Para compartirlo

Si al pensar existimos, al filosofar comprendemos esa existencia.

Moderador: Arkantos

Notapor Andres » Mié Oct 18, 2006 10:29 am

Una vez le preguntaron al Buda que es lo que a él más le sorprendía de la humanidad. El Buda respondió: "Los hombres, que pierden la salud para juntar dinero, y luego pierden el dinero para recuperarla y que por pensar ansiosamente en el futuro olvidan el presente de tal forma, que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro. Viven como si nunca fuesen a morir, y mueren como si nunca hubiesen vivido".


"Cambiaré de opinión tantas veces y tan a menudo como adquiera nuevos conocimientos. El día que perciba que mi cerebro ha dejado de ser apto para estos cambios dejaré de trabajar.
Compadezco de todo corazón a todos los que después de haber adquirido y expresado una opinión no puedan abandonarla nunca más". (Dicho en 1884)
Florentino Ameghino (1854 -1911)
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Oct 31, 2006 9:28 am

Acrostico

Antes pensaba que tu amor era solo
Misterio, pero entendi que en la vida el
Orden se extiende en dos caras y se
Retroalimenta sea negro o blanco.

De esto pude deducir o mejor pude
Entender que me quieres bueno o malo.

Me deseas o no y nuestra situación siempre es
Imaginación , solo eso y nada mas?.

Verte siempre es un deleite, una
Invitacion a degustar un vino que a veces
Da sabores añejos y otros nuevos que dicen
Amor de mi vida


Andrés
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Oct 31, 2006 9:32 am

A menudo

A menudo, cuando voy paseando por la calle, siento un repentino deseo de dirigirme o de abrazar a cualquier desconocido. Sin embargo, la mayoría de las veces, me reprimo y sigo adelante. Luego me da vergüenza de mí mismo, de mi timidez y mi cobardía y me pregunto porqué: ¿Por qué este miedo a hablarnos, a saludarnos por la calle, a darnos conversación en el colectivo o en el bar? ¿A qué viene este distanciamiento si todos vamos en el mismo barco? ¿Por qué un hombre y una mujer que están solos y sufren prefieren seguir sufriendo antes de decidirse a hablar? No lo comprendo…
Nos comportamos como si tuviéramos algo de que ocultar, como si lo que nos ocurre a nosotros no lo ocurriera de una forma u otra a todos.
Mientras nos tratemos como extraños nos sentiremos cada vez más solos en el mundo, la solidaridad será sólo una palabra y no habrá manera de que nos lleguemos a entender.
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Oct 31, 2006 9:36 am

Hable con su hijo...

No espere tener la seguridad de hacerlo bien, simplemente es necesario que lo intente.
Si lo intenta, su hijo percibirá el mensaje:
que se ocupa de él, que hace un esfuerzo para conocer su mundo, que en algo lo entiende o trata de entenderlo,
que quiere saber sobre los problemas que enfrenta,
que está presente cuando lo necesita,que está abierto a escucharlo, a comprenderlo y a acompañarlo.
Hable con su hijo...
Si usted deja que su hijo sólo escuche las opiniones de los demás, está perdiendo una valiosa oportunidad, la oportunidad de que sienta que usted siempre está de su lado y a su lado.
Cuando usted hable con su hijo sobre sus problemas y los retos de la vida cotidiana, sobre el futuro, sobre la honestidad, sobre la noche, sobre las buenas y las malas compañías, sobre el alcohol o sobre las drogas, podrá parecerle que él no lo escucha.
No lo sienta así, hace un tiempo atrás, fue a usted quien le costó escuchar y aceptar los consejos de sus padres, y es lo mismo que su hijo está haciendo ahora.
Sin embargo, más allá de que sienta que no lo escucha,
sus palabras tienen un peso especial por el simple hecho de que es usted quien le habla.
Siga intentándolo...
Si él no acepta sus palabras ahora, las recordará semanas o meses más tarde, y lo buscará para hablar, y si no es así, cuando pase el tiempo, cuando se enfrente a nuevas dudas, reconocerá que usted estuvo a su lado, que lo quiso ayudar, que lo hizo de la mejor manera que pudo, que quiso compartir, que le importó, y se acercará para conversar nuevamente.
Esté dispuesto a darle siempre una nueva oportunidad, no espere tener la seguridad de hacerlo bien, simplemente es necesario que lo intente.
Siempre que pueda, hable con su hijo...
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Oct 31, 2006 9:42 am

Bienvenido a casa

Al salir de noche casi siempre dejamos una luz encendida, porque es mucho más grato llegar a una casa iluminada que a una oscura.
Supongo que esta costumbre se remonta a la época en que nuestros hijos vivían con nosotros. Al acostarnos, jamás apagábamos todas las luces si alguno de ellos no se encontraba en casa. Y cuando nos despertábamos en la noche, instintivamente buscábamos su resplandor. Si ya no brillaba, quería decir que todos habíamos regresado al hogar sanos y salvos. En todas las casas donde viven adolescentes, la historia se repite: el que se va, y el que espera.
Una luz encendida en la ventana significa que hay alguien esperando o que es esperado, es símbolo del cariño que ilumina el camino del que regresa. La luz encendida significa: “Bienvenido a casa”.


:wink:
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Jue Nov 02, 2006 4:29 pm

No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula. [Pratchett]

“Nunca confíes en ninguna afirmación que empiece diciendo ‘nunca confíes’. Tal afirmación es insegura y por lo tanto no se puede confiar en ella.” [Reverend Verthaine the Goth]

“Dios es un comediante actuando ante una audiencia demasiado asustada como para reir” [Voltaire]

...del mismo modo que la rosa no pierde su fragancia por el hecho de que el naturalista indique los elementos del suelo y de la atmósfera de que se nutre, la personalidad no pierde su aroma, o su hedor, por poner al descubierto sus raíces sociales – Leon Trotski


“Lo importante es difundir la confusión, no eliminarla” [Dalí]

El problema de tener una mente abierta, por supuesto, es que la gente se empeña en llegar y tratar de poner cosas dentro. [Pratchett]

“Por supuesto que la gente no quiere guerra. ¿Por qué querría un pobre granjero arriesgar su vida en una guerra cuando lo mejor que podría sacar es volver a casa en una sóla pieza?. Pero después de todo, son los líderes del país quienes determinan la política, y siempre es una cuestión sencilla arrastrar a la gente ya sea una democracia, una dictadura fascista, o una dictadura comunista. Con o sin voz, la gente siempre puede ser llevada al mandato de los líderes. Es fácil. Todo lo que tienes que hacer es decirles que están siendo atacados, y denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo, y por exponer al país a un peligro mayor. Funciona igual en todas partes.” – Hermann Goering (en Nuremberg)


Ustedes son parte de ese importante segmento que avala la certera ciencia de la estadística:

- “De cada 10 personas, 5 son la mitad”.
- “Según las estadísticas, si mi vecino tiene dos autos y yo no tengo ninguno, los dos tenemos uno”. :D
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Lun Nov 20, 2006 5:23 pm

Y uno de los más viejos de la ciudad dijo: Háblanos de lo Bueno y de lo Malo.

Y él respondió:

Puedo hablar de lo bueno en vosotros, no de lo- malo. Porque, ¿qué es lo malo sino lo bueno torturado por su propia hambre y su propia sed?
En verdad, cuando lo bueno está hambriento, busca ali¬mento aun en cavernas obscuras y, cuando está sediento, bebe hasta dé las aguas muertas.
Sois buenos cuando sois uno con vosotros mismos. Sin embargo; cuando no lo sois, no sois malos.
Porque una casa desunida no es un antro de ladrones; es sólo una casa desunida.
Y un barco sin timón puede vagar sin rumbo entre islotes peligrosos y no hundirse hasta el fondo.
Sois buenos cuando os esforzáis en dar de vosotros mismos. Sin embargo, no sois malos cuando buscáis ganar para vosotros.
Porque, cuando lucháis por obtener, no sois más que una raíz que se prende a la tierra y succiona su seno. Seguramente la fruta no puede decir a la raíz: "Sé como yo, madura y plena y dando siempre de tu abundancia." Porque para la fruta el dar es una necesidad, como el reci¬bir es una necesidad para la raíz.

Sois buenos cuando estáis completamente despiertos en vuestro discurso.
Sin embargo, no sois malos cuando dormís mientras vuestra lengua titubea sin propósito.
Y hasta un vacilante hablar puede fortalecer una lengua débil.

Sois buenos cuando camináis hacia vuestra meta firme¬mente y con pasos audaces.
No sois, empero, malos cuando váis hacia ella cojeando. Aun aquellos que cojean no retroceden.
Pero vosotros que sois fuertes Y veloces, cuidáos de no cojear delante del lisiado, imaginando que'eso es. bondad.

Sois buenos en incontables modos y no sois malos cuando no sois buenos.
Sois solamente indolentes y haraganes.

Es una lástima que los ciervos no puedan enseñar veloci¬dad a las tortugas.

En vuestro anhelo por vuestro yo. gigante reposa vuestra grandeza y ese anhelo se encuentra en todos vosotros.
Pero en algunos de vosotros esa ansia es un torrente que corre con fuerza hacia el mar llevando los secretos de las colinas y las canciones de los bosques.

Y en otros es un hilo de agua que se pierde en ángulos y curvas y se consume antes de alcanzar la playa.
Pero, no dejemos que el que mucho anhela le diga al que anhela poco: "¿Por qué eres tan lento y te detienes tanto?" Porque el que es verdaderamente bueno no pregunta al desnudo "¿dónde están tus vestidos?" ni al desamparado " ¿qué ha ocurrido con tu casa?"

K. Gibran
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Lun Nov 20, 2006 5:24 pm

Sueña aunque el sueño parezca imposible. Lucha aunque el enemigo parezca invencible. Soporta el dolor aunque este sea insoportable. Corre por donde el bravo no osa ir. Transforma el mal en bien aunque tengas que caminar mil millas. Ama lo puro e inocente aunque sea inexistente. Resiste aunque a veces no resistas más. Y al final alcanzarás aquella estrella aunque parezca inalcanzable.
(Daisaku Ikeda )
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Lun Nov 20, 2006 5:27 pm

“Jamás disfrutarás plenamente del mundo mientras no fluya en tus venas el propio
mar, mientras los cielos no se conviertan en tus ropajes, ni las estrellas en tu corona, ni
te percibas como el único heredero del mundo entero y aún más que eso—pues la tierra
está poblada de otros hombres, cada uno de los cuales es, como tú, un heredero único;
[jamás disfrutarás plenamente del mundo] mientras no puedas cantar y hallar deleite y
regocijo en Dios, como los avaros lo encuentran en el oro y los reyes en sus cetros...
mientras que no te hayas familiarizado tanto con los procederes de Dios en todas las
edades como lo estás con tu propio andar y con tu propia mesa; mientras que no
conozcas íntimamente aquella nada sombría de la cual nació el mundo”

(ThomasTraherne en Centuries of Meditations).



Libremente servimos, pues libremente amamos.
Y puesto que está en nuestro poder amar o no
permanecemos firmes en ello o caemos.
Algunos han caído, a la desobediencia han sucumbido,
descendiendo desde el cielo hasta el más hondo infierno.
¡Oh, cuán gran caída, desde tan alto estado de gozo,
a un pesar tan inmenso!

(Milton en su libro El paraíso perdido)



VOY A DESAPARECER ENTRE LA BRUMA...MEJOR SERE BRUMA
YA SABES DONDE ENCONTRARME

Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:19 am

Bueno, ...si habia algo que realmente queria compartir de corazon...aqui les dejo estos dialogos dificiles de tomar a la ligera... :wink:

Lo que “es” está en movimiento trasformándose constantemente

Existe un arte de escuchar. Para escuchar de veras, habría que abandonar o rechazar todos los prejuicios, concepciones previas y formas cotidianas de vivir. Cuando os halláis en un estado mental receptivo, las cosas pueden comprenderse con facilidad; cuando vuestra verdadera atención está puesta en algo escucháis. Pero desgraciadamente, la mayoría de nosotros escucha a través de un filtro de resistencia.

Todo lo filtramos a través de nuestros prejuicios religiosos o espirituales, psicológicos o científicos; así como de nuestros cotidianos deseos, preocupaciones y temores. Todo lo escuchamos a través del filtro. De ahí que en realidad sólo escuchemos nuestro propio ruido, nuestro propio sonido, no lo que se dice. Es en extremo difícil rechazar nuestra educación, nuestros prejuicios, nuestras inclinaciones, nuestra resistencia, e ir más allá de la expresión verbal, escuchar de modo tal que comprendamos al instante. Esta va a ser una de nuestras dificultades.

Si durante esta disertación algo de lo que se dice resulta opuesto a vuestro modo de pensar y a vuestra creencia, escuchad; nada más; no resistáis. Podréis tener razón, y yo podré estar equivocado; pero escuchando y considerando esto juntos, vamos a descubrir qué es la verdad. La verdad no puede dárosla nadie. Tenéis que descubrirla; y para descubrir es preciso que haya un estado mental en el que exista la percepción directa. No hay percepción directa cuando hay una resistencia, una defensa, una protección. La comprensión llega dándose uno cuenta de lo que es. Saber exactamente lo que es, lo real, lo efectivo, sin interpretarlo, sin condenarlo ni justificarlo, es, sin duda, el comienzo de la sabiduría. Cuando empezamos a interpretar, a traducir según nuestro condicionamiento, según nuestros prejuicios, pasamos por alto la verdad. Al fin y al cabo, es como la investigación. Saber lo que una cosa es, lo que ella es exactamente, requiere investigación; no podéis interpretarla según vuestros estados de ánimo. De un modo análogo, si podemos mirar, observar, escuchar, darnos cuenta de lo que es, exactamente, entonces el problema está resuelto. Y eso es lo que procuramos hacer en todas estas disertaciones. Voy a señalaros lo que es, y no a interpretarlo caprichosamente; y tampoco vosotros deberíais interpretarlo según vuestro pasado o vuestra educación.

¿No es posible, entonces, darse cuenta de las cosas tal como son? A partir de ahí, ciertamente, puede haber comprensión. Reconocer, darse cuenta, descubrir lo que es, pone fin a la lucha. Si yo sé que soy mentiroso, ése es un hecho que reconozco y la lucha ha terminado. Reconocer, darse cuenta de lo que uno es, representa ya el comienzo de la sabiduría, el comienzo de la comprensión que os libera del tiempo. Introducir el factor tiempo -no el tiempo en un sentido cronológico sino como medio, como proceso psicológico de la mente- es destructivo y crea confusión.

Podemos, pues, tener comprensión de lo que es, cuando lo reconocemos sin condensación, sin justificación, sin identificación. Saber que uno se halla en cierta condición, en cierto estado, es de por sí un proceso de liberación; pero un hombre que no se da cuenta de su condición, de su lucha, trata de ser diferente de lo que es, lo cual produce hábito. Tengamos presente, entonces, que deseamos examinar lo que es, observar y captar exactamente que es lo existente, sin tendencia alguna, sin darle una interpretación. Se necesita una mente en extremo sagaz, un corazón extraordinariamente flexible, para darse cuenta de lo que es y seguirlo; porque lo que es está en movimiento constantemente, está transformándose constantemente; y si la mente está amarrada a la creencia, al saber, deja de seguir el veloz movimiento de lo que es. Lo que es no es estático, se mueve constantemente, como veréis si lo observáis muy de cerca. Y para seguirlo necesitáis una mente activa y un corazón flexible, algo imposible cuando la mente es estática, cuando está fija en una creencia, en un prejuicio, en una identificación; y una mente y un corazón secos no pueden seguir fácil y velozmente a aquello que es.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:21 am

La creencia ata, la creencia aísla

No se trata de cambiar de creencias, ni de sustituir una por otra, sino de estar enteramente libres de todas las creencias, de forma que uno afronte la vida de un modo nuevo a cada minuto. La verdad, después de todo, está en tener capacidad para afrontar todas las cosas de un modo nuevo, de instante en instante, sin la reacción condicionante del pasado, para que no surja ese efecto acumulativo que obra como barrera entre uno mismo y aquello que es.

Después de todo, una taza sólo es útil cuando está vacía; y una mente repleta de creencias, de dogmas, de afirmaciones y de citas, en realidad no es una mente creativa, y lo único que hace es repetir. Y el huir de ese miedo –de ese miedo al vacío, a la soledad, al estancamiento, a no prosperar, a no triunfar, a no ser algo o alguien- es sin duda una de las razones por las cuales aceptamos las creencias tan ávida y codiciosamente. ¿No es así? ¿Podemos comprendernos a nosotros mismos mediante la aceptación de una creencia? Todo lo contrario. Es obvio que una creencia, política o religiosa, impide la propia comprensión. Obra a modo de pantalla, a través de la cual nos observamos a nosotros mismos. ¿Y podemos observarnos a nosotros mismos sin creencias? Si suprimimos esas creencias –las muchas creencias que uno tiene- , ¿queda algo para observar?. Si no tenemos creencias con las cuales la mente se haya identificado, entonces la mente, sin identificación alguna, es capaz de observarse a sí misma tal cual es, y ahí, ciertamente, está el comienzo de la propia comprensión.

¡Cuántas creencias tenemos! Ciertamente, cuanto más intelectual, cuanto más culta, cuanto más espiritual –si es que puedo emplear esa palabra-, una persona, menor es su capacidad de comprender. Los más reflexivos, los más despiertos, los más alerta, son tal vez los menos creyentes. Eso es porque la creencia ata, la creencia aísla; y eso lo vemos por todo el mundo, tanto en el mundo económico y político como también en el mundo espiritual.

Vosotros sois brahmanes y yo no brahmán; vosotros sois cristianos, yo musulmán, y así sucesivamente. Pero habláis de fraternidad y yo también hablo de la misma fraternidad, amor y paz. La realidad de los hechos es que estamos separados y divididos. El hombre que quiere la paz y desea crear un mundo nuevo, un mundo feliz, no puede aislarse con ningún tipo de creencia.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:23 am

EL DESEO

Para la mayoría de nosotros el deseo es todo un problema: el deseo de propiedad, de posición, de poder, de comodidad, de inmortalidad, de continuidad, el deseo de ser amado, de poseer algo permanentemente, satisfactorio, duradero, algo que esté más allá del tiempo. Ahora bien, ¿qué es el deseo? ¿Qué es eso que nos impulsa, que nos apremia? .... ¿No es el símbolo y su sensación? El deseo es la sensación con el propósito de su logro. ¿Existe el deseo sin un símbolo y su sensación? Evidentemente no. El símbolo podrá ser un cuadro, una persona, una palabra, un nombre, una imagen, una idea que me brinda una sensación que me hace sentir lo que me gusta o me disgusta; si la sensación es agradable, yo deseo lograrlo, poseerlo, aferrarme a su símbolo y continuar con ese placer, De vez en cuando, según mis inclinaciones y fuerzas, cambio el cuadro, la imagen, el objeto. Ya estoy harto, cansado y aburrido de una única forma de placer; busco, pues, una nueva sensación, una nueva idea, un nuevo símbolo. Rechazo la vieja sensación y me abro a una nueva, con nuevas palabras, nuevos significados, nuevas experiencias. Resisto a lo viejo y me rindo a lo nuevo, que considero superior, más noble, más satisfactorio.

Cuando me doy cuenta de toda esta estructura del deseo, veo cómo mi mente se ha convertido en un centro muerto, en un proceso mecánico de la memoria. Al cansarme de un deseo, automáticamente quiero encontrar satisfacción en otro. Mi mente experimenta siempre en términos de sensación, es el instrumento de la sensación. Al aburrirme con una determinada sensación, busco una sensación nueva que podría ser lo que llamo “realización de Dios”; pero esto sigue siendo una sensación. Estoy harto de este mundo y sus afanes, y deseo la paz, una paz que sea eterna; así es que medito, domino mi mente y la disciplino a fin de experimentar esta paz. La experiencia de esa paz sigue siendo una sensación. Mi mente, pues, es el instrumento mecánico de la sensación, de la memoria, un centro muerto desde el cual yo actúo y pienso. Los objetos que persigo son las proyecciones de la mente en forma de símbolos, de lo cual obtengo sensaciones. La palabra “Dios”, la palabra “amor”, la palabra “comunismo”, la palabra “democracia”, la palabra “nacionalismo”, todas ellas son símbolos que despiertan sensaciones en la mente, y por lo tanto la mente se aferra a ellas. Como vosotros y yo sabemos, toda sensación termina, y así pasamos de una sensación a otra; y cada sensación fortalece el hábito de buscar más sensaciones. Así la mente se convierte en un mero instrumento de sensación, de memoria y estamos atrapados en este proceso. Mientras la mente esté buscando más experiencias, sólo podrá pensar en función de la sensación, y a toda vivencia que sea espontánea, creativa, vital o sorprendentemente nueva, la reducirá en seguida a una sensación, y perseguirá esta sensación que entonces se volverá un recuerdo. La experiencia, por lo tanto, es algo muerto, y la mente pasa a ser sólo el agua estancada del pasado.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:24 am

¿Puede el pensamiento resolver nuestros problemas?

El pensamiento nunca ha resuelto nuestros problemas, ni creo que jamás los resuelva. Hemos confiado en el intelecto para encontrar la salida de nuestras complejidades. Cuanto más astuto, repugnante y sutil es el intelecto, mayor es la variedad de sistemas, teorías e ideas. Y las ideas no resuelven ningún problema humano; ni lo han hecho, ni lo harán jamás. En la mente no está la solución; la senda de pensamiento no es, evidentemente, la vía de salida de nuestras dificultades. Y nosotros, a mi entender, deberíamos comprender en primer lugar el proceso del pensar y luego, tal vez, ir más allá, pues cuando el pensamiento cese, quizá nos será posible hallar algo que nos ayude a resolver nuestros problemas, no sólo los individuales, sino también los colectivos.

El pensamiento no ha resuelto nuestros problemas. Los intelectuales, los filósofos, los eruditos o los dirigentes políticos no han resuelto en realidad ninguno de los problemas humanos, es decir vuestras relaciones con los demás, o incluso conmigo mismo. Hasta ahora nos hemos validado de la mente y del intelecto para ayudarnos a investigar el problema y así poder hallar una solución ¿Podrá el pensamiento resolver nuestros problemas? No es el pensamiento, salvo en el laboratorio o en el tablero del dibujante, siempre un protector y un perpetuador de sí mismo? ¿No está siempre condicionado? ¿No es egocéntrica su actividad? ¿Y podrá alguna vez resolver cualquiera de los problemas que él mismo ha generado? ¿Puede la mente que ha creado estos problemas resolver lo que ella misma ha creado?

Lo cierto es que el pensar es una reacción. Si os hago una pregunta, respondéis a ella; respondéis según vuestra memoria, vuestros prejuicios, vuestra educación, el cima, el trasfondo de vuestros condicionamientos. Según sea todo eso, así contestáis y así pensáis. El centro de este trasfondo es el “yo” en su proceso de acción. Mientras no se comprenda este trasfondo, mientras este proceso del pensar, este “yo” que crea el problema, no sea comprendido y no se le ponga fin, tendremos forzosamente conflicto dentro y fuera de nosotros mismos, en los pensamientos, en las emociones y en las acciones. Ninguna solución de ningún tipo, por inteligente que sea y bien pensada que esté, podrá nunca dar fin a los conflictos entre los hombres, entre vosotros y yo. Y al comprender esto, al darnos cuenta de cómo y de qué fuente surge el pensamiento, formulamos la pregunta: ¿puede detenerse el pensamiento?

Éste es uno de los problemas, ¿verdad? ¿Puede el pensamiento resolver nuestros problemas? ¿Pensando en el problema, lo habéis resuelto? ¿Los problemas de cualquier tipo –económicos, sociales o religiosos- los ha resuelto alguna vez el pensamiento? En nuestra vida diaria cuanto más pensáis en un problema, tanto más complejo, irresoluble e incierto se vuelve. ¿No es eso así en la realidad de nuestra vida diaria? Puede que, al reflexionar sobre ciertos aspectos del problema, veáis con más claridad el punto de vista de otra persona, pero el pensamiento no puede ver la totalidad y la plenitud del problema, sólo puede ver parcialmente, y una respuesta parcial no es una respuesta completa y, por lo tanto, no es una solución.

Cuanto más pensamos en un problema, cuanto más lo investigamos, analizamos y discutimos, tanto más complejo se vuelve. ¿Es entonces, posible observar el problema en su total amplitud? ¿Cómo es eso posible? Porque ésa, a mi entender, es nuestra principal dificultad. Nuestros problemas se multiplican , hay inminente peligro de guerra y toda clase de perturbaciones en nuestra vida de relación. ¿Cómo podremos comprender todo esto de una manera total? Es evidente que tan sólo se podrá resolver cuando lo podamos observar como un todo, no en compartimientos, ni dividido. ¿Y cuándo es posible esta observación? Sin duda alguna sólo es posible cuando el proceso de pensar, que tiene su origen en el “yo”, en el ego, en el trasfondo de la tradición, del condicionamiento, del prejuicio, de la esperanza, de la desesperación, llega a su fin. ¿Podemos, pues, comprender este “yo”, no analizándolo, sino viéndolo tal como es, dándonos cuenta de él como un hecho y no como una teoría? No se trata de buscar la disolución del “yo” a fin de lograr un resultado, sino de ver la actividad del ego, del “yo”, constantemente en acción. ¿Podemos observarlo sin hacer esfuerzo alguno para destruirlo ni para alentarlo? Éste es el problema, ¿verdad? Lo cierto es que si el centro del “yo” deja de existir en cada uno de nosotros, con su deseo de poder, de posición, de autoridad, de continuación, de conservación propia, ¡nuestros problemas habrán terminado!

El “yo” es un problema que el pensamiento no puede resolver. Debe haber una percepción que no sea del pensamiento. Darse cuenta, sin condenación ni justificación, de las actividades del “yo”, sólo darse cuenta, es suficiente. Porque si estáis alerta con el fin de descubrir cómo resolver el problema para transformarlo, para producir un resultado, entonces todo sigue estando dentro del campo del ego, del “yo”. Mientras buscamos un resultado, bien sea con el análisis, con el estar alerta, con el examen constante de cada pensamiento, seguiremos dentro del campo del pensamiento, es decir, dentro del campo del “yo”, del ego o como queráis llamarlo.

Mientras exista la actividad de la mente, sin duda alguna no puede haber amor. Cuando haya amor no tendremos problemas sociales. Pero el amor no es algo que podamos adquirir. La mente puede tratar de adquirirlo, como se adquiere una idea nueva, un nuevo artilugio o una nueva manera de pensar; pero la mente no puede hallarse en estado de amor mientras el pensamiento esté empeñado en lograr el amor. Mientras la mente trate de situarse en un estado de no codicia”, sin duda alguna seguirá siendo codiciosa, ¿verdad? De un modo análogo, mientras la mente anhele, desee o practique para lograr un estado en el que haya amor, con toda seguridad lo que será es una negación de ese estado, ¿no es verdad?

Cuando vemos este problema tan complejo de la vida y nos damos cuenta del proceso de nuestro propio pensamiento y comprendemos que en realidad no conduce a ninguna parte, cuando lo vemos con toda claridad, entonces ciertamente hay un estado de inteligencia que no es ni individual ni colectivo. Entonces el problema de las relaciones del individuo con la sociedad, con la comunidad o con la realidad cesa, porque entonces hay sólo inteligencia, que no es ni personal ni impersonal. Y únicamente esta inteligencia, a mi entender, es la que puede resolver nuestros enormes problemas. Y esto no puede ser un resultado; tan sólo surge cuando comprendemos este proceso total del pensamiento íntegramente, no sólo en el nivel consciente sino también en los más profundos y ocultos niveles de la conciencia.

Para comprender cualquiera de estos problemas debemos tener una mente muy tranquila, muy serena, para que pueda observar el problema sin interponer ideas ni teorías, sin ninguna distracción. Y ésa es una de nuestras dificultades, porque el pensamiento se ha convertido en una distracción. Cuando deseo comprender o examinar algo, no tengo que pensar en ello: lo observo. En el momento en que me pongo a pensar, a tener ideas y opiniones sobre el asunto, ya me hallo en un estado de distracción, desvío la atención de aquello que debo comprender. Así, cuando tenéis un problema, el pensamiento en forma de idea, opinión, juicio o comparación, se convierte en una distracción que nos impide observar y así comprender o resolver el problema. Desgraciadamente, para la mayoría de nosotros el pensamiento ha adquirido una gran importancia. Preguntáis: “¿cómo voy a existir sin pensar? ¿Cómo voy a tener la mente en blanco? Tener la mente en blanco es encontrarse en un estado de estupor, de idiotez, o como lo queráis llamar, y vuestra reacción instintiva es rechazarlo. Pero una mente silenciosa, una mente que no está distraída por su propio pensar, una mente abierta puede observar el problema de un modo directo y muy simple. Y esta capacidad de observar sin distracción nuestros problemas es la única solución. Para ello tiene que estar la mente silenciosa y tranquila.

Una mente así no es un resultado, no es el producto final de alguna práctica, meditación o forma de control. No surge tras ningún tipo de disciplina, compulsión o sublimación, ni por esfuerzo alguno del “yo”, del pensamiento; surge cuando comprendo todo el proceso del pensar, cuando puedo ver un hecho sin ninguna distracción. En este estado de tranquilidad de la mente, que está realmente en silencio, hay amor. Y el amor es lo único que puede resolver todos nuestros problemas.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:26 am

Cuando el intelecto no interviene puede surgir el amor

Cuando observéis vuestro propio pensar, veréis que es un proceso aislado y fragmentario. Pensáis según vuestras reacciones, las reacciones de vuestra memoria, de vuestra experiencia, de vuestro conocimiento, de vuestra creencia. Ante todo eso reaccionáis.

¿Cómo podéis detener el pensamiento? O más bien, ¿cómo se detendrá el pensamiento que es aislado, fragmentario y parcial? ¿Cómo empezar? ¿Lo destruirá eso que llamáis disciplina? Es evidente que han pasado muchos años y no lo habéis logrado; de no ser así, no estaríais aquí. Debéis examinar el proceso disciplinario que es tan sólo un proceso del pensamiento en el que hay sujeción, represión, control, dominación, todo lo cual afecta al inconsciente, que se impone más tarde, a medida que envejecéis. Habiendo ensayado en vano la disciplina durante tanto tiempo, debéis haber visto que la disciplina, evidentemente, no es el proceso para destruir el “yo”. El “yo” no puede ser destruido mediante la disciplina, porque la disciplina es un proceso de fortalecimiento del “yo”.

Sin embargo, todas vuestras religiones la defienden; todas vuestras meditaciones, vuestras afirmaciones, se basan en eso. ¿Destruirá al “yo” el conocimiento? ¿Lo destruirá la creencia? En otras palabras: todo lo que actualmente hacemos, todas las actividades en que hoy estamos empeñados para llegar hasta la raíz del “yo”, ¿Producirán buenos resultados? ¿No es todo eso de una inutilidad absoluta dentro de un proceso de pensamiento que es un proceso de aislamiento, un proceso de reacción?

¿Os dais cuenta de este hecho? Cuál es el estado de la mente que dice “es así”, “ése es mi problema”, “he ahí exactamente mi situación”, “ya veo lo que el conocimiento, la disciplina y la ambición pueden hacer”? A buen seguro que, si veis todo esto, es que ya se está desarrollando un proceso diferente.

Podemos ver los caminos por los que discurre el intelecto, pero no así los del amor; la senda del amor no puede hallarse a través del intelecto. El intelecto con todas sus ramificaciones, con todos sus deseos, ambiciones, empeños, debe cesar para que el amor surja. ¿No sabéis que cuando tenéis amor, estáis cooperando y no pensáis en vosotros mismos? Esa es la forma más elevada de inteligencia, no el que améis como un ser superior o el que estéis en buena posición, lo cual no es sino miedo. Cuando están ahí vuestros intereses creados, no puede haber amor; sólo existe el proceso de explotación que nace del miedo. Así pues, el amor sólo puede surgir cuando la mente no interviene. Por lo tanto debéis comprender todo el proceso y la función de la mente.
Sólo cuando sabemos amarnos los unos a los otros puede haber cooperación, puede funcionar la inteligencia y puede haber acuerdo sobre cualquier cuestión. Sólo entonces resulta posible descubrir qué es Dios, qué es la verdad. Sin embargo procuramos hallar la verdad a través del intelecto y la imitación, lo cual es idolatría. Sólo cuando descartáis completamente, gracias a la comprensión, toda la estructura del “yo”, adviene aquello que es eterno, atemporal, inconmensurable. No podéis ir a ello; ello viene a vosotros.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

Notapor Andres » Mar Dic 05, 2006 8:27 am

LA SOLEDAD

¿Qué entendemos por soledad? Es una sensación de vacío, de no tener nada, de estar extraordinariamente inseguros, sin puerto donde anclar. No es desesperación ni falta de esperanza, sino una sensación de vacuidad, de vacío, y de frustración. Estoy seguro de que hemos sentido esto, tanto los felices como los desdichados, tanto los muy activos como los que tienen el vicio de saber. Todos conocemos esto. Es una sensación de dolor real e inextinguible, un dolor que no se puede disimular aunque lo intentemos.

Abordemos este problema de nuevo para ver qué es lo que realmente ocurre, para ver qué hacéis cuando sentís esta soledad. Tratáis de esquivar vuestra sensación de soledad, intentáis evitarla con un libro, seguís a algún líder, o vais al cine, o socialmente os volvéis extraordinariamente activos, u os dedicáis al culto y la oración, o pintáis un cuadro, o escribís un poema sobre la soledad. Esto es lo que de hecho ocurre. Al daros cuenta de la soledad, del dolor que la acompaña, del temor extraordinario e insondable que provoca, buscáis una evasión, y esa evasión llega a ser más importante; y por lo tanto, vuestras actividades, vuestros conocimientos, vuestros dioses, vuestras radios, todo ello os resulta importante, ¿no es así? Cuando dais importancia a valores secundarios, éstos os llevan a la desdicha y al caos; los valores secundarios son inevitablemente los valores materialistas, y la civilización moderna, que se basa en esto, os brinda estas evasiones: evasión mediante vuestro trabajo, vuestra familia, vuestro nombre, vuestros estudios, la pintura, etcétera; toda nuestra cultura está basada en esta evasión; nuestra civilización se funda en ella, y esto es un hecho.

¿Habéis tratado alguna vez de estar solos? Cuando lo intentéis veréis cuán extraordinariamente difícil es y cuan extraordinariamente inteligentes debemos ser para estar solos, porque la mente no nos dejará estar solos. La mente se vuelve inquieta, se afana en buscar evasiones, ¿qué podemos hacer, pues? Tratamos de llenar este extraordinario vacío con lo conocido. Descubrimos cómo estar activos, cómo ser sociables; sabemos estudiar, escuchar la radio. Llenamos esto que no conocemos con lo que conocemos. Intentamos llenar este vacío con diversas clases de conocimientos, relaciones o cosas. ¿No es así? Ese es nuestro proceso, ésa es nuestra existencia. Ahora bien, cuando os dais cuenta de lo que hacéis, ¿seguís creyendo que podéis llenar ese vacío? Habéis probado todos los medios para llenar ese vacío de soledad. ¿Lo habéis logrado? Lo habéis intentado con el cine, sin éxito, y por eso seguís a vuestros gurus o a vuestros libros, u os volvéis muy activos socialmente. ¿Habéis conseguido llenar el vacío, o simplemente lo habéis ocultado? Si sólo lo habéis ocultado, ahí sigue; por lo tanto volverá. Si sois capaces de evadiros del todo, entonces vais a parar a un manicomio u os volvéis extremadamente sensibles. Esto es lo que está ocurriendo en el mundo.

¿Es posible llenar esta vacuidad, este vacío? Si no lo es, ¿podemos huir de él, escaparnos? Si hemos experimentado y visto que esta evasión carece de valor, ¿no carecen acaso de valor todas las otras evasiones? Es indiferente que llenéis el vacío con esto o con aquello. La llamada meditación es también escapatoria. Poca importa que cambiéis vuestro medio de evasión.

Entonces, ¿cómo sabréis qué hacer con esta soledad? Sólo podréis saberlo cuando hayáis dejado de evadiros. ¿No es así? Cuando estéis dispuestos a enfrentaros con lo que es –lo cual significa que no debéis recurrir a la radio, y que debéis volver la espalda a la civilización-, entonces aquella soledad se acabará, porque ha sufrido una completa transformación. Ya no es soledad. Si comprendéis lo que es, entonces lo que es es lo real. Como la mente está continuamente evitando, evadiéndose, rehusando ver lo que es, crea sus propios obstáculos. Como tenemos tantos obstáculos que nos impiden ver, no comprendemos lo que es y por lo tanto nos alejamos de la realidad; todos estos obstáculos han sido creados por la mente para no ver lo que es. El ver lo que es no sólo requiere buena dosis de capacidad y comprensión de la acción, sino que también significa volver la espalda a todo lo que habéis acumulado: vuestra cuenta bancaria, vuestro nombre y todo aquello que llamáis civilización. Cuando veáis lo que es, veréis cómo se transforma la soledad.

JK
Andres
Divino
Divino
 
Mensajes: 1587
Registrado: Lun Dic 05, 2005 3:01 pm

AnteriorSiguiente

Volver a Filosofía

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 9 invitados



cron