Las 10 semanas de Enoch

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Las 10 semanas de Enoch

Notapor Gabriel Garcia » Lun Sep 27, 2004 10:32 am

El profeta, cuyo libro era muy estimado por los primeros cristianos, establece diez semanas proféticas, en las que suceden acontecimientos históricos hasta el fin del mundo actual y el comienzo de una era de éxtasis u orgasmo se supone que mental.


PRIMERA: Época prediluviana, época de Enoch mismo, porque dice “Yo, Enoch, nací el séptimo, EN LA PRIMERA SEMANA, en la época en la que la justicia aún era firme”.

SEGUNDA: Justo antes del diluvio, “Después de mí vendrá la semana segunda en la que crecerán la mentira y la violencia y durante ella tendrá lugar el primer final, y entonces, un hombre será salvado”.

TERCERA: Época de Abraham, ya que se estipula que al final de esta semana: “un hombre será elegido como planta de juicio justo, tras lo cual crecerá como planta de justicia para la eternidad”.

CUARTA: Época de Moisés, puesto que “será preparada una ley para generaciones de generaciones y un cercado”, texto tomado de Deuteronomio 5:22, lo que implica directamente al protagonista del Éxodo.

QUINTA: A primera vista podría parecer que habla de Cristo, “una casa de gloria y poder será edificada para la eternidad”. No puede tratarse del templo de Salomón, puesto que de haber existido, fue destruido de todas formas. Pero en realidad se refiere a la nación de Israel, más concretamente a JERUSALÉN, ya que en la siguiente semana se nos da el orden cronológico.

SEXTA: Tiempos posteriores a Cristo, durante los cuales “serán enceguecidos y su corazón, infielmente, se alejará de la sabiduría”. Añade que “entonces UN HOMBRE SUBIRÁ AL CIELO y al final de esta semana, la casa de dominación será consumida por el fuego y dispersado todo el linaje de la raíz escogida”. Se menciona algo parecido en 2 Reyes 2:5 y 2 Reyes 25:8-12. Por lo tanto, no hablamos de tiempos actuales, ni de la carrera espacial (“un hombre subirá al cielo”), sino de la ascensión del profeta Elías. El hecho de que la “casa de dominación” fuese consumida por el fuego y “dispersado todo el linaje de la raíz escogida” alude directamente a la toma de Jerusalén por el rey babilonio Nabucodonosor II.

SÉPTIMA: En ella surgiría una “generación perversa, numerosas serán sus obras pero todas estarán en el error”. Al final de ella serían “escogidos los elegidos como testigos de la verdad de la planta de justicia eterna”, que no es más que el linaje de Abraham. La generación perversa sería el imperio babilonio, y los elegidos podrían ser los ejércitos de Ciro, el liberador. Se dice que la sabiduría obtenida por los “justos” sería “por septuplicado”, probablemente en alusión a la leyenda de las siete maravillas del mundo de babilonia. Un intento más de quedarse con lo bueno, desechando lo malo.

OCTAVA: Sería “la de la justicia”, en la que se entregaría “una espada a todos los justos para que juzguen justamente a los opresores, que serán entregados en sus manos”. Éstos adquirirían “honestamente” riquezas y sería construido el “Templo de la realeza de El Grande, en su esplendor eterno, para todas las generaciones”. Todo ello implica la reconstrucción del Templo de Jerusalén, ya después del cautiverio en babilonia y de la liberación del pueblo a causa de la caída de ésta. La adquisición “honesta” de riquezas quizá se deba a los famosos y suculentos botines obtenidos por Nabucodonosor II, de los que se beneficiarían algunos sacerdotes (“justos”) judíos. Parte de este dinero sería usado, indirectamente, para la reconstrucción del Templo.

NOVENA: En ella se revelaría la “justicia y el juicio justo a la totalidad de los hijos de la tierra entera y todos los opresores desaparecerán totalmente de la tierra, y serán arrojados al pozo eterno y todos los hombres verán el camino justo y eterno”. Aquí la cosa comienza a complicarse, puesto que no tiene lógica que una “PROFECÍA” obviase los tiempos actuales. Ello nos demuestra que el libro de Enoch fue escrito, al menos esta parte profética, antes de los tiempos de Cristo, ya que detalla concienzudamente los eventos históricos hasta la reconstrucción del templo, y luego, llegados al “final” del mundo, se esconde en vaguedades y pocos detalles y sin concreción.

DÉCIMA: En la “séptima parte” de esta décima semana tendría lugar el “juicio eterno”.
A partir de entonces, habrían “muchas semanas más”, en número sin fin, llenas de bien y justicia, donde “el pecado ya no será mencionado jamás”.


CONCLUSIONES: Como dije, el libro debió ser escrito a partir de la reconstrucción del Templo, es decir, en el siglo VI aC. Podría ser más tardíamente, pero mi impresión personal me dice justo lo contrario, puesto que todo el saber astronómico de Enoch bebe directamente de la magnífica astronomía babilonia, como es evidente y está constatado históricamente. En aquella época, sólo Babilonia y Egipcio tenían una astronomía desarrollada, y es por lo cual durante el cautiverio el pueblo judío tuvo acceso a todo ese conocimiento. El máximo exponente de ello es el Mul.Apin. Por lo tanto, no existe profecía alguna, es más, sucede como con el libro de Daniel, donde se narran hechos supuestamente futuros que en realidad son PASADOS. Ello está constatado en este último por la existencia de algunos términos en griego, lo que es un anacronismo si no fuera porque fue escrito durante o después de la dominación por parte de Alejandro.

Ante todo esto podría hacerse una lectura de simple falsedad, pero en realidad deberíamos ver incluso mala intencionalidad. Hablamos de sendos ENGAÑOS, en los que más de 1.000.000 millones de personas depositan hoy su fe.
Gabriel Garcia
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