Comunidad Mystery Planet

La gente busca constantemente llenarse de complementos y características, sean físicos o referidos a la personalidad, aunque siempre con una finalidad psicológica. Intentan sentirse "guays", y no se enteran de que tan solo están tratando de ocultar su propia vergüenza.

El ego, por definición, es pura vergüenza e inseguridad, disfrazadas. ¿Quién se atreverá a descubrir su propia belleza natural? y, ¿quién lo hará sin usar el término "belleza natural" tan solo como otra excusa más para seguir ocultándose?

Todo complejo de superioridad esconde un complejo de inferioridad. La gente juzga negativamente a otros, para así autojuzgarse positivamente a sí mismos. "¡Qué feo es éste!" (y si yo puedo decir que éste es feo, entonces soy guapo), "¡qué mala es la sociedad!" (y entonces yo soy bueno).

Claro que, cuando ésto se hace demasiado evidente, uno se entierra más todavía, haciendo como que "le da lo mismo". Pero en el fondo nadie se puede engañar, no por completo.

Pero siempre es lo mismo, vergüenza disfrazada, así que, si juzgas "fea" a otra persona o cosa, tan solo estarás atestiguando tu propia fealdad (no juzguéis si no queréis ser juzgados).

Aunque también hay personas que juzgan negativamente a otros, y lo usan para, directamente, juzgarse negativamente a sí mismas. Juzgarse negativamente a uno mismo es también otro modo de buscar "ser mejor persona", porque se malinterpreta como "humildad".


Claro que, también están aquellos a los que realmente les da igual. Son pocos, pero los hay aquellos que "juzgan" sin emitir realmente un juicio de valor. Existen aquellos que "hacen como que juzgan", por lo que tampoco hay que tomarse todo ésto al pie de la letra. Pero, debo advertirte, no vayas a usar éste último párrafo como excusa.

La cosa es mirar en tu interior, ser auténtico, ser honesto contigo mismo.
NO TE PONGAS EXCUSAS.


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Interesante hilo.

No tengo tiempo de explayarme, pero es importante anular al ego (a la parte de uno mismo que no es natural, la ha creado la sociedad, el materialismo).

Hay que CONOCERSE A UNO/A MISMO. En los malos momentos es cuando, personalmente, más facilidad tengo de recurrir a mi para no hundirme, tener "tablas de salvación emocional". En fin, es algo muy personal y complejo, pero merece la pena.

Yo con 21 años (ahora tengo 40) tuve una crisis existencial. No sabía qué hacer con mi vida, si seguir mi Carrera de Derecho, si meterme al Seminario y hacerme sacerdote católico. Pero el cristianismo me decepcionó, me leí el Corán, y más de lo mismo, tantas prohibiciones y dogmatismos van en contra de mis principios. Buceé en el budismo (desde antes de mi crisis) y es bonito y profundo, pero demasiado empalagoso y también dogmático. ¡Necesitaba una "tabla de salvación" filosófica y/o religiosa en que apoyar mi vida. Y fue entonces cuando, de casualidad, escuché del TAO TE CHING. Fui raudo y veloz a la biblioteca de la Facultad de Filosofía, lo imprimí (aún lo tengo, como oro en paño) y flipé en colores. ES ADOGMÁTICO, no pone reglas, no pone límites, es, en mi opinión, una MARAVILLA, UNA OBRA DE ARTE DE LA FILOSOFÍA. Y ni siquiera habla de Dioses ni el más allá. Habla de más acá y del cómo ser una buena persona, íntegro y con los pies en la tierra.

Dos años más tarde seguía con vocación de jesuita, sin crisis, pero a punto de dejar mi Carrera de Derecho y meterme en el Seminario; hice el Camino de Santiago, incluso, para aclarar qué hacía con mi vida.

Allí, en el Camino, conocí a una morena que me "quitó" la vocación.
A día de hoy es mi mujer y llevamos 10 años felizmente casados.

Oh, me alegro mucho por tí A mí me pasó algo muy parecido, pero siendo más joven de 21 (ahora tengo 26). Aun así nunca llegué a leer el Tao Te Ching (sabía de su existencia), pero por alguna razón, un día, me llegó esa "inspiración divina" que no sabría con exactitud cómo describirla (aunque lo he intentado en muchas ocasiones).

Más tarde ya sí que leí un poco por encima sobre el Tao y otras cuestiones filosóficas, y me di cuenta de que todo hablaba sobre aquello que "yo" había "descubierto".

El Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno.
El nombre que puede nombrarse no es el nombre inmutable.
La no existencia es el principio del cielo y de la tierra.
La existencia es la madre de todo lo que hay.

La "no existencia" o el "no ser" es solo una aproximación, una forma de hablar, pero es válido para tratar de explicar en una forma ciertamente poética que lo Absoluto es también lo invisible, lo intangible, lo inaudible, lo inefable... porque es aquello que yace y reposa más allá de la percepción, ya que la percepción es SUYA, es su manifestación material y espiritual, lo que viene siendo el "ser" o la "existencia".

Conocerse a uno mismo, al completo, únicamente se vuelve posible cuando ya no quedan atisbos de inseguridad en la personalidad; y esa seguridad, según mi experiencia, únicamente se logra al comprender de manera total y profunda que tu vida no trata de "lo que eres", sino de la experiencia de ser. Ser vida, ser manifestación, ser experiencia...