalidad y se prodigaban en cantos cada vez que un barco se les acercaba, por lo que los marineros, encantados por sus sonidos, cuando no podían huir de ellas se arrojaban al mar para oírlas mejor pereciendo irremediablemente.

Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por ellas una de las sirenas debería morir. Fue esto lo que propició el héroe Odiseo, más conocido como Ulises.

Cuando Odiseo estaba viajando en barco en una de sus muchas hazañas halló a las sirenas y para evitar su influjo ordenó a sus tripulantes, según consejo de Circe, que se taparan los oídos con cera para no poder escucharlas mientras que él se ató al mástil del barco con los oídos descubiertos.

De esta forma, ninguno de sus marineros sufrió daño porque no oyeron música alguna mientras que Odiseo, a pesar de que había implorado una y otra vez que lo soltaran se mantuvo junto al poste y pudo deleitarse con su música sin peligro alguno.

En consecuencia, una de las sirenas tuvo que perecer y esta suerte le sobrevino a la sirena llamada Parténope. Una vez muerta las olas la lanzaron hasta la playa y allí fue enterrada con múltiples honores. En su sepulcro se instaló después un templo.

El templo se convirtió en pueblo, y finalmente el lugar donde fue enterrada esta sirena se transformó en la próspera Nápoles, llamada antiguamente Parténope.

También existe otra leyenda acerca de las sirenas que afirma que los Argonautas también sobrevivieron a su influjo porque Orfeo, que les acompañaba, cantó tan maravillosamente que anuló completamente su seductora voz.

EL ORIGEN DE LAS SIRENAS

Difícil es dilucidar el verdadero origen de las sirenas. Dejando a un lado a las antiguas sirenas con forma de mujeres-ave, se dice que la primera mujer-pez conocida fue Atargatis, la diosa de la luna, protectora de la fecundidad y el amor.

Atargatis, perseguida por Mopsos, se sumergió en el lago Ascalón con su hijo, y se salvó gracias a su cola de pez. Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, que también se arrojó a las aguas del mismo lago, después de matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a la hija de ambos en el desierto. Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado, y su hija, criada por las palomas, se convirtió en Semíramis, reina de Babilonia.

También puede encontrarse una semejanza con las sirenas en la diosa Afrodita, hija del semen de Zeus convertido en espuma de mar, que fue diosa del amor y protectora de los marinos. Su espejo ha sido heredado por toda la estirpe de sirenas.

Para buena parte de los sabios griegos, sin embargo, las sirenas tienen por padre a Aqueloo, un río personificado en figura de hombre con cola de pez. En cuanto a la madre, la confusión crece: puede ser la diosa de la memoria, o alguna de sus hijas, las musas. Quizá las sirenas sean hijas de la Elocuencia, de la Danza, de laTragedia o de la Música. Hasta podrían ser hijas de Ceto, la ballena.

OCEANIDAS Y NEREIDAS

El dios Océano y su hermana tet*s tuvieron trescientas hijas, las Oceánidas, que luego se extendieron por todos los mares y los abismos marinos. Una de ellas, Dóride, fué madre de otras cincuenta ninfas de agua, las Nereidas, llamadas así en honor a su padre Nereo, de la raza de los Viejos del Mar, creada también por Océano y tet*s.

Las Nereidas habitan en el Mar Mediterráneo, y cada una de ellas representa una de las formas de este mar. Por ejemplo, Talía es la sirena verde, y Glaucea, la azul. Dinamenea simboliza el vaivén de las olas, y Cimodaré, la calma. Una de las Nereidas, Anfitrite, fue amante de Poseidón y madre de los Tritones.

Las Nereidas protegían a los barcos, y no cantaban para atraer a los marinos, sino para complacer a su padre. Los antiguos describieron a las Nereidas con el cuerpo cubierto de escamas y formas de pez. A partir de aquí, el mito de la Sirena fue creciendo por todo el mundo como las ondas en la superficie calma del agua...

SIRENAS HISTÓRICAS

Hasta en los mapas del Renacimiento podía leerse la frase “Hic sunt sirenae” (Aquí están las sirenas) escrita en medio de las áreas destinadas a los océanos. El hombre que surcó el Atlántico, Cristóbal Colón, también asegura que él y sus hombres las vieron, aunque no tan bellas como cuentan las historias. Muchas crónicas de reyes refieren la existencia de sirenas capturadas, y aún cercanos nuestros días navegantes y exploradores relatan encuentros con mujeres marinas, como una que apareció en la Antártida en 1823 u otra en las Bahamas en 1869. La primera tenía los cabellos verdes, la segunda, azules. Sin ir más lejos, en Liérganes, municipio español, existió un hombre-pez, y circulan rumores de otro ser de estas características en el río Ebro.

SIRENAS, CANCIONES Y LEYENDAS

"Encantan a los mortales que se les acercan. ¡Pero es bien loco el que se detiene para escuchar sus cantos! Nunca volverá a ver a su mujer ni a sus hijos, pues con sus voces de lirio las sirenas lo encantan, mientras que la ribera vecina está llena de osamentas blanqueadas y de restos humanos de carnes corrompidas..."

Este texto escrito hace 2800 años es probablemente el origen de la más antigua y conocida de las leyendas: las sirenas que atraen a los marinos con sus voces mágicas, y hacen encallar los barcos y ahogarse los tripulantes. Homero lo imaginó así, y así nos lo contó en La Odisea.

Las páginas de muchos otros libros se han nutrido de los seres de las aguas, y las leyendas, como ríos de la memoria de la Humanidad, han permanecido hasta nuestros días.

Ulises y las Sirenas

Las sirenas son personajes mitológicos cuyo canto embrujador llevaba a los marinos a la perdición. Sus métodos de seducción variaban de un relato a otro, pero todas ejercían una atracción sin parangón sobre los navegantes.

El primer testimonio acerca de la aparición de sirenas se remonta a La Odisea de Hornero, que relata las aventuras tumultuosas del héroe griego Ulises, durante su largo viaje de regreso a Itaca, después de la guerra de Troya. Las sirenas de la época no son esos seres mitad mujer, mitad pez, que las leyendas más modernas retuvieron, sino unas aves con cabeza y pecho de mujer.

Un canto melodioso e irresistible

En la mitología griega, las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los marinos que las escuchan no pueden resistírseles y dirigen sus naves contra los arrecifes.

Los supervivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros.

Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser fuertemente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.

Este canto se revela melodioso y desgarrador, y está colmado de bellas promesas. Ulises les grita a sus compañeros que lo desaten, pero por supuesto éstos permanecen sordos a sus gritos. Finalmente, el barco pasa y los héroes escapan al funesto destino de tantos otros marinos.

Sin embargo, Ulises no es el único en enfrentarse a las sirenas. El poeta mítico Orfeo, que acompaña a Jasón en búsqueda del vellocino de oro, logra también resistir a su fatal encanto. En el instante en que Jasón y sus hombres, los argonautas, atraídos por las melodiosas voces, cambian de rumbo y se dirigen peligrosamente hacia los arrecifes de la isla, Orfeo toma su lira y entona un canto tan sublime que cubre las melopeas de las sirenas y salva a los marinos, arrancándolos de su mortal contemplación.

¿Quiénes son las sirenas?

Las sirenas de la época homérica son tres hermanas, hijas del dios río Aquelloo y de la musa de la poesía Calíope. Lidia toca la flauta, Fartenopea la lira y Leucosea lee los textos y los cantos.

Antiguas compañeras de Perséfo-ne, hija de Zeus y de Deméter, raptada por Hades, el dios de los Infiernos, pidieron a los dioses que les otorgaran alas para poder salvar a la joven y traerla de vuelta sobre la tierra.

Según otra versión, deben su apariencia a Deméter, que quiso castigarlas por haber sido negligentes en el cuidado de su hija. Su nombre proviene del término latino siren, que a su vez proviene del griego seirén, de la palabra seim, lazo, cuerda, recordando sin duda el poder cautivador de las sirenas.

Mujeres-pájaro, luego mujeres-pez

La apariencia física de las sirenas evolucionó. En época griega, eran representadas como seres alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban diferentes vasijas griegas antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte inferior recubierta de escamas, se remonta al parecer a la Edad Media y a las leyendas celtas y germánicas.

Pero, ya bajo el Imperio romano, se les confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo, dios marino, y de Doris, descendiente del titán Océano.

Las bellas Nereidas son las ninfas del mar y por lo tanto no es sorprendente que hayan sido tomadas por sirenas, también figuras marinas...

Sea como sea, esta leyenda, nacida de la mitología griega y transmitida a través de los siglos, permanece durante mucho tiempo vivaz y continúa asediando la imaginación de los navegantes del mundo entero.

Las sirenas a través de los tiempos

Aunque las sirenas nacieron de la imaginación de los poetas griegos antiguos, la tradición que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso del tiempo, particularmente bajo la influencia del folklore nórdico.

La mitología nórdica. Las leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia de sirenas a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las ve surgir de la espuma de las olas. La tradición bretona relata que Ahez, hija del rey Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la ciudad de Ys al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena.

Saxo Grammaticus, un cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el combate del rey danés Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático, mitad hombre, mitad pez.

Donde se pesca a un hombre-sirena. Las representaciones de sirenas se multiplican durante la Edad Media y se transforman en uno de los temas favoritos de decoración de los manuscritos.

Hacia el año 1200, el cronista inglés Ralph de Coggeshall escribe: "Durante el siglo pasado, bajo el reinado del rey Enrique II, unos pescadores de Oxford capturaron en el Canal de la Mancha a un hombre desnudo, que nadaba con soltura bajo el agua. Encerrado durante varios días, éste se alimentó principalmente de pescado.

No pronunciaba la más mínima palabra, aun bajo las peores torturas. Devuelto al agua, rasgó la red que lo retenía y consiguió hacerse mar adentro. Después de un tiempo, volvió a la orilla y vivió durante dos meses entre la gente de Oxford antes de volver definitivamente a su elemento natural".

Las sirenas de Cristóbal Colón

Mientras se encuentra frente a las Antillas, el navegante genovés cree divisar tres de estas criaturas que bailan en el agua. Son feas y mudas, pero él descubre en su mirada una cierta "nostalgia de Grecia".

Un encuentro moderno. En 1869, en las Bahamas, seis hombres que se dirigen en canoa hacia una bahía divisan una sirena de deslumbrante belleza, con los cabellos azules flotando sobre sus hombros y las manos hendidas. Ésta emite unos grititos de sorpresa al ver a los marinos y desaparece poco después, sin dejar que se acerquen.

La apariencia física de las sirenas evolucionó. En la época griega, eran representadas como seres alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban las diferentes vasijas griegas antiguas.

Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte inferior recubierta de escamas, se remonta aparentemente a la Edad Media y a las leyendas celtas y germánicas. Pero, ya bajo el Imperio Romano, se las confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo, dios marino, y de Doris, descendiente del Titán Océano.

Las bellas Nereidas, de las que hablaremos más adelante, son las ninfas del mar y por lo tanto no es sorprendente que se las haya asemejado a las sirenas, también figuras marinas...

A las sirenas se las describe con frecuencia asomándose a la superficie del agua, o sentadas en una roca, peinándose su largo y rubio cabello con una mano y un espejo en la otra.

Posteriormente, las sirenas pasaron a ser consideradas divinidades del más allá, y se suponía que cantaban para los bienaventurados en las Islas Afortunadas. Fue así como pasaron a representar las armonías celestiales y es así como las dibujan en los ataúdes y sarcófagos.

Aunque las sirenas nacieron de la imaginación de poetas griegos antiguos, la tradición que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso del tiempo, particularmente bajo la influencia del folclor nórdico.

La leyenda de las sirenas se popularizó rápidamente; se extendió por toda Europa y llegó incluso a territorios muy alejados, como la India, Rusia y Japón, pasando después a América. Algunas de las historias las representaban crueles, como la de Ulises, y otras las describían dulces y amorosas, como en el caso de Ondina, que según el relato apareció en la costa de Francia.

La mitología nórdica

Las leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia de sirenas a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las ve surgir de la espuma de las olas.

La tradición bretona relata que Ahez, hija del rey Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la ciudad de Ys al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena. Saxo Grammaticus, un cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el combate del rey danés Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático, mitad hombre, mitad pez.
Última edición por Evil_Khalid el Vie Abr 16, 2004 4:39 pm, editado 1 vez en total
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Notapor Gabriel Garcia » Dom Dic 28, 2003 12:47 pm

Cuando se habla de dioses sumerios no se habla de Sitchin, igual que cuando hablamos de futbol no decimos que lo inventó el Real Madrid...

Que él diga unas cosas no significa que sean sus teorías. Esos textos están ahí muchísimos miles de años antes de que se atreviese a escribir sus libros.

Pero si te fijas, en casi todas las culturas se habla, de alguna u otra forma, de seres que tenían su morada en el agua.

En lo que respecta a mi opinión, él jamás dirá la fecha de la llegada del supuesto Nibiru, o si la dice la fijará para cuando esté muerto... o de lo contrario no venderá más libros.

Que conste que digo ésto para demostrar que no sigo fielmente sus teorías...
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Notapor andyz » Lun Dic 29, 2003 10:34 am

Arkantos: A mi me pasa lo mismo: Siempre estamos llegando al mismo lugar. O estamos obsesionados con lo mismo o estamos acercandonos a lo correcto...

Gabriel: Me parece bien que lo veas asi, pero hasta ahora de lo que he leido, y que es mucho por cierto, lo de Sitchin es lo que mas me convence...

Necora: Muy ocurrente tu chiste de Navidad ajajajajaja :lol: :lol:
Ya estoy teniendo problemas en mi casa, porque estoy todo el tiempo con los libros de Sitchin leyendo y releyendolos. Ya piensan que estoy loco... :P
Me estoy transformando en AndyschinEnki !!!!!!! :lol:
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Notapor Gabriel Garcia » Lun Dic 29, 2003 12:29 pm

Pues si te encuentras con Inanna, me avisas, ¿vale?
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Notapor NECORA » Lun Dic 29, 2003 9:51 pm

Andyz, te entiendo perfectamente. mi mujer me ha prohibido llevarmelo a la mesa cuando comemos o cenamos. Y yo a escondidas, como si fuese un cuento se lo leo a mi hija. ¡¡¡¡¡ Esto es de LOCOS !!! :lol: :lol: :lol:

Sólo me quedan unas 30 páginas para terminarlo.


:roll: :roll: :roll:

Pero me quedan todos los demás ... :D :D :D
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Notapor andyz » Mar Dic 30, 2003 9:06 am

Pues te pasara que no has terminado con uno y ya quieres empezar el otro....es como una gran Novela....Buena idea, empezare a leerselo a mis hijos como un cuento, quizas les guste..... :wink:
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Notapor Vanis » Jue Ene 08, 2004 9:19 pm

Les cuento que yo sólo ingresé a este post la última semana de diciembre, porque como se llamaba 'Sirena' pensé que era una historia mitológica y la iba a dejar para el verano :lol: :lol: :lol:
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Notapor HILDA. » Vie Ene 09, 2004 11:12 am

:!: :!: :!: :!: :lol: :lol: :lol: :D :D :lol: :lol: :lol: :!: :!: :!:
Cuando la espiritualidad sea cientifica,
la ciencia será espiritual.
.........
HILDA.
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