por Gabriel Garcia » Jue Ene 20, 2005 12:16 pm
Bueno, espero no incomodar demasiado este hilo del post con mi aportación. Es parte de mi libro, en este caso el asunto es el del capítulo 1, el génesis. Ahí va.
SOLO PIDO QUE SI REPRODUCÍS TOTAL O PARCIALMENTE BLA BLA BLA ESTE ESCRITO, PONGÁIS EL AUTOR (GABRIEL GARCIA) Y LA FUENTE, FOROS DE MYSTERY PLANET. LO DIGO POR LOS LAMERS QUE SOLO ENTRAN A COPIAR Y PEGAR EN OTROS LUGARES COMO SI EL TRABAJO FUESE SUYO.
Gran parte del Libro del Génesis fue escrito originalmente entre los siglos X y IX aC. Al contrario de lo que pueda pensarse, contiene no una sino dos versiones de la creación, y la divinidad adquiere tres nombres distintos. Éstos son Elohim, Yahvé y Shaday.
Hasta Génesis 2:3, el creador es llamado “Elohim”. En el versículo 4 adopta por adición “Yahvé”, en concreto “Yahvé Elohim”. Si no comprende el idioma hebreo o no dispone de una Torah transliterada, lo verá traducido como “Yahvé Dios”. Se ha podido comprobar la existencia de varias corrientes redactoras separadas en el tiempo, y paradójicamente la más tardía fue la que incorporó las primeras partes del Génesis. La fuente yahvista es la más antigua de todas y la que dio comienzo a la plasmación por escrito de los textos, en torno al siglo X o IX aC, como ya se dijo anteriormente. La elohista (que llama “Elohim” a Dios) está datada del siglo VIII aC; la deuteronómica (llamada así por ser la autora del libro del Deuteronomio) un siglo después y la sacerdotal aproximadamente hacia la VI centuria aC. Todas ellas alteraron la forma original del texto, que comenzó su andadura bajo los auspicios yahvistas. Evidencias arqueológicas fijan como máximo hacia el 1.100 aC la antigüedad de algunas de estas tradiciones como documentos escritos, y sirvieron de base para la redacción de los textos que hoy conocemos.
Sin embargo, tan sólo Génesis, Éxodo, Levítico y Números son anteriores al siglo VI aC., y no completamente puesto que fueron posteriormente retocados. A partir del Deuteronomio estamos ante una serie de libros redactados después de la deportación judía a Babilonia. Y fue precisamente en esta época cuando el Génesis entre otros sufre sus primeras modificaciones, debido a la gran cantidad de información que de mano de los babilónicos, cayó en manos de los judíos. No es posible reconstruir qué partes existían, y cuáles no, pero se acepta que hasta Esdras, que unió todo lo existente en el siglo V aC, les dio forma final.
La primera contradicción importante que encontramos en el Génesis es que Dios crease la luz (Gen. 1:3) antes que las estrellas (Gen. 1:14). Pero para la verdadera comprensión de la trama bíblica hemos de trasladarnos a la biblioteca del rey asirio Assurbanipal (669-627 aC), que presumía de tener la más grande colección de tablillas escritas en cuneiforme “incluso de antes del Diluvio”. Entre ellas se encontraba el Enuma Elish, “Cuando en las alturas…”, un documento antiquísimo, y algunos originales antecedían a Assurbanibal en más de mil años. Se sabe, asimismo, que probablemente era copia de uno mucho anterior sumerio, puesto que fueron encontrados retales de estudio en las escuelas de Súmer, escritas por los propios alumnos. El Enuma Elish original fue escrito entre el 1700 aC y el 1800 aC.
La versión de la mencionada biblioteca está escrito en lengua asiria sobre 7 tablillas de arcilla en cuneiforme (llamada así por la forma de cuñas y líneas de sus caracteres). Tanto los acadios como los babilonios estuvieron íntimamente relacionados con la cultura sumeria, y sus imperios ocuparon los mismos lugares geográficos aunque tuvieron mayor o menor magnitud. El poema, como ocurre con otros muchos textos similares, es llamado así por las dos primeras palabras con las que comienza: “Cuando en las alturas…”. En torno al comienzo del primer milenio aC se leía en la festividad llamada Akitu, donde se daba gloria al dios nacional Marduk, supuestamente el hijo del Ea acadio, o Enki sumerio, el “Señor de la Tierra”. Estas tres culturas eran claramente politeístas.
Los 7 días del Génesis y las 7 tablillas de arcilla son el primer indicio que validan la teoría del plagio.
He aquí uno de los muchos ejemplos:
Génesis 2:5
“No había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado aún”
Enuma Elish
“No había creado aún ningún campo, ningún pantano había aparecido aún”
Curiosamente esta afirmación de Génesis 2:5, una alusión a un texto muy anterior, tiene lugar justo al iniciarse la versión yavista, es decir a partir de Génesis 2:4. En realidad el texto original bíblico debió comenzar originalmente justo en este punto. Por lo tanto, y sabiendo que el nombre de la deidad hasta este versículo es “Elohim”, podemos afirmar sin riesgo a equivocarnos que lo narrado entre Génesis 1:1 y Génesis 2:3 fue escrito en torno al siglo VIII aC. Se puede comprobar cómo, tras narrar la creación del mundo y del hombre, a partir de Génesis 2:4 (versión yavehísta) se comienza de nuevo con la creación y con Adán y Eva. Dos sucesos idénticos, narrados por duplicado.
Examinemos con la siguiente tabla algunos aspectos del Génesis para demostrar que el texto fue alterado en épocas tardías, especialmente durante la deportación de los judíos a Babilonia, teniendo en cuenta que el relato del Génesis describe los tiempos anteriores al 4000 aC, según las cifras dadas por el mismo libro:
Versículos 1-11 : Estos capítulos fueron incorporados más tardíamente, porque el hebreo usado es el estándar y no el paleo-hebreo de los posteriores.
Génesis 10, Tabla de las Naciones: Las ciudades nombradas no existían en tiempos de Abraham. En el versículo 11 se menciona a Nínive, que fue la capital de Asiria bajo Senaquerib (705-681 aC). Lo mismo sucede con Calah. En el versículo 14 se menciona a los filisteos que no existieron en Canaán hasta el siglo XIII.
Génesis 11:28, Abraham: Los “caldeos” no fueron llamados así hasta el período neobabilonio, es decir que los judíos lo conocieron de esta forma durante la deportación.
Génesis 14:14, Se menciona a la ciudad de Dan, pero ésta fue llamada Laish hasta que durante el tiempo de los jueces, cuando la tribu de Dan llegó allí, según Jueces 18:29.
Génesis 21:22, La ciudad de Beersheba no existió hasta la Edad del Hierro, en torno al siglo X aC
Génesis 21:32-34, Se nombran nuevamente a los filisteos, casi mil años antes de su existencia.
Génesis 47:11, Se menciona a Ramsés, pero éste no fue faraón hasta el siglo XIII aC.
El Génesis está repleto de alusiones al Enuma Elish y otros textos más anteriores acadios y sumerios. El “abismo sobre las aguas” representa al caos inicial en Génesis 1:2. La palabra hebrea usada para “abismo” es “Tehom”, mientras que en el Enuma Elish el caos es personalizado por “Tiamat”, un monstruo que fundió sus “aguas” con el Apsu primitivo. Incluso en el libro de Job se le nombra como “la altiva”, un monstruo acuoso a veces traducido como “Leviatán” al que Dios partió en dos, exactamente igual que hizo Marduk, protagonista del Enuma Elish, con Tiamat: partirla en dos.
Durante el primer día estaba Elohim sobre las “aguas del abismo” (Tehom), y en la primera tablilla Tiamat, la “madre de las aguas de la vida” y el Apsu mezclan sus aguas. El hombre fue creado según el Génesis en el día sexto, y en el Enuma Elish se cuenta este proceso en su sexta tablilla. En el séptimo, Dios descansó, y en el poema babilonio la séptima tablilla se dedica al regocijo de la obra.
Basta echar un vistazo a ambos textos para comprobar el Génesis es una copia acomodada del Enuma Elish.
La creación del hombre es otro caso idéntico:
Génesis 2:7
“Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente”
En los relatos sumerios de la creación del hombre, el dios Enki, su madre Nammu y la diosa Ninti crean al hombre con “arcilla” (“adamtu”, en acadio es el origen del bíblico Adam), y le insuflan la “esencia” de un dios. Ninti significa literalmente “Dama de la Vida” o “Dama de la Costilla”, en un doble juego de palabras muy propio de las lenguas antiguas debido a su reducido vocabulario. Aquí, por tanto, tenemos el relato de la creación de Eva a partir de una “costilla” de Adán, claro que subordinando a la mujer, muy propio de las creencias religiosas monoteístas.
Un texto conocido como “Enki y Ninharsag” aporta grandes pruebas de que el autor del Génesis usó estas leyendas como inspiración. Como es habitual, los nombres de dioses y diosas vuelven a entremezclarse, resultando sus correspondencias distintas a las de otros textos y demostrando el caos ideológico inicial de las culturas mesopotámicas. Nos cuentan las tablillas sumerias que el dios Enki, por entonces amante de la mencionada diosa, va sucesivamente apareándose con sus hijas, sus nietas, etc…, en ausencia de Ninharsag que por razones de su responsabilidad divina se encuentra fuera de la ciudad. Las parientes de Enki van dando a luz sucesivamente “como aceite de enebro”, es decir, suavemente y sin dolor, como originalmente sucedía según Génesis 3:16. El lugar donde se daba esta circunstancia era el Dilmun, donde según el texto no existía la enfermedad, ni la desgracia, ni el “dolor de cabeza”, es decir un paraíso como el Edén bíblico. Éste estaba situado al sudoeste de Persia (actual Irán), es decir “al oriente” (Génesis 2:8). Los babilonios lo llamaban “e-din”, “hogar puro”. Como gran experto en sistemas de regadíos y pantanos, Enki se encargaba de regar el Dilmun, tal y como se expresa en Génesis 2:6 “Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo”.
La diosa Ninharsag, furiosa por las aventuras sexuales de Enki, se las ingenia para envenenarlo a través de una serie de ocho plantas y arbustos. Enki va preguntando a su sirviente, Isimud, cuál es el nombre de cada una de ellas y procede a degustarlas. De ahí, probablemente, se extrajo el relato de la caída del hombre a causa del árbol del conocimiento. No obstante el sentido bíblico de este árbol, por degeneración filosófica, es evidentemente más sexual que otra cosa.
Enki va contestando a las preguntas de Ninharsag, en su estado agonizante:
-Hermano mío, ¿dónde te duele?
-Mi brazo me duele.
-A la diosa Azimua he dado a luz para ti.»
-Hermano mío, ¿dónde te duele?
-Mi costilla me duele.
-A la diosa Ninti he dado a luz para ti
La diosa Ninti, “Dama de la Costilla” o “Dama de la Vida”, es creada por Ninharsag para Enki. Y aquí, nuevamente, tenemos el relato de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán. En Súmer eran muy comunes los relatos contradictorios entre sí, por lo que no es raro encontrar extrapolado al Antiguo Testamento ese defecto teológico.
El uso de la serpiente como simbolismo del mal cuadra perfectamente con el hecho de que era idolatrada y venerada por los cananeos, y usada en sus muchos ritos.
Por su parte, el relato de Caín y Abel muestra el asesinato del dios sumerio Dumuzid, Dios del Pastoreo, como Abel, siendo su significado “Hijo legítimo”. Esta constante se repite en muchas mitologías, como la griega o la Egipcia, donde Set mató a Osiris. Existen siete textos sumerios que fueron fuente de inspiración bíblica para el conflicto Caín-Abel, entre los que se destacan “El Ganado y el Grano”, “El verano y el invierno” y “Inanna cortejada”. El primero de ellos nos cuenta lo siguiente:
En aquellos tiempos, en la «sala de creación» de los dioses,
en su mansión Duku, fueron formados Lahar y Ashnan.
[…]
En esta época, Enki dijo a Enlil:
«Padre Enlil: A Lahar y Ashnan,
que han sido creados en el Duku,
hagámosles descender del Duku.»
Para Lahar, Enlil y Enki construyeron una granja;
de plantas y hierbas en abundancia le hicieron presente;
para Ashnan instalaron una casa;
de un arado y de un yugo le hicieron presente
Después de ello, ambos se enfrentan y los dioses Enki y Enlil tienen que mediar. Es la primera batalla pastor-agricultor, que se resuelve con la victoria de Ashnan, la agricultora, como lo era Caín.
Según otro de estos relatos, concretamente “El verano y el invierno”, de gran extensión, Enlil promulgó un decreto de designación de funciones, y creó a los hermanos Emesh (verano) y Enten (invierno). Al ir ambos a presentar ante Enlil sus ofrendas, discuten entre ambos acerca de cuál de ellas es la mejor. En ambos relatos, el ganador es el agricultor (Ashnan y Enten, respectivamente), al igual que ocurrió con Caín que terminó victorioso al matar a su hermano Abel.
Y nuevamente, como tercer relato de los siete en total que comentan estas disputas entre agricultor y pastor, tenemos “Inanna cortejada”. Al contrario de lo que se piensa sobre los amoríos entre la diosa y el pastor Dumuzid, ésta se resistió bastante. Utu, el dios solar llamado en acadio Shamash, intenta convencerla para que acepte a éste por esposo:
Su hermano, el héroe, el guerrero Utu,
Dijo a la santa Inanna:
«¡Oh, hermana mía, deja que el pastor se case contigo!
¡Oh, virgen Inanna!, ¿por qué te niegas a ello?
Su crema es buena, su leche es buena.
Todo lo que el pastor toca con su mano resplandece.
¡Oh, Inanna, deja que el pastor Dumuzi se case contigo!
¡Oh, tú, adornada de alhajas!, ¿por qué te niegas a ello?
Él comerá su buena crema contigo.
¡Oh, protectora del rey!, ¿por qué te niegas a ello?»
Pero ella, rechazando de plano esta posibilidad, confirma que sus pretensiones son para Enkimdu, el agricultor:
El pastor no se casará conmigo.
No me envolverá con su manta nueva,
Su hermosa lana no me cubrirá.
El que se casará conmigo, doncella que soy, será el labrador,
El labrador que hace crecer las plantas en abundancia.
El labrador que hace crecer el grano en abundancia...
Dumuzid, por su parte, entra en comparaciones:
El labrador, más que yo, el labrador, más que yo,
¿qué tiene el labrador más que yo?
Aunque el talante de Enkimdu era pacífico, el hecho de que finalmente Dumuzid convenciese a Inanna no le sentó nada bien:
Hacia el pastor, andando de un lado a otro de la orilla,
Hacia aquel que es pastor, el labrador se dirigió.
En su campiña, el pastor, en su campiña,
empieza a disputar con él.
El paralelismo con Caín y Abel es, una vez más, evidente. Todos estos textos darían origen al relato bíblico, puesto que son evidentemente anteriores y nos cuentan las mismas historias. Posteriormente, Dumuzid y Enkimdu se reconciliarían e incluso el primero invitaría al segundo a la boda. Sin embargo, como ya se dijo, el relato de la muerte de Dumuzid antes de ésta inspiraría el asesinato narrado en el Génesis. Los restantes cinco textos no han sido traducidos aún, con lo cual la historia aún mantiene en vilo a muchos sumerólogos.
La ciudad que construyó Caín, a la que le puso el nombre de su hijo Henoc, parece corresponderse según algunas evidencias arqueológicas con Erek, que primitivamente fue llamada Unuk o Unu-ki. Si observamos, por otra parte, los nombres de los descendientes de Caín y los de Set, vemos los mismos personajes en función a su denominación.
Existen multitud de tablillas sumerias que guardan enormes paralelismos con los relatos bíblicos. Fueron éstas, además, fuente de inspiración para acadios y babilonios, sirviendo estos últimos principalmente de enlace con el pueblo judío. Un ejemplo lo tenemos en el relato del “Job” sumerio, encontrado en Nippur y datado aproximadamente de 1.000 años antes que el texto bíblico:
Dios mío: El día brilla luminoso sobre la tierra;
para mí el día es negro.
[…]
Las lágrimas, la tristeza, la angustia y la desesperación
se han alojado en el fondo de mí.
[…]
La mala suerte me tiene en sus manos, se lleva el aliento de mi vida.
La fiebre maligna baña mi cuerpo...
Dios mío, oh, Tú, padre que me has engendrado,
levanta mi rostro.
[…]
¿Cuánto tiempo me abandonarás,
me dejarás sin protección?
[…]
¿Cuánto tiempo me dejarás sin apoyo...?
Tal y como sucede en el libro de Job, el lamento del desgraciado es oído por los dioses:
El hombre …. su dios prestó oídos
a sus amargas lágrimas y a su llanto;
El joven … sus quejas y lamentos
ablandaron el corazón de su dios:
Las palabras virtuosas, las palabras sinceras pronunciadas por él,
su dios las aceptó.
Igualmente sucede con los Proverbios, escritos en tablillas escritas en torno a la mitad del segundo milenio antes de Cristo:
Estamos condenados a morir; gastemos, pues.
Viviremos aún muchos años; economicemos, pues”
“La cebada temprana prosperará - ¿qué sabemos nosotros?
La cebada tardía prosperará - ¿qué sabemos nosotros?”
“Quien edifica como un señor, vive como un esclavo;
Quien edifica como un esclavo, vive como un señor”
“El Estado cuyo armamento sea débil
No podrá alejar al enemigo de sus puertas”
“Tú puedes tener un amo, tú puedes tener un rey;
Pero a quien tienes que temer es al recaudador”
Son varias las listas de reyes sumerios, escritas más de medio milenio antes que la más antigua de las inscripciones hebreas, que hablan de 10 reyes antediluvianos. Los judíos asumieron esta genealogía para sus 10 patriarcas, contando desde Adán hasta Noé.
Según recogió Beroso, un sacerdote babilonio helenizado, Uannes, llamado Alulim o Alalu en las listas de reyes, era la primera de los “siete criaturas civilizadoras” enviadas por el dios Enki para educar a la humanidad. De su significado sumerio, “el que esparció la semilla humana”, deducimos que se trataba del propio Adán bíblico. Sin embargo, también es posible traducirlo como “el que esparció la semilla acuosa”, y de ahí lo narrado sobre su vida acuática. Su hijo, Set (Abel fue asesinado y Caín quedó marcado por la desgracia), tendría el equivalente en Alalgar (“semilla del lago”), que también era hijo de Alalu según los textos mesopotámicos. Salía Alalu del agua al amanecer, para volver a ella con el ocaso, con la misión descrita.
Enós, que fue “el primero en invocar el nombre de Dios” (Gen. 4:26) tiene su reflejo en Enmenluanna, que es el primero en obtener el título de conocedor de los secretos celestiales (adoración). El brutal asesinato de Dumuzid fue la base para la construcción de la historia de Caín y Abel. Dumuzid era el dios del pastoreo en Súmer; pastor como Abel. Enoch, según se lee en el Génesis y en sus apócrifos (que a pesar de estar excluidos canónicamente eran muy venerados por los primeros creyentes), tenía una relación muy especial con Dios, y le fueron dados muchos conocimientos astrononómicos: “secretos que conciernen a los cielos”, como a Enmenduranna. Curiosamente, la primera versión conocida de los apócrifos de Enoch data de una fecha posterior al cautiverio judío en Babilonia. Los babilonios eran expertos astrónomos y astrólogos, y existe un texto llamado Mul.Apin que es todo un compendio de estrellas, ortos y ocasos, ciclos lunares, etc…, exactamente la misma información que recibió Enoch de “Dios”. Ubar-Tutu sería Lámek, puesto que era el padre del héroe del diluvio, Ziusudra/Noé.
Algunos de los personajes bíblicos son copias de otros mucho anteriores también bíblicos, lo que demuestra el desconocimiento de algunos autores, de las obras de otros anteriores. Es una muestra, pues, de no sincronización. Por ejemplo, el llamado Tammuz (Ezequiel 8:14) era el equivalente a Dumuzid, que también era Abel. Las dos esposas del Lámek descendiente de Caín bien podrían indicar la doble personalidad de éste como descendiente tanto por la rama de Caín, como por la de Set. En el caso del triplete Dumuzid-Tammuz-Abel, como dijimos antes, vemos entrecruzarse de nuevo los relatos, lo que demuestra que fueron muchos los autores bíblicos.
Matusalén seguramente procede de Matu-sa-ilati, “esposo de la diosa”, es decir, el Tammuz bíblico o el Dumuzid sumerio, consorte de Inanna/Ishtar. Tengamos en cuenta que en todas las culturas antiguas existen referencias cruzadas y dobles personalidades. El origen de su hijo Lamek es Lamga, uno de los nombres del dios de la luna, el acadio Sin o Nannar en sumerio. Las dos esposas del otro Lámek (que en realidad es el mismo), el descendiente de Caín, eran Adah y Zillah, que podrían proceder de las palabras asirias “edu” y “tsillu”, “oscuridad” y “sombra” respectivamente. Sus dos hijos, Jabal y Jubal, procederían al igual que el Abel del asirio “ablu”, que significa “hijo”. Como ya se dijo anteriormente, este mismo significado pero en sumerio se aplica a Dumuzid, “hijo legítimo”.
También sobre el relato de la Torre de Babel, en el cual la gran torre de la ciudad simboliza a los zigurats babilónicos, se basa el Génesis en relatos muy anteriores sumerios. En un texto denominado “Enmerkar y el señor de Aratta”, datado del 2000 aC, tenemos la versión mesopotámica de la confusión de las lenguas narrada en el famoso relato bíblico:
El universo entero, los pueblos al unísono (?)
Rendían homenaje a Enlil en una sola lengua.
Pero entonces, el Padre-señor, el Padre-príncipe, el Padre-rey,
Enki, el Padre-señor, el Padre-príncipe, el Padre-rey,
El Padre-señor enojado (?), el Padre-príncipe enojado (?),
el Padre-rey enojado (?)
...abundancia...
[…]
...el hombre...
Según este texto, la enemistad entre Enlil y Enki propició el término de la edad de “oro” y bienestar del hombre sobre la tierra. Enmerkar, amenazando al señor de Aratta con recitarle el “Maleficio de Enki”, le insta a entregarle toda suerte de materiales para la construcción de un templo para Enki. El reinado de Enlil había terminado.
Génesis 11:1
“Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras”
Y entonces, el dios Enki para evitar que el hastío de su hermano por las peticiones de los “cabezas negras” (como se autodenominaban los sumerios), confundió las lenguas de los hombres y los dispersó por la tierra. Y aquí su paralelismo en el Génesis:
Génesis 11:7
“Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo.»”
El uso de algunos verbos en plural con “Elohim” como sujeto gramatical, implicaría a simple vista un error de los cronistas hebreos, al dejar tal cual los relatos sumerios, acadios y babilonios. Sine embargo, tiene su razón de ser en el hecho de que en realidad la religión hebrea no era originalmente monoteísta, como le contaremos más tarde. De hecho, no se puede afirmar categóricamente que Elohim sea un plural, puesto que también es usado acompañado de verbos en singular: “creó Elohim”, “Elohim juzga”, etc… Sin embargo, sí es bien cierto que el origen etimológico de esta palabra se acerca más en su composición a Eloah+im (“mis Eloha”, plural) que a Eloah+i (“mi Eloah”).
El término “Babel” no significa “confusión”, como lo han transmitido (más que traducido) algunos eruditos. Las anotaciones realizadas sobre la Torah, por parte de grandes estudiosos de ésta, no son más que tergiversaciones tardías para restar atención a los versículos más conflictivos. “Babel” procede claramente de “Bab-Ilum”, “Puerta de los Dioses”, que era el nombre original de Babilonia. De hecho, la propia torre de Babel aludía en sí un zigurat babilónico. Lea detenidamente el relato de Babel (Génesis 11), habla de “una ciudad” (Babilonia) y una “torre”, no de una torre exclusivamente. Un zigurat. En el Enuma Elish se da cuenta también de ese suceso, cuando los “grandes dioses anunnaki” deciden construir el “Pórtico de los dioses, Bab-Ilu”. Y en él, el Templo de Marduk: su zigurat, más concretamente el de Ur, que más tarde sería la capital de los “caldeos”.
SOLO PIDO QUE SI REPRODUCÍS TOTAL O PARCIALMENTE BLA BLA BLA ESTE ESCRITO, PONGÁIS EL AUTOR (GABRIEL GARCIA) Y LA FUENTE, FOROS DE MYSTERY PLANET. LO DIGO POR LOS LAMERS QUE SOLO ENTRAN A COPIAR Y PEGAR EN OTROS LUGARES COMO SI EL TRABAJO FUESE SUYO.