por WeB-X » Vie Sep 21, 2007 2:36 am
Definitivamente tienes razon en cuestion que los internos aveces se escapan de sus camillas, pero toma en cuenta que los enfermos todos tienen bata de hospital puesta, ninguno esta con su ropa de civil, esta se guarda en closets o se los lleva el familiar.
Mi madre me dijo que era el Santo niño de Atocha y que tenia que resarle, cosa que no hice, posteriormente se me volvio a aparecer pero en la clinica del rancho y en su version femenina, a las 5:30 am que me desperte y puse la TV, la niña placidamente atraveso la recamara y le pregunte a dònde iba, me dijo que a la clinica de un lado, y le dije bueno, no hay problema, acto seguido fui al baño a orinar y me cayo el veinte, como es posible que haya una niña en mi recamara en la clinica, si ahi vivo solo y no hay gente en por lo menos 50 metros a la redonda, revisè las puertas y estaban cerradas, y nuevamente mi mamà me dijo que el Santo niño de Atocha, lo que màs me sorprende es que uno los ve materializados, puedes hablar con ellos e inclusive tocarlos, una enfermera me dijo que la proxima vez que tenga pacientes asi, que a todos les tome los signos vitales y que ahi me voy a dar cuenta de su condicion de vivos.
Respecto a la señora con su bebe, Derick se llama el niño, despuès hablè con el papà y me dijo lo mismo, que la señora habia muerto en el momento del parto, que le parece increìble que haya llevado al niño a consulta y me dijo que probablemente me este confundiendo de niño, pero no, en un rancho las probabilidades de que haya dos niños de la misma edad, semejantes y llamados Derick, se me hacen nulas, muy apenas tenia una poblacion de 1683 personas. Le platique a la enfermera y ella me confirmo que si viò a la señora entrar pero como estaba muy ocupada con la papeleria le dijo que pasara directamente conmigo y por ello no le presto atencion, hasta que yo le comentè y me respondio que si, que la señora habia muerto en el momento del parto.
Hay otras historias que se cuentan de la clinica donde hice mi servicio, y las he escuchado de viva voz por quienes las vivieron, algunas les encuentras soluciones creibles y factibles, pero hay otras que si sorprenden, no dan miedo, solo sorprenden.
Con sus piedras yo construyo mi pared
Soy como el artìculo tercero: laico, libre, gratuito y obligatorio.