por Arkantos » Mié Nov 12, 2003 1:18 pm
Bueno, ya que hoy parece que estoy un poco numerólogo, aunque no me agradan mucho que digamos, aca les dejo algo sobre la palabra Yavhé:
En la forma de estas cuatro consonantes del alfabeto hebreo (se lee de derecha a izquierda), reside el nombre que Dios se daría en la Biblia, traducible por YOD, HE, WAW HE o, en alfabeto latino: Y-H-V-H. El nombre está mencionado 6.823 veces en el Antiguo Testamento.
¿Es un azar?
6+8+2+3=19 y 1+9=10.
Los Iniciados y otros Cognoscientes ocultaban sutilmente las referencias a ciertas verdades.
Por lo común en la noción de número no se ve más que la expresión de una cantidad. El punto de vista del Iniciado es diferente: él reconoce principalmente la manifestación cualitativa. Y no podría tratarse de superstición, la que proviene de una mala transmisión a través de las edades por aquellos cuya instrucción numeral era imperfecta e incluso inexistente.
Es necesario saber y considerar que un número no es solamente matemático; su fundamento primordial atañe al conjunto de una concepción. Ahora bien, a propósito del tetragrama, casi siempre interviene el 10 y de diferentes maneras: nosotros sabemos que todas las figuras geométricas han surgido del círculo que las contiene y las engendra.
En geometría iniciática, tres de esas figuras son la línea recta, el triángulo equilátero y el cuadrado. El hecho de ver, en cada número, una expresión cualitativa, cuya disposición de conjunto responde a la figuración de una abstracción (Dios, por ejemplo), autoriza a hacer coincidir el ternario con el triángulo, el cuaternario con el cuadrado, etcétera.
También es necesario saber que los cabalistas consideraban la línea recta horizontal como representación del principio pasivo, y erigida perpendicularmente como principio activo (y por lo tanto binario). Ellos dibujaban el ternario evolutivo con el triángulo con la punta hacia arriba y el ternario involutivo mediante el triángulo con la punta hacia abajo (que corresponde a la estrella de David cuando los dos triángulos estan superpuestos y al primer principio de la tabla de Esmeralda: "Lo que está en lo alto es como lo que esta abajo"). El cuadrado representa el cuaternario pasivo, y el rombo, el cuaternario activo.
La geomancia emplea las figuras fundamentales de la geometría para definir que la unidad, el binario, el ternario y el cuaternario son inherentes al Nombre citado 6.823 veces en las Escrituras hebraicas.
Si sumamos a la unidad = 1
El binario = 2
El ternario = 3
El cuaternario = 4
Tenemos = 10
Diez es el número de la tet*s pitagórica: la suma de los cuatro primeros números. Tiene el sentido de la totalidad cuadridimensional y no multidimensional... la cual se relacionaría mejor con la idea que podríamos formarnos de la Deidad Absoluta.
Existe una unión extraña pero indudable entre el 4 y el 10. El 4 corresponde, entre otras cosas, a los elementos Agua-Tierra-Fuego-Aire; es una dualidad amplificada (2 X 2) y expresa el aumento progresivo de la función analítica del 2. La tet*s pitagórica forma un triángulo de diez puntos dispuestos en una pirámide de cuatro pisos:
<center>0
0 0
0 0 0
0 0 0 0</center>
La tradición pitagórica afirma que un examen profundo de los 10 primeros números no entregaría solamente las propiedades de todos los números, sino también El plan de la Creación entera tal como existe en el espíritu de Dios.
Esta afirmación descansa sobre un fundamento esencial: toda cosa creada está contenida en la década. Se observará que el 10 es la fórmula binaria correspondiente al 2 en las calculadoras electrónicas, lo que confirma su papel totalizador.
El diez está constituido por la unidad y el cero. Una pluralidad de símbolos lo rodea: la unión, por ejemplo (el uno hizo el amor con el cero), y en la Cábala, desempeña un papel preponderante: 10 sefiroth = emanaciones numéricas, 10 números divinos, 10 arcángeles, 10 demonios, etcétera. Por otra parte, el cero intensifica la significación de la unidad, la "deifica" y, por lo tanto, el 10 se convierte en "un número que indica la finalidad, la perfección, tal COMO LO SON EL 100 y el 1.000 EN UN GRADO SUPERIOR". ¡Hay, por consiguiente, grados superiores! ¡Siempre! ¡Infinitamente! ¿Y si Dios no fuera Dios, sino una notable entidad, una genial inteligencia extraterrestre, pero no absoluta?
Pues el 10 es una terminación, es decir un retorno a la unidad después del desarrollo del ciclo de los nueve primeros números.
¡Podría decirse vulgarmente que el círculo está cerrado! ¿Eso implica acaso que no hay otros círculos... superiores en relación con los demás? En caso contrario, toda noción de prolongación perpetua sería absurda pues habría fin. Y finalizar es llegar al No Ser, a la Nada, a la asfixia, a la Muerte Absoluta.
Es necesario finalizar, por cierto, pero para superar y emprender algo superior, continuamente, en el infinito.
La Cábala da, por otra parte, ciertas claves para abrir la Puerta Estrecha detrás de la cual Y-H-V-H (que no hay que confundir con el Innombrable) se disimula. Las claves son, en este caso, el esoterismo de los números.
Tres letras hebraicas son madres, los nº 1, 13 y 21. 1 + 13 + 21= 36 y 3 + 6 = 9.
9 es la cifra de la finalización y se le concede una identificación deísta.
El 9 es, sin duda, triádico (3 + 3 + 3 = 9); de ahí la trinidad inherente al Tetragrama.
Dicho esto, consideramos ahora que el Tetragrama no contiene ninguna letra madre, pues el conjunto de las letras: YOD, HE, WAW, HE (de derecha a izquierda) corresponde a 10, 5, 6, 5.
Simbólicamente, el 5 está ligado con el sexo y con todo el proceso generador. El 6 simboliza la ley de los contrarios pues es un 9 invertido. El 10 es una finalización.
10 + 5 + 6 + 5 = 26
2 + 6 = 8
Deberíamos, en principio, encontrar el 9, que es la cifra perfecta. Pero, como por casualidad, hallamos el 8, que ES LA CIFRA ESPACIAL por excelencia.
De ahí a concluir que Y-H-V-H es una entidad extraterrestre, genitora, no hay más que un paso...