Alucard, verás, ésta Verdad no es algo a lo que halla llegado a través de un proceso de razonamiento, y tampoco se trata de la imaginación, como piensas. Es una Verdad Intuitiva. Cómo decirlo de otra manera... Imagina que tienes unas gafas con rejillas, entonces lo ves todo a través de las gafas, bajo la influencia de esas rejillas, tu especulas sobre lo que podría haber donde se encuentra la parte que está tapada por las rejillas, o también puedes dedicarte a buscar el modo de cohesionar las distintas imágenes que aparecen separadas por esas rejillas, intentas crear cohesión ignorando lo que tapan esas rejillas o simplemente imaginando lo que podría haber detrás de ellas. ¿Que cómo he llegado a ésta Verdad? Pues me he quitado las gafas, así de sencillo. Recuerdo el día que me di cuenta de ésto, y voy a contar como fue aquella experiencia:
Yo me encontraba pensando, buscando la Gran Verdad (algo que ya desde pequeño siempre buscaba y he querido saber). Entonces, aplicando el proceso de lógica siempre me topaba con muros, y más muros, cuando creía haber llegado a una conclusión válida... pum! otro muro..., y cada vez que me topaba con un muro preguntaba, ¿a quién preguntaba? no estoy del todo seguro, pero yo preguntaba: "¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no puedo entender ésto?!, ¡Ésto no puede ser! ¡Hay algo en mí que falla!, ¡¿Cuál es la Verdad?!". Y cada vez que llegaba a éste punto pasaba algo maravilloso, era como si una luz se encendiese dentro de mí mismo, hasta podía notar las vibraciones, unas vibraciones asombrosas. Entonces, de forma instantánea e intuitiva, recibía la respuesta a lo que estaba buscando. Con el tiempo me di cuenta de que analizar la existencia no me iba a servir, eso tan solo serviría para encerrarme todavía más en mi subjetividad, así que dejé de analizar toda experiencia, y pasé a ser un testigo "nulo" de todo. Aunque la mente es muy tramposa, y siempre seguía buscando el modo de "tapar" a ese testigo nulo. Ya que después de todo, a pesar de haber obtenido grandes respuestas, seguía sin conocer la Gran Verdad que solo Dios conoce, y no me había rendido con mi búsqueda. Curiosamente, mi vida parecía estar alineada con esa inquietud que tenía, ya que eran las cosas que me pasaban, veía o leía las que me hacían inevitablemente continuar preguntándome sobre esa Gran Verdad. Y mi última respuesta, fue algo... increíble, fue hace unos meses. Sabes, aunque tu veas que expreso ésta Verdad como pensamiento, no es así, no se trata de un pensamiento, es mas bien una visión interior. Tu subjetividad es la que únicamente puede percatarse de la superficialidad de ésta Verdad, transformándola en pensamiento ilógico. Pero bueno, a lo que iba. Yo de repente empecé a pensar sobre algunas cosas que había leído, lo que estaba dándo en aquellos momentos en clase de filosofía era Descartes. ¿Sabes?, Descartes era un tipo que ponía en duda todo aquello en lo que pudiese caber la más mínima duda, ponía en duda incluso la existencia de un mundo exterior a nosotros, porque, ¿cómo sabemos que lo que vemos, escuchamos, tocamos... está realmente fuera de nuestra mente? Éste pensamiento me llamó bastante la atención, y recordé un experimento de física cuántica, en el que se demostraba que la materia, al no tener un testigo, al no ser
parte de una conciencia deja de comportarse como materia y pasa a comportarse únicamente como vibraciones, como ondas. También recordé una cuestión de la filosofía ZEN: "¿Sí cae un árbol en medio del bosque, y no hay nadie para escucharlo, qué sonido hace?". Empecé a pensar miles de posibilidades y de formas en las que se relacionaba el mundo con nuestra conciencia. Los términos "conciencia global" y "conciencia individual" resaltaban continuamente en mis pensamientos. Entonces me di cuenta, dije: "Así no voy a averiguar la respuesta". Por lo que me sumí en meditación con esas ideas en mente, pero en lugar de tenerlas de una forma activa, las dejé sueltas, circulando por mi cabeza, de forma pasiva. Entonces ocurrió, ¡lo más asombroso que he experimentado en mi vida!, ¡la respuesta llegó como por magia!. No hay ninguna diferencia entre el mundo "externo" y la conciencia, ¿sabes?, ambas cosas son exactamente lo mismo, son lo que comúnmente llamamos "existencia", pero eso no es todo, también descubrí como la existencia puede ser posible, y es que el Testigo "nulo", ese Ser Incondicional que habita dentro de los seres humanos, ese Ser Incondicional que se encuentra en el centro del Universo y a la vez fuera de él, rodeando la capa de conciencia (como una luz en el centro de una canica que se expande hasta sus límites, por poner un ejemplo simple). Esa "Esencia" que todos SOMOS, es la que da existencia a la existencia, ¿pero cómo lo hace?, lo hace a través de la misma existencia. Éste Ser Incondicional, que se encuentra en lo más profundo de la conciencia a la vez que en su superficie, no es tan solo el Testigo, es la Voluntad, es EL CREADOR DE LA CREACIÓN ETERNA. El Universo es eterno, y Dios es el Universo, y cada uno de nosotros en esencia, ¡ES EL MISMÍSIMO UNIVERSO!, pero Dios no necesita de la existencia para SER, aunque la existencia SÍ que necesita de Dios para existir. Dicho de otra manera, podría decirse que Dios es el corazón del Universo, o mejor dicho, Dios es la "sangre" del Universo. ¡DIOS ES LA VIDA DEL UNIVERSO!
Cuando supe todo ésto, ¡no pude evitar sentir un profundo Amor, por absolutamente Todo!, ¡quería literalmente ABRAZAR al Universo!, ¡no pude evitar que las lágrimas se me soltasen de la profunda e inmensa felicidad que sentí!, y además, no podía parar la risa, ¡estuve un buen rato partiéndome el culo! xD
Ésta fue mi experiencia. Quien se atreva a llamarme loco que lo haga, pero quiero que quien me considere loco sepa que, en realidad... ¡solo está afirmando su propia locura!
Un abrazo!!!