EJERCICIOS DE PSICOCINESIS
Objetivo de los ejercicios
Los ejercicios siguientes se inspiran en las experiencias del prof. norteamericano Rhine, que fue, hay que subrayarlo, uno de los primeros en llevar a cabo experimentos cuantitativos sobre el fenómeno de la psicocinesis. Analizando los resultados de estos experimentos complejos mediante los procedimientos empleados en el calculo de probabilidades, se descubrió que la voluntad de los jugadores podía ejercer una influencia real sobre ciertos objetos, como los dados utilizados en los juegos llamados "de azar".
Naturalmente, como resulta imposible que experimentes en condiciones tan rigurosas como las impuestas por Rhine a sus sujetos, te recomendamos que consideres los ejercicios siguientes más bien como un juego que como un verdadero experimento.
Ejercicio Nº 1: un solo dado
- Toma en la mano un dado corriente. Concéntrate durante unos dos minutos, imaginando, por ejemplo, que va a salir el "uno".
- Expulsa de tu mente la imagen del dado, haz el vacío en ella.
- Lanza el dado sin pensar en nada. Anota el resultado que obtengas.
- Repite la operación doce veces seguidas. Si obtienes cinco éxitos (si el uno sale en cinco ocasiones), puedes considerar como probable que tu pensamiento ha actuado sobre el dado.
- Prosigue el ejercicio pidiendo al dado que marque dos, luego tres, etc.
Ejercicio Nº 2: dos dados
- Sostén en la mano un par de dados corrientes. Concéntrate durante unos dos minutos, imaginando que, cuando los lances sobre la mesa, el total de los puntos señalados por sus caras superiores será inferior a ocho.
- Expulsa de tu mente la imagen de los dados, haz el vacío en ella.
- Repite la operación doce veces seguidas. Si consigues cinco aciertos (si obtienes menos de ocho puntos en cinco ocasiones), puedes considerar como probable que tu pensamiento haya influido sobre los dados.
- Continúa el ejercicio pidiendo a los dados que marquen, no ya un total de puntos inferior a ocho, sino superior a ocho.
Ejercicio Nº 3: los tiestos de césped
Se trata de probarte a ti mismo que tu mente es capaz de influir sobre la materia viva, de la misma manera que influye sobre la materia inerte. Un cierto número de experimentos efectuados en laboratorio (infinitamente más complejos que el que te propongo) ha demostrado que nuestro pensamiento (y tal vez nuestro magnetismo) puede influir sobre el crecimiento de los vegetales. Así se explicaría que existan personas que tienen "la mano verde".
- Siembra dos tiestos idénticos, llenos con la misma clase de tierra, la misma cantidad de semillas de ray-grass (semillas utilizadas para el césped).
- Coloca los dos tiestos uno junto al otro, en un lugar bien iluminado, por ejemplo, el alféizar de una ventana. Es indispensable que ambos reciban la misma luz y el mismo calor. Durante toda la duración del experimento, riega ambos tiestos con la misma cantidad de agua. Para que se produzca la germinación, la tierra debe estar húmeda, pero nunca anegada.
- Uno de los tiestos, el de la derecha por ejemplo, te servirá de testigo, es decir, la naturaleza hará su obra sobre él sin que tu intervengas, salvo para regarlo. Tan pronto como hayas depositado las semillas, empieza a ejercer tu influencia sobre el tiesto de la izquierda. Debes intervenir cuatro veces diarias, durante cinco minutos, a horas fijas. En cada ocasión, extiende las manos a tres o cuatro centímetros por encima del tiesto. Imagina la germinación de las semillas y sugiéreles mentalmente que broten con mayor rapidez.
- Cuando aparezcan las primeras briznas de hierba, sustituye la imagen de la germinación por la del crecimiento de la hierba y modifica tu sugestión en este sentido.
- Si ha intervenido tu facultad parapsicológica, el tiesto de la izquierda, sobre el que has ejercido tu influencia, debe llenarse más rápidamente de brotes de hierba y, más tarde, mantenerse más espeso, más próspero que el otro.
Saludos.